Integrante de la Agrupación La Bordó – Desde las bases.

Las agencias de empleo y la tercerización del trabajo son productos genuinos del menemismo. Los Kirchner, que se jactan de condenar el legado de los ‘90, en los hechos mantienen intacto lo central de la herencia neoliberal. Y en el caso del ferrocarril, la han profundizado.

En el FF.CC. Roca la última etapa de la concesión privada le correspondió al empresario vaciador Sergio Tasselli, gran amigo de los K. Durante su gestión de Metropolitano, pululaban empresas literalmente fantasmas: como Catering World, que realizaba la limpieza de coches. Era el “kioskito” de uno de sus socios y –como descubrieron sus trabajadores- tenía domicilio comercial en… un puesto de panchos!! Con la organización y la lucha de los tercerizados, apoyada por toda la oposición Bordó, estas empresas impresentables fueron erradicadas a principios de 2007. Al final de Metropolitano ya no existían tercerizadas.

En Julio de 2007, tras la rebelión de los usuarios por el mal servicio, el Estado asume el control mayoritario de la línea Roca formando un consorcio junto a las demás concesionarias (Metrovías, TBA, Ferrovías), llamado UGOFE S.A. Acto seguido, se reorganiza la estructura de la empresa. ¿Y quiénes vuelven? Las noventistas empresas tercerizadas, esta vez en masa, incorporando en los últimos 3 años a cerca de 1.500 ferroviarios (un cuarto del plantel total) en condiciones de precariedad laboral. De acuerdo a un acta firmada por la dirección Verde de la Unión Ferroviaria, el ingreso de estas empresas era transitorio y por el período de sólo 3 meses. Parece que se les secó el reloj de arena, porque ya van 3 años y siguen apareciendo cada vez más.

En este revival menemista, el gobierno optó por beneficiar a empresas amigas como las del grupo Roggio (como Expervías o Pertenecer), Cirigliano (el de TBA y Grupo Plaza) o Grupo Emepa (Ferrovías, que es dueña de la tercerizada Herso), por sólo mencionar las más grandes. La mayoría de la veintena de empresas tercerizadas que operan en el Roca fueron “inventadas para la ocasión” y poco se sabe de su directorio, accionistas, etc., como es el caso de ECOCRED (limpieza de estaciones) en la que se sospecha que tienen participación delegados verdes de la UF.

¿Qué significa para los trabajadores?

Esta flexibilidad laboral significa falta de elementos de seguridad e higiene en algunos casos, ser tratados como ferroviarios de segunda (covachas llenas de ratas, sin baños, etc.), y sus salarios equivalen a la mitad de lo que ganan los efectivos.

Además es un gran negocio para estas empresas: con lo que facturan por 5 días laborables de un mes, cubren los salarios de todo el personal, robándose lo facturado por los 20 días restantes, gasto que cubre el Estado con subsidios. Se subsidia una estafa descarada a la luz del día.

Ante esta situación, la burocracia sindical de José Pedraza no tiene mucho que decir. Más bien aprovecha este jugoso negocio armando una supuesta “cooperativa”, Unión del Mercosur, donde se explota todavía más a los trabajadores. Se les impone un tipo de relación de “asociados” en lugar de empleados, evitándose abonar cargas sociales, indemnizaciones, etc., y llegando al colmo de no cubrirlos con ART, cuando son operarios muy expuestos a accidentes graves.

Si ya en la época de Tasselli la burocracia permitió que exista una división entre ferroviarios de primera y de segunda, ahora está más claro que no serán los Verdes de la UF los que terminen con este flagelo.

Ni hablar de los sindicatos de Maestranza (SOM) y la UOCRA a los que están afiliados forzosamente los trabajadores tercerizados, cuyos “delegados” son matones que solo sirven para apretar a quienes intentan organizarse.

El único camino para barrer con esta estafa es el que han demostrado los antiguos tercerizados del FFCC: la organización democrática y desde abajo para luchar contra estas empresas truchas hasta lograr el pase a planta y en el convenio correspondiente.

 Los/as ferroviarios/as de “La Bordó desde las bases” alentamos activamente este camino.