Al gobernador Urtubey y a su ministro de Educación no les alcanzó con la amenaza de cubrir a los docentes en huelga con suplentes ni con el “no pago” de los días no trabajados. La lucha se mantuvo firme con más días de paro y una multitudinaria movilización el 29 de octubre. Entonces el gobierno decidió reprimir, como denunciamos en el número anterior de La Verdad Obrera. Lejos y muy enterrado en el tiempo quedó el discurso “progre” del gobernador que, como buen alumno K, pregonaba la “distribución de la riqueza” y los “derechos humanos”, revelándose así como la continuidad del romerismo.

La Intergremial: un rol calamitoso

Por su parte, la cúpula de burócratas de la intergremial (ATE y las direcciones docentes de ADP, AMET, SADOP y UDA) no disimuló su estrecha relación con el gobierno. Primero, durante las tres semanas de paro de autoconvocados se negó a llevar a delante una lucha conjunta; después, mientras los autoconvocados seguían en lucha, acató la conciliación obligatoria dictada por el gobierno.

La entrega de Gamboa

“El dirigente Victor Gamboa hizo primar la responsabilidad social de los docentes para con los niños salteños”. Así explicaba un diario, sin ocultar su oficialismo, la conclusión del paro tras la asamblea del viernes pasado.
Como denunciaron la gran mayoría de los docentes: “Ellos vinieron decididos a levantar el paro a como dé lugar y como no pudieron hacerlo destruyen la Asamblea”.

Gamboa (junto a los delegados que lo acompañan) terminó levantándolo por $100 en negro y por única vez, cuando los docentes alzaban la reivindicación de $1.800 al básico.

Los desafíos de la lucha docente

Tanto los Kirchner como Urtubey intentan hacer pagar la crisis económica a los trabajadores y el pueblo pobre. La negativa a dar el aumento a los docentes, es una clara muestra, como así también la negativa a sanear la grilla salarial, la nueva Ley de educación provincial o la idea del ministro de educación del pago a los docentes por productividad.

Está claro quién es el enemigo: la lucha docente va en primer lugar contra este gobierno. Más no se puede depositar la más mínima confianza en los partidos de la oposición (PRS, PP, UCR), que en su momento apoyaron el antipopular paro de la patronal sojera y ahora se llamaron al más completo silencio. Pero una lucha consecuente debe combatir también a la burocracia docente de la Intergremial y a entreguistas como Gamboa.

Para eso es preciso mantener la asamblea provincial como un instrumento para la organización y la lucha, y eso solo es posible con la mayor democracia de base, con un cuerpo de delegados por escuela y cargos revocables. Sólo de esta forma se puede evitar maniobras y entregas como la del viernes.

– Basta de ataques y represión

– Plata para educación, no para los empresarios

– No a la nueva Ley de Educación de Urtubey ni al pago por productividad