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Nacional

Lluvias e inundaciones en Jujuy

Gabriel Brizuela

6 de marzo 2008

En las últimas semanas de febrero las fuertes lluvias se cobraron la vida de más de siete personas, entre ellas cuatro niños pequeños que fueron arrastrados por la corriente cuando el agua de los ríos Chico y Grande, ingresó a la vivienda en que vivían, en uno de los barrios más pobres de San Salvador de Jujuy: Punta Diamante. En los momentos en que escribimos esta nota han comenzado nuevamente las fuertes lluvias, confirmando que existe un “cambio climático” debido a la contaminación capitalista (ver www.pts.org), que está afectando a toda la provincia.

Todos los años durante la temporada de lluvias los trabajadores y habitantes de las barriadas humildes, tenemos que lamentar las consecuencias de las inundaciones, el derrumbe de las viviendas, la pérdida de los bienes elementales para la vida, las evacuaciones, y lo más terrible, la pérdida de vidas humanas, sobre todo de niños.
El gobierno provincial una vez más, ha declarado la “emergencia sociosanitaria”, y “asiste” a las familias damnificadas, con colchones, chapas y bolsones de mercadería, al tiempo que reconoce que no se han llevado adelante las obras de prevención, como las defensas en los ríos.
El gobierno utiliza el dinero de los superávits para millonarios subsidios a los empresarios, que encima pretenden nuevos tarifazos como en el caso del transporte, antes que la realización de las necesarias obras de infraestructura para prevenir las inundaciones, como canales, diques y defensas.
Como un claro ejemplo de la desvergüenza de estos políticos empresariales, que se excusan en la falta de presupuesto para el inicio de un plan de obras públicas que ponga fin al problema de las inundaciones y cree fuentes de empleo, tenemos la construcción de un segundo puente sobre el Río Grande que comunica al Barrio Los Perales con el centro de la ciudad. En este barrio viven los nuevos ricos y los políticos patronales del PJ, UCR, ARI-Cambio Jujeño, el gobernador, jueces y funcionarios.
Este puente costó más de $ 12 millones, mientras en los barrios populares estamos con el agua hasta la cintura, soportando el trabajo en negro, la superexplotación, cuando no, el desempleo.

Una respuesta obrera a la crisis

Ante la crisis que golpea a los barrios carenciados y asentamientos, es necesario, como primeras y urgentes medidas, organizarnos los trabajadores y el pueblo pobre: y luchar para imponer al gobierno un plan de obras públicas bajo control obrero, que defina democráticamente, en asambleas, qué y dónde construir; dónde hacen falta nuevas viviendas, defensas y diques de contención, canales, etc.. Esta obra pública debe ser controlada por los trabajadores y vecinos de los barrios.

Prensa

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