Los diputados y senadores acaban de sancionar la llamada “ley antiterrorista” que Kirchner envió al Congreso según instrucciones de la embajada norteamericana. Bush la necesita en su cruzada internacional guerrerista para someter a los pueblos como en Medio Oriente y el Estado nacional le dará aplicaciones internas.

La Ley indica, entre otras cosas, que se debe meter entre 5 a 20 años en prisión “al que tomara parte” de una “asociación ilícita” destinada a “obligar a un gobierno a realizar un acto o abstenerse de hacerlo”. Es decir que, un juez podría llamar “asociación ilícita” a los organizadores de una huelga o manifestación que impidiera, por ejemplo, una ley como la reforma laboral de la Banelco, que obligara a pagar en dólares los ahorros expropiados que fueron depositados en dólares, o que impusiera la justa renuncia de un gobernante que haya asesinado a un maestro.

La ley la votaron todos los kirchneristas “progres” –salvo escasas excepciones– y la gente de Macri, después de darle media sanción en la Cámara de senadores, se opuso en la de diputados debido a puro cálculo electoral y con argumentos que abogaban por una ley aún más dura. La diputada macrista Nora Ginzburg gritó “De qué derechos humanos nos van hablar los comunistas...”, ante las críticas de los organismos de derechos humanos.

La teoría de votar a Filmus como “mal menor” en la segunda vuelta de la capital para que no gane Macri, se puede resumir así: el “mal menor” es votar a Filmus y los que apoyaron la ley de la embajada norteamericana, porque... Macri está a la derecha de Bush.