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Mundo Obrero

La tradición clasista del Fondo de huelga

“Solidaridad para siempre”, repite el estribillo de una antigua canción de principio del siglo XX. “Solidaridad para siempre” representa una tradición nacida casi con la clase trabajadora misma.

21 de agosto 2008

“Solidaridad para siempre”, repite el estribillo de una antigua canción de principio del siglo XX. “Solidaridad para siempre” representa una tradición nacida casi con la clase trabajadora misma.

Ante cada huelga, la ayuda mutua iba traspasando los oficios y posteriormente los gremios, agigantándose y creando las condiciones para evitar que los patrones quebraran por hambre a los obreros.

Así fueron surgiendo las “cajas de resistencia”, puestas en práctica ante cada situación desesperante de despidos o conflictos largos donde los salarios no eran percibidos.

En los inicios, esas “cajas” eran organizadas por los sindicatos anarquistas y socialistas, y antes de emprender la lucha los protagonistas sabían que podían contar con ellas.

La solidaridad fue el signo de toda gran gesta obrera y mientras más grande era la ayuda recibida, más posibilidades había de alcanzar el objetivo fijado.

A medida que fue consolidándose la burocracia en las organizaciones sindicales, ésta buscó abaratarla y cuando no, liquidarla por completo. Fueron entonces los obreros combativos quienes debieron reconstituirla.

A pesar de ser ignorados o condenados por los burócratas, nuevos combatientes supieron abrirse paso. Ellos no tenían el apoyo de la dirigencia oficial ni los medios materiales que ésta les negaba para aguantar la pelea. Entonces los “fondos de huelga” abrieron el camino para poder seguir adelante.

La historia obrera supo de triunfos colosales en que los fondos de huelga llegaron a ser un factor decisivo. Para algunos ejemplos en nuestro país puede recordarse la huelga de la construcción de 1936 donde las colectas solidarias habían sido tales que los huelguistas vivieron mejor durante ese tiempo que en cualquier otro momento.
Pero no hace falta irse tan lejos para encontrarse con estas lecciones. Siempre que el movimiento obrero resurgió, como en los ‘70, los fondos de huelga formaron parte de su existencia. Allí están los heroicos “Villazos” de Villa Constitución de 1974 y 1975 para demostrarlo.

Décadas de ofensiva patronal atentaron contra la solidaridad de clase, haciendo que esos principios elementales se fueran apagando en la conciencia. Lo que antes era natural se fue desnaturalizando, y hasta hechos aberrantes como el de dirigentes vendidos utilizando los fondos de las organizaciones obreras para provecho propio, aparecieron como algo establecido.

Los hilos de la solidaridad rotos, necesitaban ser anudados de vuelta. Y fueron los obreros de Zanon los precursores de comenzar esta tarea (propuso organizar un fondo de huelga nacional para actuar inmediatamente para cuando se desatara un conflicto).

Su enseñanza de hacer fuertes fondos de huelga fue reescrita en varios conflictos duros, como el del Garrahan, los jóvenes de Jabón Federal o Mafissa, por sólo citar algunos casos.

Hoy les ha llegado el turno a los obreros del neumático. La primera experiencia la hizo FATE hace un año atrás en una lucha de 27 días. Ellos como los de Pirelli saben que la situación ahora es más difícil y que éste es necesario para sobrellevar el aguante de los despedidos. Saben que esta es una herramienta para resistir y para difundir el conflicto en otros sectores.

Recorriendo el barrio, fábricas, universidades y con el aporte de organizaciones solidarias de partidos de izquierda y del movimiento estudiantil, en sólo tres semanas lograron juntar una suma nada despreciable.

Un grupo de trabajadores pequeño pero fuerte, se ha puesto al frente. Su tarea es doble: deben ampliar el fondo y a la vez hacerles ver a sus compañeros que no se trata de pedir caridad, sino de buscar el apoyo en quienes comprendan la situación que ellos están viviendo.

El mensaje debe despertar el amor propio de cada trabajador. Si los despedidos no son dejados solos y cada obrero aporta lo suyo para expandir el fondo de huelga, la lucha del neumático se hará potente, tan potente como lo fueron otras.

En este proceso, una joven generación está haciendo un aprendizaje. Debemos ayudarlos haciendo que su fondo de huelga crezca día a día.

Prensa

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