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Editorial

Los liberales “Nac and Pop” y el “pan-radicalismo” del FMI

El significado político del pago al Club del París, lo explicó Mario Blejer, un economista liberal que desarrolló su carrera como consejero senior del FMI, y hoy lo es del gobierno de los Kirchner.

Comité de Redacción

4 de septiembre 2008

El significado político del pago al Club del París, lo explicó Mario Blejer, un economista liberal que desarrolló su carrera como consejero senior del FMI, y hoy lo es del gobierno de los Kirchner. El liberal “nac and pop”, dijo que mas allá de lo económico, la medida tiene un “efecto simbólico” porque “estábamos desconociendo una deuda con países soberanos, como también somos nosotros”. Es decir que la resolución del gobierno fue la de reconocer la soberanía de EE.UU., Alemania, Francia, España, Italia y otros países imperialistas, nuestros prestamistas, por sobre la soberanía nacional. “Como actuamos mal tanto tiempo, ahora hay que actuar re-bien, hay que sobreactuar” dijo dando una definición del gesto de pagar cash y por adelantado, acudiendo a las reservas del Banco Central.

En cuanto a lo económico, Blejer dejó en claro que, además del acceso al crédito internacional para los industriales y el propio estado, “esta decisión va a facilitar la inversión” de empresas de esos países que ya tienen proyectos para la Argentina, como es el caso del consorcio imperialista francés Veloxia con el Tren Bala. Blejer señaló que “un crecimiento del 4% para el 2008 es bajo” y ligó, tal como hizo Cristina en la campaña electoral de 2007, la posibilidad de crecimiento de la economía nacional a la inversión de las empresas extranjeras.
En conclusión: después de la crisis en que quedó tras la derrota en la pulseada con los ruralistas y ante el agotamiento del ciclo económico, el intento oficial busca recrear unidad burguesa en torno al gobierno, facilitando a los industriales el acceso al crédito mediante concesiones al establishment financiero internacional y una medida tendiente a fortalecer la dependencia del capital extranjero.

“Lástima no estaba el campo en este anuncio histórico” dijo Cristiano Ratazzi de Fiat entre los que se pararon y aplaudieron a la presidenta en una especie de puesta en escena de un anti-default de Rodríguez Saá.

El “pan-radicalismo” del FMI

La semana anterior al pago al Club de París, la noticia política de los medios fue la idea lanzada por Alfonsín y Cobos de reconstruir el viejo espacio de la UCR volviendo a unir a todas las fracciones dispersas, creando un “pan-radicalismo” desde López Murphy, Stolbitzer y Carrió hasta los radicales K, sobre la base de la emergente estrella del vicepresidente, para intentar canalizar las clases burguesas y medias rurales, y los sectores medios que representaron históricamente. Otro intento anti 2001, de recomponer el partido que estuvo en el mando en las dos últimas crisis catastróficas; la hiperinflación del ’89 y el hundimiento económico de Cavallo y De la Rúa.

Los distintos componentes del virtual “pan-radicalismo” y representantes de la burguesía agraria han coincido con la iniciativa oficial de “honrar la deuda” como el mismo vice Cobos y hasta el sojero De Angeli. Y su diferenciación fue “por derecha” tratando de mostrarse como agentes aún más confiables con la política del FMI como Elisa Carrió que sostiene que “El pago se hizo tarde y mal y no forma parte de un plan de reestructuración financiera seria” coincidiendo con las criticas del Fondo. Gerardo Morales de la UCR se limitó a criticar la forma del acto de sumisión, sosteniendo que “el tema debe debatirse en el Congreso”.

“Los Hugos” en aprietos

Hugo Moyano de la CGT, que de pie aportó palmas al aplauso al pago de la deuda, y Hugo Yasky de la CTA fueron recibidos por Cristina para “consensuar” los últimos retoques a la nueva ley de “movilidad” de las jubilaciones, en lo que intenta ser presentado como la cara “distribucionista” del plan oficial. Pero la realidad, es que el jefe de los maestros y de la CTA se encuentra frente una situación de paros docentes en varias provincias, incluyendo la de Buenos Aires y la Capital, que reclaman aumento salarial mientras la CGT sigue bregando contra la “tablita de Machinea” que incluye en el “impuesto a las ganancias” a más trabajadores que con De la Rúa. Mientras “los Hugos” brindan apoyo al gobierno, los trabajadores reciben poco y nada. “Moyano está mandando señales de que no va a parar los conflictos” dice el ultra oficialista Página 12. “Lo que el gobierno dio la semana pasada, no es suficiente” definió Viviani, un hombre de Moyano que respalda la medida de fuerza de marítimos y portuarios que fueron al paro de 24 hs. por aumento salarial. Moyano, según trascendió en varios medios, llegó a amenazar con “un paro general” si no se soluciona este conflicto y el de los camioneros con empresas aceiteras y cerealeras por encuadramiento sindical. En realidad una presión para que el gobierno conceda un aumento mayor de las asignaciones familiares que, de todos modos, serán totalmente insuficientes ante la inflación.

Esta planteado agrupar las organizaciones combativas para iniciar una campaña por un aumento general de emergencia del 35%, la reapertura de las paritarias por un salario igual a la canasta familiar, el fin del trabajo en negro, junto con enfrentar el plan de gobierno con la demanda de los aumentos de presupuesto para la salud y educación como reclaman los secundarios y universitarios en la Capital. Y levantar, como parte de un programa de salida obrero y popular, el no pago de la deuda externa y la nacionalización de la banca.

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