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Derechos Humanos

JUICIO CONTRA EL GENOCIDA FEBRES EN LA ESMA

Los alegatos denunciaron un juicio escandaloso

Guillo Pistonesi

22 de noviembre 2007

Al cierre de esta edición culminaban los alegatos de la querella en el juicio oral contra el ex Prefecto Héctor Febres, torturador de la ESMA. Los mismos estuvieron a cargo de dos abogadas pertenecientes al colectivo Justicia Ya!, Liliana Mazea (Fidela) y nuestra compañera Myriam Bregman (CeProDH). Cualquiera que los escuchara hubiera podido entender por qué el Tribunal impidió que ingresaran las cámaras de TV y los micrófonos de las radios (estaba prohibido incluso grabar los testimonios) durante todo este proceso que de “público” no tuvo nada. _ Las abogadas Bregman y Mazea denunciaron el carácter perverso de este juicio en el que se trataban los casos de tormentos (torturas) de sólo cuatro víctimas de las más de cinco mil que pasaron por la ESMA entre 1976 y 1980 y estaba sentado en el banquillo sólo uno (1) de los centenares de secuestradores cuyos nombres o apodos son conocidos gracias a la denuncia de los sobrevivientes.
La elevación a juicio oral de Febres en estas condiciones intentó ser evitada por los querellantes nucleados en Justicia Ya! Sin embargo el Tribunal hizo caso omiso a todos los planteos. Pero tanto los representantes de la querella como las víctimas que dieron su testimonio utilizaron esa tribuna para denunciar no sólo las atrocidades más aberrantes cometidas en la ESMA, sino también el plan del gobierno del matrimonio Kirchner de enjuiciar sólo a un puñado de casos emblemáticos dejando al resto –miles retirados y en actividad, entre los que se encuentra el Comandante en Jefe de la Armada (ver aparte)– impunes. De ahí su negativa confesa a que se encuadren bajo la figura de genocidio.
Tanto Mazea como Bregman fundamentaron jurídica y políticamente el porqué sí se trató de un genocidio, de un plan sistemático para destruir al grupo de personas –obreros, estudiantes y militantes de izquierda- que buscaban cambiar el orden establecido para imponer un plan antiobrero y proimperialista a favor de los grandes grupos empresarios que hoy siguen dominando la economía nacional.
En los testimonios dados en las semanas que duró el juicio oral y que particularmente Myriam Bregman sintetizó en su alegato quedó claro que:
 En la ESMA se hicieron al menos tres (3) copias en material microfílimico donde estaban absolutamente todos los datos de todas las personas que habían pasado desde el inicio del funcionamiento de la ESMA como centro de exterminio.
 Además de los casi 300 represores pasaron por la ESMA, que están identificados, quedó claro que fueron miles los implicados que no están ni siquiera investigados. Militares, hidrógrafos que planeaban los vuelos de la muerte, médicos y enfermeros que colaboraban en mantener vivos a los prisioneros o a aplicarles las inyecciones previo a los vuelos de la muerte, capellanes que brindaron misa en el centro del horror. Mención especial merecieron los denominados “Verdes” cadetes que tenían entonces entre 18 y 19 años. Estos hoy son suboficales superiores de la Armada Argentina, la mayoría en actividad, con una edad promedio de 50 años. Como dijo el testigo José García “de Mayor para arriba están todos implicados”.
 En los alegatos se denunció el rol de la Iglesia que ayudó a los hombres de la Armada y la Prefectura a trasladar, para esconder a los prisioneros en una isla en la zona del Tigre cuando vino al país una delegación de la Comisión Interamericana de DD.HH. en 1979.
 Asimismo se recordó que varios testigos denunciaron el rol del empresariado en esta masacre genocida. La testigo Graciela Daleo denunció que “nada de esto, nada de todo esto que yo relate se pudo hacer sin que hubiera empresarios que apoyaran, sin que hubiera por ejemplo empresarios a los cuales iban los miembros del grupo de tareas de la ESMA, de la zona norte de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires a hablar con las patronales, para que les pasaran el dato de quienes eran los delegados, los militantes mas activos para luego secuestrarlos …”. Asimismo Carlos Lordkipanidse denunció que el ex ministro de economía, Roberto Alemann estuvo dentro de la ESMA viendo a detenidos desaparecidos.
También se denunció el rol cómplice y partícipe del Poder Judicial y de los medios de comunicación en manos de la gran patronal.
“Estamos convencidos que los delitos que cometió el imputado Febres deberían corresponderse con una condena perpetua. Que a la hora de efectuar la acusación no podamos hacerlo por más de 25 años, es responsabilidad de cada uno de los que fragmentaron este proceso y de los que permitieron que así se desarrolle. Esta querella se opuso a que así sea. Es consecuencia de estas causas que desdibujan y diluyen responsabilidades. Desde esta querella seguiremos insistiendo en que esos crímenes merecen la condena perpetua por genocidio”, alegó Myriam Bregman.
Y para finalizar, Myriam Bregman afirmó: “Queremos que este alegato que intenta dar cuenta de la verdad histórica de lo ocurrido en la Argentina, que es una pequenísima parte de la lucha por castigo a los responsables, sea una reivindicación de toda aquella generación militante y comprometida que peleaba por transformar este régimen social”.

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