Nuevamente el monopolio del transporte, DOTA (ex MONSA) ataca a los trabajadores. Esta vez, despidió a cuatro chóferes sin causa. Y continúa negando derechos como la reasignación de tareas livianas a varios trabajadores que tienen serias lesiones en la columna, hernias de disco y uno que ha perdido un riñón. ¿Las causas? La nula inversión de la empresa en el mantenimiento de los colectivos y las extensas jornadas de trabajo.

Ante esta nueva embestida patronal, el Cuerpo de Delegados llamó a asamblea en las dos cabeceras, Constitución y Maschwitz, donde se votó por amplia mayoría responder la agresión mediante medidas escalonadas, como el cobro de boleto mínimo y pase gratis. Estas medidas, hasta este martes, que definieron parar por tiempo indeterminado y sacar la lucha a la calle.
Un compañero contó que “la asamblea estuvo muy buena, y votamos por amplia mayoría las medidas de fuerza. Y a pesar del apriete de la policía con hidrante y carros de asalto, en Entre Ríos y Belgrano, sacamos los colectivos de la empresa y llegamos al Ministerio”. Pero DOTA no se presentó y pasaron a cuarto intermedio.

El pliego de reclamos que extendieron al Ministerio de Trabajo, exige la reincorporación de los despedidos, la reasignación de tareas a los trabajadores con lesiones psicológicas y físicas, y condiciones laborales y salariales.

Un modelo que subsidia ganancias y poco le importa el transporte público
Al otro día, se hicieron presentes en la cabecera de Constitución, trabajadores del subte, entre ellos Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea B, que expresó junto a los delegados de la línea 60 que “este ataque se enmarca en la crisis general del transporte público, como en la masacre de Once, que sigue impune; o las luchas contra el vaciamiento que vienen dando los chóferes de las líneas 24 y 25. Es la crisis -cerró- de un modelo que subsidia las ganancias capitalistas, y poco le importan los trabajadores; y menos el transporte del pueblo”.

Luego, uno de los delegados, comentó: “estamos enteros y seguiremos mediante asambleas, tomando medidas y acciones. La línea de la patronal, me parece, es seguir dilatando la cosa y apostando al desgaste”. Otro chofer destacó “la solidaridad de los chóferes de otras líneas y de los trabajadores del subte, junto con los que hicimos una denuncia conjunta del transporte publico, y aumento salarial del 30 %, por 6 horas de trabajo y el 82 % móvil”.
Por último, un joven de la cabecera de Maschwitz, ante la pregunta de LVO, ¿cómo ves la lucha de la 60, en el marco de la masacre de Once y los conflictos en el subte y las líneas de colectivos?, comentó: “es más de lo mismo. Los ricos nos quieren meter la mano en el bolsillo, y se ve que no les alcanza. Nos quieren meter miedo como hacen todos los empresarios. Para eso mandan a la Gendarmería y la Policía. Acá hay más seguridad que en todo Escobar. Después dicen que no tienen móviles, pero para custodiar a los que reclamamos nuestros derechos están de sobra”.
Corresponsal