La lucha de los trabajadores del Casino mostró como ninguna otra la naturaleza del gobierno K, ya que tuvimos que enfrentar a la patronal de Cristóbal López, amigo de Cristina y testaferro de los Kirchner. Por reclamar contra los despidos sufrimos ocho represiones coordinadas entre la policía Federal y la Prefectura.
En un hecho sin precedentes vimos cómo la burocracia sindical de tres sindicatos armaron un frente entre moyanistas y macristas. Un frente que pasará a la historia como una de las más siniestras traiciones de la burocracia contra la clase obrera.
Quiero aprovechar esta tribuna como militante revolucionaria y promotora de la agrupación Pan y Rosas para destacar el protagonismo de la mujer trabajadora. Hemos dicho presente en el Casino, en la lucha de Fresenius, en las luchas docentes y en la combativa comisión de mujeres de Mafissa. La unidad de las filas obreras empieza por abrir paso a la mujer trabajadora. Como pintaron las compañeras en las fábricas de Mafissa: cuando una mujer avanza ningún hombre retrocede.