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Las características del campesinado ruso

24 de mayo 2007

El comienzo de la industrialización en Rusia le otorgó al desarrollo capitalista un carácter contradictorio, de tal modo que como decía Lenin, “el imperialismo capitalista más moderno está entretejido, por así decir, con una espesa trama de relaciones precapitalistas”8. En 1861 se establece la emancipación de los siervos a través de la indemnización y del pago de cuotas usureras por la adquisición de tierras individuales. Los campesinos debían pagar enormes sumas para labrar una tierra individual más pequeña; por otro lado se mantuvo casi intacta la propiedad de los grandes hacendados. Como dice E. H. Carr: “La emancipación minó el equilibrio del que había gozado el campo ruso en el bajo nivel de una economía de servidumbre y no lo sustituyó por ninguna otra cosa”9. Terminó favoreciendo sólo a unos pocos campesinos, que podían extender sus posesiones y contratar mano de obra asalariada; y originó el crecimiento de una mayoría de campesinos sin tierra o con parcelas insuficientes, que debían salir a trabajar para sobrevivir.

La revolución de 1905 planteó la cuestión del agro en toda su dimensión en el proceso de la lucha de clases. En 1905 la matanza del domingo sangriento del 9 de enero combinó los movimientos campesinos con las huelgas obreras. Terminó cuando el ejército compuesto por campesinos fue ganado para derrotar a los obreros alzados en la huelga general de diciembre. Luego de 1905 el gobierno de la autocracia tiene una política para ganar una base de campesinos acomodados. En noviembre de 1906 el decreto de Stolipin busca eliminar el viejo sistema colectivo de posesión campesina, y sustituirlo por uno de posesión individual para introducir mejoras en la rentabilidad de la tierra. Esto terminó polarizando la situación del campo alrededor de tres sectores: los “campesinos pobres” (80 % de la población), sin tierras o con tierras demasiado pequeñas, los “campesinos medios” autosuficientes y la “burguesía campesina” o Kulak, que podía contratar jornaleros. En cuanto a la productividad: “El cálculo falló. No había más solución aceptable para el problema agrario ruso(…) que elevar la productividad, lastimosamente baja, de la agricultura rusa. Esto no podía lograrse sin la introducción de maquinaria y técnicas modernas, cosa que, a su vez, no era posible sobre la base de posesiones campesinas individuales.”

Con la entrada en la guerra la agricultura sufrió la pérdida de las manos de obra que ahora ingresaban al ejército. La producción declinó de forma catastrófica y en el invierno de 1916-17 las grandes ciudades pasaron hambre. “El preludio de la Revolución de Febrero fueron las huelgas industriales, impulsadas por el hambre” que dejaba la penosa situación del campo.

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