Luego de las paritarias en Kraft y PepsiCo se siguió la pelea. Antes se había participado de las paritarias obligando a Daer a parar y movilizarse por lo que se terminó firmando un 32% de aumento. Pero para los trabajadores no fue suficiente. En Kraft con 6 dias de paro total se consiguió mas de un 10% por encima del 32% conseguido en paritarias a partir de un aumento en los premios. Fueron asambleas masivas, paros durísimos contra líderes, carneros y congresales, pero se ganó. La lucha de PepsiCo fue notable. Durante un mes entero los trabajadores bajaron la producción prácticamente a la mitad. Los mismos obreros controlaron que así sea. Luego de un mes la patronal subió también los premios, lo cual significó un aumento extra de más del 20%. En Donnelley un día de paro total logró elevar el aumento hasta el 38% cuando el Sindicato había conseguido el 31%, discutiendo con la empresa en asamblea permanente. Se efectivizaron también a muchos contratados y antes se había derrotado un intento de despedir a 19 trabajadores, con un paro total y corte de Panamericana. Ahora en Jabón Federal, en La Matanza, los trabajadores vienen de firmar un 32% luego de días de paro, cortes de Camino de Cintura y asambleas. Muchas veces las luchas de fábrica no se pueden llevar adelante por el propio aislamiento. Pero en la situación actual, estas luchas demuestran que es posible pelear y ganar. Para ello es necesaria la organización democrática de los trabajadores, que las asambleas manden, que los delegados estén realmente al frente, que haya total independencia de las patronales y la burocracia. En estas cuatro internas los dirigentes del PTS, de Nuestra Lucha y compañeros independientes se juegan a organizar fábricas militantes y combativas. Si se quiere, se puede. En todo el movimiento obrero se puede luchar y vencer a los patrones si se confía en la fuerza de los trabajadores y en su lucha.