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Cultura

Los documentalistas frente a un reto histórico

Un grupo de más 140 documentalistas, del cual forman parte los compañeros de Contraimagen, vienen organizándose como Documentalistas Argentinos (DOCA), y han logrado que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) tomara en base a su propuesta el desarrollo de un Nuevo Régimen de Fomento al Cine Documental.

Hugo Echeverre

9 de agosto 2007

Un grupo de más 140 documentalistas, del cual forman parte los compañeros de Contraimagen, vienen organizándose como Documentalistas Argentinos (DOCA), y han logrado que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) tomara en base a su propuesta el desarrollo de un Nuevo Régimen de Fomento al Cine Documental. Principalmente consiste en democratizar la distribución de los recursos públicos, a partir de la participación de las organizaciones de documentalistas que no suelen recibir ningún apoyo estatal. Sin embargo, la dirección del INCAA ha maniobrado y burocratizado el proyecto, negándole a estos realizadores independientes los recursos públicos.

Aquellos (y estos) días documentados

Muchos de los compañeros que forman DOCA son parte del fenómeno militante-artístico que nació al calor de las luchas del 2001 / 2002, que crearon organizaciones como Argentina Arde o Kino Nuestra Lucha. De la mano de estos documentalistas, hemos podido ver reflejadas luchas emblemáticas de esos días, o bien documentales históricos sobre luchas obreras y populares de décadas pasadas un tanto olvidadas por la realización oficial. Muchos de ellos han sido premiados internacionalmente: “Obreras sin Patrón” (que refleja la lucha de las obreras de Brukman); “Raymundo” (que relata la vida militante del cineasta Raymundo Gleyser, autor -entre otras obras- de “Los Traidores”, sobre la burocracia sindical en los ‘70 o “México, la revolución congelada”); o bien “Escuela de planificación” (donde se refleja el control obrero y la lucha de los creamistas de Zanon); o la recientemente estrenada “La crisis causó otras dos nuevas muertes” (que muestra el rol del diario Clarín y la preparación previa del terreno en el asesinato de Kosteki y Santillán en Puente Pueyrredon); o “14250” (film que muestra la luchas obreras de junio / julio de 1975, las coordinadoras fabriles y la huelga contra el gobierno peronista).

Bien cultural y educativo... o ¿mercancía?

Seguramente junto a estas realizaciones muchos trabajadores y estudiantes han podido descubrir mejor cuestiones de la lucha de clases, que los medios oficiales se pelean por ocultar. “Desde hace tiempo nos estamos organizando como tantos otros trabajadores en nuestro país y creamos para esto una organización que nos representa -comentan desde el DOCA- (...) En abril pasado logramos la aprobación del Nuevo Régimen de Fomento al Cine Documental, que reconoce nuestra forma de producir y distribuir películas y que se aleja de los criterios del mercado para evaluar los proyectos a realizarse con fondos públicos. El Documental se afirma así como un bien cultural, social, político y educativo, antes que una mercancía.”

Fondos públicos en pocas manos

El INCAA maneja un presupuesto de 100 millones de pesos y hace pocos días fue denunciado por la revista Veintitres de corrupción y amiguismo. “Nosotros -expresan desde el DOCA- venimos reclamando desde hace meses que se difundan las listas de realizadores que fueron beneficiados con fondos otorgados abusivamente por el Presidente del Instituto, sin la intervención de un jurado o comité evaluador”. En dinámica, los compañeros del DOCA abrieron un debate sobre los criterios y la organización de un comité proporcional, con representación de las distintas organizaciones de documentalistas, para el manejo democrático de los fondos públicos.

Asambleas y socialización de la información

“Nosotros funcionamos mediante asambleas –expresan los miembros del DOCA en la agencia ANRED-, las otras asociaciones no. Nosotros las decisiones las tomamos en asamblea, tenemos comisiones de trabajo, y tratamos de socializar la información para que le llegue a todos.” Por eso, frente a los giros burocráticos del INCAA, “desde el DOCA planteamos un Comité Evaluador con total independencia política y productiva -dicen los Documentalistas Argentinos- (...) Parte de los recursos del INCAA deben ser destinados a impulsar un Cine Documental Independiente, bajo control de sus realizadores, que retrate historias que capturen el interés de un público cada vez más creciente.”

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