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Libertades democráticas

Lomas del Mirador y el “gatillo fácil”

El viernes 6 de marzo los familiares de Hernán Landolina, profesor de gimnasia muerto en un robo, realizaron una marcha en Lomas del Mirador para pedir “seguridad”. Plantearon que están en contra de la pena de muerte, pero que comparten el resto de las posiciones esgrimidas por Susana Giménez, diva de la dictadura asesina y contrabandista de coches para discapacitados, hoy convertida en vocera de la mano dura.

Carla Lacorte

12 de marzo 2009

El viernes 6 de marzo los familiares de Hernán Landolina, profesor de gimnasia muerto en un robo, realizaron una marcha en Lomas del Mirador para pedir “seguridad”. Plantearon que están en contra de la pena de muerte, pero que comparten el resto de las posiciones esgrimidas por Susana Giménez, diva de la dictadura asesina y contrabandista de coches para discapacitados, hoy convertida en vocera de la mano dura. También anunciaron que serán asesorados por Blumberg y que participarán de la marcha que se hará el día 18. En el mismo acto tomó la palabra una organización autotitulada Vecinos Autoconvocados de Lomas del Mirador, que levantó como programa “la reincorporación de 10.000 policías retirados y un aumento inmediato de los sueldos de los mismos”. Como víctima del gatillo fácil puedo comprender el dolor de una persona cuando pierde un familiar. Conozco de bronca e impotencia. Pero lo que no puedo dejar de ver, ni dejar pasar, es que sobre los hechos de violencia social que se etiquetan con el nombre general de “inseguridad” los medios de los patrones y los personeros de la derecha se montan para distraer al pueblo en el medio de la crisis y buscar “culpables” en los pibes de los barrios obreros y populares. Y es que justamente cuando se habla de “inseguridad” se abstrae que un detonante de la violencia social es la miseria y la pobreza en la que quedó inmerso nuestro país después de la última dictadura militar. Según un estudio de Artemio López, el 22% de los jóvenes cuya franja etárea abarca desde los 14 a 25 años está desocupado, el 35 % vive por debajo de la línea de pobreza y un 10 % directamente es indigente. Vale aclarar que la amplia mayoría que tiene trabajo está precarizado o en negro. En la misma investigación se consigna que sólo 1 de cada 4 jóvenes termina la primaria y el 55% no finalizó sus estudios secundarios. Esta situación se mantuvo en los últimos años de crecimiento económico y es evidente que la crisis que estamos viviendo no hará más que profundizarla. Para “tranquilidad” de Susana y cía., hay que decir que en nuestro país, ya existe una pena de muerte –extrajudicial- para estos pibes que se llama gatillo fácil, institución amparada por todos los gobiernos, desde el de Alfonsín hasta el de “los derechos humanos”. En lugar de hacerle pagar la crisis a quienes la generaron se apunta nuevamente sobre la juventud de los barrios pobres. En época de vacas gordas, luego de las campañas de “inseguridad” lideradas por Blumberg, los casos de gatillo fácil se incrementaron de 104 en el 2003 a 184 en el 2004 y 196 en el 2005, la amplia mayoría de los mismos protagonizados por la bonaerense (datos de la CORREPI). En ese lapso también se multiplicaron los procesamientos de luchadores obreros y populares. Si como consecuencia de las distintas campañas por más “seguridad” en medio del auge económico, auge que sólo vieron las patronales de la ciudad y del campo, fueron miles los pibes del pueblo trabajador asesinados por las distintas instituciones represivas, qué podemos esperar en medio de una crisis que no hace más que profundizarse. Vaya como dato que en los 60 días que lleva este año ya tenemos doce chicos asesinados por la policía. Y esta institución es la que complementa el discurso de la “inseguridad”, la solución mágica es fortalecerla, es decir fortalecer a una banda criminal que no sólo es responsable del gatillo fácil y que cuenta con 9.000 efectivos de la época de la dictadura sino que está involucrada en los verdaderos delitos graves y violentos (desarmaderos, secuestros, drogas). No hay casualidades: los patrones intentan legitimar a esta banda de asesinos para utilizarla contra la clase trabajadora cuando salga a luchar contra la crisis. Por eso es un deber para los revolucionarios del PTS enfrentar esta avanzada represiva todos los días y, en particular, este 24 de marzo.

Como víctima del gatillo fácil espero que ningún sector de izquierda llame a marchar el 18 de marzo. Y lo digo porque muchas fuerzas de izquierda terminan confundiendo a la gente, como ya lo hicieron marchando con el “ingeniero” Blumberg o dándole apoyo a los reclamos de la policía asesina, como si fueran trabajadores y no sus verdugos.

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