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CÓRDOBA

La “unidad” de la CGT y el conflicto de Bagley-ARCOR

La lucha de los trabajadores de ARCOR cambió la situación del movimiento obrero. Casi 30 días de una gran pelea con paros, bloqueo de portones, cortes de ruta y marchas, junto a la gran lucha en Kraft, PepsiCo y otras plantas, logró subir el piso de las paritarias al 35% y desatar la protesta patronal.

Hernan "Bocha" Puddu

3 de junio 2010

La lucha de los trabajadores de ARCOR cambió la situación del movimiento obrero. Casi 30 días de una gran pelea con paros, bloqueo de portones, cortes de ruta y marchas, junto a la gran lucha en Kraft, PepsiCo y otras plantas, logró subir el piso de las paritarias al 35% y desatar la protesta patronal.

Las conducciones de las dos CGT en las que se dividía el movimiento obrero de Córdoba, anunciaron “avances” hacia la unidad y salieron a apoyar, con más discursos que hechos, a los obreros despedidos de Bagley que luchan por su reincorporación.

Un frío sudor corre por la espalda de los burócratas. El temor a que en Córdoba se empiece a organizar el odio que los trabajadores tienen contra ellos. El mismo que vimos cuando cientos de trabajadores de la UOM golpearon a Varas y sus matones en el 2009. Que se expresó en la lucha de los docentes autoconvocados contra la burocracia de la UEPC. Esa bronca se vio cuando decenas de obreros golpearon y echaron a Morcillo de la puerta de Bagley.

Las conducciones de las dos CGT se unen para evitar que se desarrolle en Córdoba el proceso que vemos nacionalmente: el de nuevos dirigentes, delegados y Comisiones Internas que responden a los trabajadores de base y enfrentan a las patronales.

Unidad sindical y algo más

Esta unidad responde también al realineamiento en el PJ en Córdoba por un pacto, nada más y nada menos, que entre De la Sota y Kirchner1. Uno quiere volver a gobernar Córdoba, el otro a ser presidente. Para ese objetivo se prestan los “aparatos”, aunque eran hasta ahora “enemigos irreconciliables”. De la Sota es la expresión de ese “neoliberalismo de los 90” que Kirchner dice combatir. Las conducciones sindicales se dividieron por sus alineamientos con políticos patronales. La CGT Chacabuco, conducida por Dragún (SMATA) con De la Sota y Schiaretti. La CGT Córdoba se dividía entre el apoyo político a Juez o el kirchnerismo.

Durante estos años dejaron pasar todo tipo de ataques contra los trabajadores: miles de despidos en la rama metalmecánica en el 2009 o la reforma jubilatoria, entre decenas de conflictos donde la CGT no estuvo. Además persiguieron a sectores antiburocráticos como es el caso de mi expulsión de SMATA, de dos delegados en la UOM y la persecución contra opositores en docentes y estatales, entre otros ejemplos.

Pretenden represtigiarse después de tantas traiciones, enfrentando a Pagani que es un empresario “opositor” a los K. En ese marco se da su apoyo a los despedidos. Apoyo que, por ahora, no pasó de las palabras y una pobre delegación en los piquetes del lunes 31/5.

La lucha de los obreros de ARCOR debe triunfar

Es necesario que los trabajadores de Bagley exijan a estos dirigentes que pasen de las palabras a los hechos. Si todos los Secretarios Generales que estuvieron dando discursos frente a la planta, no pueden torcerle el brazo a Pagani y reincorporar a 6 obreros despedidos, con mayor razón hay que pelear por recuperar nuestros sindicatos para la lucha.

Pueden convocar ya mismo a una gran movilización de todos los trabajadores de la provincia, apoyada con piquetes y bloqueo permanente a la planta de Bagley, exigiendo la reincorporación. La causa de los obreros de Bagley tiene que ser una causa del conjunto del movimiento obrero, porque es una represalia de Pagani, contra los trabajadores que lograron el aumento más alto y porque existe una oposición combativa a la burocracia como en Kraft y PepsiCo.

La patronal pega abiertamente, rompiendo la paz social, que solicitó y que el gremio firmó. Ahora no deja entrar a los compañeros despedidos a la planta, luego de dictada la Conciliación Obligatoria. Frente a esto, la conducción del STIA no garantiza ninguna medida seria de lucha. Se limita a presentar denuncias ante la Secretaría de Trabajo.

Así apuestan al desgaste y el cansancio que estas medidas implican para los obreros. El apoyo que los dirigentes de la CGT anuncian se tiene que hacer concreto. Hay que preparar ya el paro provincial. En primer lugar para derrotar a la patronal de ARCOR y reincorporar a los compañeros. Y para unificar la demanda que impusieron los trabajadores de la alimentación: aumento salarial inmediato de 35%, como lo empiezan a exigir sectores opositores de docentes.

En Bagley hay que exigirle a la conducción del STIA y a los delegados que garanticen asambleas por turno y medidas de acción como cortes de ruta y paros para mostrar que los obreros no bajan la guardia. La movilización y la lucha es el único camino a la reincorporación. En Bagley se juega una pulseada para todo el movimiento obrero.

Los sectores antiburocráticos debemos organizarnos. Hay que hacer más fuerte una corriente clasista que es lo que hace temblar a patrones y burócratas, prepararnos para recuperar las comisiones internas, cuerpos de delegados y los sindicatos. Esa es la Unidad que necesitamos los trabajadores.

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