Como denuncia un sector de los familiares de víctimas de la AMIA, Kirchner utilizó la tribuna de la ONU en Nueva York “al servicio de la agresión política y militar de los Estados Unidos y del Estado de Israel en la guerra de Medio Oriente y contra Irán”. Lo que es saludado como un “éxito” diplomático por los guerreristas norteamericanos e israelíes, es una agresión a la causa de los pueblos oprimidos.

De la misma manera, Bill Clinton elogió a los Kirchner en Nueva York por “la recuperación de la Argentina”, luego que la candidata oficial presentó “los éxitos” de la política económica oficial en un encuentro auspiciado por una decena de compañías norteamericanas. Entre ellas estaba Wal Mart –la cadena de hipermercados con mayor cantidad de empleados en EE.UU.– que ocupa 6.000 trabajadores en nuestro país y anunció nuevas inversiones. Hace apenas unos meses, el cuerpo de delegados de Wal Mart Avellaneda logró que la Comisión de Legislación Laboral de la Cámara de Diputados denuncie “la situación de desprotección laboral y las prácticas de persecución sindical implementadas por la empresa Wal Mart Argentina, así como la participación en sus cargos directivos de ex miembros de las Fuerzas Armadas que participaron en la última dictadura”, y proteste por los “despidos discriminatorios antisindicales y otras graves violaciones a la libertad de asociación y la libertad sindical”. Los directivos de Wal Mart y mister Clinton opinan, al igual que los Kirchner, que la política económica en Argentina ha sido exitosa. De allí que estos esclavistas norteamericanos prometen otros 3.000 empleos bajo los flexibilizados contratos de trabajo que defiende Armando Cavallieri con quien el presidente se reunió hace unas semanas. Wal Mart es, además, uno de los formadores de precios, causantes de la inflación nacional.

Evidentemente, el “éxito” no significa la misma cosa para los Kirchner y los capitalistas norteamericanos que para los trabajadores y el pueblo.