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Los desafíos de la clase obrera en la nueva etapa política

Tras la muerte de Chávez, los trabajadores no pueden aceptar el chantaje que desde el gobierno seguramente se les presentará, ni entrar tampoco en la demagogia abierta que ha venido presentando la oposición de derecha con su cínica pose “antidevaluatoria”, cuando son también los principales impulsores de medidas capitalistas.

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7 de marzo 2013

Tras la muerte de Chávez, los trabajadores no pueden aceptar el chantaje que desde el gobierno seguramente se les presentará, ni entrar tampoco en la demagogia abierta que ha venido presentando la oposición de derecha con su cínica pose “antidevaluatoria”, cuando son también los principales impulsores de medidas capitalistas. Se le plantea a la clase obrera y el conjunto del pueblo pobre nuevos desafíos, etapa en la que es imprescindible orientarse con total independencia política y de clase preparándose en la situación que se abre, y no terminar siendo carne de cañón de las disputas de los de arriba en sus discusiones de un post-chavismo y completamente a sus espaldas.

Por eso, mientras el chavismo desde el gobierno se reacomoda tras la muerte de Chávez y se prepara para “ajustar” su modelo de administración del capitalismo nacional en función de reducir los pocos elementos de llamada “justicia social” en favor de mayores niveles de explotación y sostenimiento de las ganancias patronales, y se prepara también la nueva elección presidencial, mientras la oposición burguesa se prepara con demagogia para estas mismas elecciones presidenciales, los trabajadores debemos prepararnos desde ya para luchar organizados y con contundencia por lo que nos corresponde, para arrancarle a los patronos, sean públicos o privados, al gobierno nacional y los gobiernos regionales, mejores salarios, el cumplimiento de las contrataciones colectivas, mejores condiciones de trabajo, coordinándonos desde las bases en lucha, sin depositar confianza en ninguno de los dos bandos que por ahora se disputan la gestión de la sociedad burguesa y que discuten el post-chavismo.

Pero mientras tanto, el ataque al bolsillo del pueblo trabajador continúa, como significó la reciente devaluación que se suma a la alta inflación. Por eso decimos que ante la devaluación, el incremento en los precios y la inflación, es necesario luchar por aumentos salariales que cubran la canasta básica familiar y la escala móvil de salarios, es decir, que si la inflación aumenta también debe aumentarse automáticamente el salario. Dinero para salarios y las necesidades obreras y populares, no para la banca y el capital imperialistas, no al pago de la deuda externa. En vez de pechar al pueblo trabajador que se impongan impuestos progresivos a los capitalistas, las grandes fortunas y las ganancias. Por la total nacionalización de la banca bajo control de los trabajadores, para que se destinen los recursos nacionales a un plan de obras públicas, viviendas, escuelas y hospitales que emplee todas las manos disponibles y garantice un salario acorde a la canasta familiar a la que hoy la amplia mayoría de los trabajadores no alcanza. Por el monopolio del comercio exterior. Cese de la persecución y anulación de las causas judiciales contra los más de dos mil luchadores obreros y populares, basta de criminalización de las luchas, no más muertes obreras ni de dirigentes de pueblos originarios, justicia frente al vil asesinato de Sabino Romero.

Para dar esta lucha hasta el final es necesario que al calor de la experiencia de lo que ha significado el legado de Chávez, la clase obrera se alce en una perspectiva superior, donde sea ella la que forje su propio destino y decidan sus propios pasos y métodos de lucha, peleando por la constitución de organismos de autodeterminación y autoorganización de los propios trabajadores, por sindicatos militantes, independientes del Estado y los patronos, que peleen decididamente por la independencia de clase y la democracia obrera, para barrer esa burocracia sindical que no es otra cosa que correa de transmisión de los intereses patronales o del gobierno.

La independencia política es clave, aunque para encauzar esta lucha más decididamente es necesario la construcción de un partido obrero revolucionario e internacionalista, que lleve la lucha hasta el final, pues no habrá solución a las demandas fundamentales si no es en el combate decidido en la perspectiva de la lucha por un gobierno propio de los trabajadores y el pueblo pobre. El régimen chavista demostró que la burguesía es incapaz de conducir la lucha por la liberación nacional con respecto al imperialismo y conquistar la unidad de América Latina. Frente a los proyectos burgueses como el MERCOSUR o el ALBA el camino es avanzar hacia una Federación Socialista de América Latina.

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