Ayer miércoles, el decano de la facultad de Cs. Sociales Sergio Caletti publicó una columna de opinión en el oficialista P/12, en la misma plantea que la crisis edilicia, el desfinanciamiento educativo y la lucha estudiantil son meros “artificios retóricos” del discurso de la izquierda, antes bien que realidades concretas de las que se desprenden legítimos reclamos. Esta es la base de toda su argumentación, dando a entender que en realidad se trató de una lucha “artificial”, en el sentido de que todas las reivindicaciones estudiantiles por las cuales se tomó la facultad ya estaban en curso de realizarse, y por lo tanto, la toma habría sido una medida innecesaria llevada adelante por grupos minoritarios que perseguirían únicamente objetivos electorales.

Desafortunadamente para el decano Caletti y las agrupaciones kirchneristas de la facultad, la masiva lucha estudiantil que mantuvo la toma de la facultad durante 45 días, con decenas de asambleas a las que asistieron miles de estudiantes, movilizaciones, cortes de calles, etc., desmiente este relato, dejando al descubierto la verdadera situación en la UBA: poco ha cambiado desde que el difunto radical Shuberoff dejara el rectorado. Por el contrario, tanto la UBA, como sociales son co-gobernadas mediante pactos y acuerdos entre lo más rancio del radicalismo con el sector de pseudo-progresistas K de Carta Abierta -encabezados por Caletti-, por lo tanto, sólo un cínico o un payaso (fracasado por cierto) puede intentar negar los reclamos y las conquistas que ha obtenido el movimiento estudiantil.

Miles de estudiantes y docentes cuestionamos en las calles y en las facultades tomadas la idea que sostiene Caletti: que la UBA no es una “institución vetusta, aristocratizante, poco abierta a los cambios sociales y sus exigencias.”(P/12, 20/10). Pero no precisamente por responsabilidad de los miles de estudiantes, docentes y no docentes que le dan vida a la universidad día a día, sino a causa de las mismas camarillas profesorales que gobiernan la UBA con todo tipo de negociados, maquinaria que hoy Caletti se encarga de aceitar día a día por la módica suma de $27.959 mensuales. Le recordamos al alarmado decano Caletti que él es parte de este gobierno universitario antidemocrático, por el cual una minoría de profesores concursados (por si mismos) se mantiene en la conducción de la universidad haciendo negocios multimillonarios mediante los convenios de pasantías y de asistencia técnica con grandes empresas.

¿Será por este suculento salario que cobra Caletti y sus secretarios que se animan a plantear que no existe el desfinanciamiento de la educación universitaria? Porque para los miles de docentes universitarios que dan clases gratis, para los trabajadores no docentes con contratos precarios y para los miles de trabajadores e hijos de trabajadores que no pueden acceder a la educación universitaria debido entre otras cosas a los “aranceles” encubiertos o la falta de becas, la conclusión es que la política educativa del gobierno nacional no ha hecho más que profundizar la destrucción de la educación pública.

En definitiva, lo que preocupa tanto al decano Caletti, como al decano Trinchero, o intelectuales kirchneristas como Rubén Dri, etc., es que se han enfrentado a un movimiento estudiantil de miles, que desarrollo su lucha por fuera del control y del proyecto político del gobierno K, derrotándolos dentro de las facultades, ganándoles de manera aplastante asamblea tras asamblea, y planteando una perspectiva política a la izquierda del gobierno. Lo que verdaderamente asusta a estas camarillas es la posibilidad de que partiendo de las conquistas y la experiencia política obtenidas con la lucha, el movimiento estudiantil se continúe desarrollando de manera independiente de las distintas variantes patronales, auto-organizándose desde las bases, y que al igual que el movimiento estudiantil de Francia, decenas y cientos de miles de jóvenes se propongan avanzar junto a los trabajadores en defensa de la salud, la educación y el trabajo, abriendo las perspectivas de una juventud anticapitalista que se proponga transformar revolucionariamente la sociedad, a esto apostamos desde En Clave ROJA.

por Patricio del Corro, Secretario General del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales