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MOVIMIENTO OBRERO

A PROPÓSITO DE LA SEGURIDAD EN LOS TRENES

¿La solución es más policía?

La última semana en el FFCC Roca-UGOFE hubo un quite de colaboración por parte de un sector de compañeros debido a que el viernes 4 de mayo un guardatren fue herido por un agresor. La respuesta de los compañeros del sector fue no sacar los trenes si no contaban con seguridad policial.
Nosotros no creemos que la seguridad se soluciona con más policías. Incluso el compañero agredido denunció la complicidad de la policía con pungas y delincuentes.

17 de mayo 2012

La última semana en el FFCC Roca-UGOFE hubo un quite de colaboración por parte de un sector de compañeros debido a que el viernes 4 de mayo un guardatren fue herido por un agresor. La respuesta de los compañeros del sector fue no sacar los trenes si no contaban con seguridad policial.
Nosotros no creemos que la seguridad se soluciona con más policías. Incluso el compañero agredido denunció la complicidad de la policía con pungas y delincuentes.

La marginalidad a la que el sistema capitalista, pese a 10 años de crecimiento record, somete a amplios sectores de la población pobre es una de las causas de la delincuencia menor. Los empresarios, sus gobernantes y burócratas sindicales, todos ellos luego de ser los principales responsables de haberlos expulsados del sistema hasta el punto de negarles la posibilidad de ser explotados y arrojarlos a la más brutal marginación, acuden a sus “perros guardianes” de las fuerzas de seguridad para mantener “el control social” de esos marginados a punta de pistola, cometiendo todo tipo de atropellos y actos de represión.
Los trabajadores tenemos que tener un programa totalmente opuesto para terminar con la pobreza y la marginalidad de amplísimos sectores. Tenemos que tomar como propias las demandas por trabajo (la lucha librada por terminar con la tercerización fue un pequeño ejemplo de cómo dar una salida a cientos de compañeros que en muchos casos, hasta ese entonces también sufrían esa situación de miseria y marginalidad), vivienda, tierra y todas las que nos permitan ir soldando la unidad de los trabajadores y el pueblo pobre. Que nos permita levantarnos de conjunto contra este sistema de explotación y opresión del cual nosotros y ellos somos víctimas. El enfrentamiento de pobres contra pobres nos debilita en esta perspectiva.

Pero la policía no solo reprime a cotidiano a los pobres, también lo hace contra nosotros mismos cuando salimos a luchar. De eso los ferroviarios también sabemos.

No podemos olvidar por un momento que la Policía Federal fue cómplice del ataque que terminó con el asesinato de Mariano Ferreyra.

A su vez, los compañeros de más años recordarán cuando en la gran huelga ferroviaria del ’61 las fuerzas de seguridad iban, fusil en mano, a buscarlos a sus casas para obligarlos a trabajar, ¡e incluso ellos mismos manejaron los trenes para quebrar la huelga!

Este es el verdadero papel de la policía y de las fuerzas de seguridad. Ellos también son los responsables de los miles de casos de gatillo fácil y a la vez una verdadera asociación ilícita responsable de la trata de personas, secuestros, desarmaderos, robo de autos, narcotráfico, entre otros tantos negociados en los que está involucrada.

Tal es el grado de corrupción y de desprestigio de estas policías bravas, que el propio gobierno kirchnerista ha tratado de tapar esta situación sacando a las calles a la Gendarmería, la que nos es presentada como una fuerza confiable y no corrupta.

Otro verdadero engaño. No sólo la Gendarmería es una fuerza tan corrupta como la Policía, sino veamos su asociación con el contrabando en las fronteras y en la ciudad, también se encarga de reprimir y perseguir a los trabajadores y el pueblo. La Gendarmería es responsable del espionaje contra los trabajadores y estudiantes combativos a través del Proyecto X, de la militarización de los barrios y de la represión en el oeste y el sur del conurbano, cuando miles de desamparados por el temporal del mes de abril cometieron el “crimen” de pedir en las calles luz, agua, y chapas.

Los ferroviarios ya sufrimos a la Gendarmería; está probada su responsabilidad en el salvaje asesinato de nuestro compañero boletero Hernán Pérez ocurrido en su propio puesto de trabajo.
Los capitalistas necesitan de policías, gendarmes y de otras fuerzas de seguridad férreamente disciplinadas para defenderse de las luchas de los trabajadores y el pueblo.

Causa Ferroviaria va por otra vía

Ante el pedido de presencia policial por parte de los guardas del Roca, Causa Ferroviaria Mariano Ferreyra (PO) publicó en su blog una declaración donde se puede leer: “Habían pasado 24 horas de la agresión y UGOFE todavía no podía asegurar el servicio por falta de personal policial. Para acompañar a la patota de Pedraza contra un piquete de tercerizados y cometer un crimen reclutaron un ejército, pero no tienen efectivos para garantizar el servicio”.

Y un párrafo más abajo se llega a plantear que “a pesar de que el Estado dispone sumas enormes en concepto de adicionales de policía federal para los trenes, la jefatura policial hace figurar la brigada, pero los agentes no aparecen. Tampoco están protegidas las estaciones, las cabinas de señaleros o las garitas de guardabarreras. Los boleteros han denunciado inseguridad en los relevos de madrugada. Los puestos fijos se cubren con personal ahora convencionado, pero no tienen elementos, capacitación ni resguardo legal para una función que debe cumplir la fuerza pública”...

Hay una barrera infranqueable entre los trabajadores y la policía, como institución represiva de los capitalistas

Con esta declaración, los compañeros de Causa Ferroviaria toman este desgraciado hecho para convertirlo en un programa que exige mayor cantidad de efectivos, y que termina ocultando el verdadero papel de la policía.

Toda agrupación obrera que se diga clasista tiene el deber, incluso frente a hechos como el vivido, de señalar y fomentar entre los trabajadores el más profundo odio de clase contra los represores del pueblo como parte de educar a una nueva camada de obreros que estratégicamente se preparen para enfrentar el Estado de los capitalistas, sus fuerzas de seguridad y terminar imponiendo su definitiva disolución. Para enfrentar y derrotar el Estado de los capitalistas se hace imperioso superar el corporativismo y hacer consciente de que nuestra salida, la de los trabajadores en blanco, es hermanarse con el inmigrante, con el obrero precarizado y con el pueblo pobre, para impulsar la lucha de clases en la perspectiva de acabar con este sistema de explotación y opresión y sus fuerzas de seguridad.

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