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Libertades democráticas

MARIA DEL CARMEN VERDU - CORREPI

“La represión es una política de estado"

Tras presentar el Archivo de Casos de Personas Asesinadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado de 2008, presentamos extractos de la entrevista realizada a María del Carmen Verdú, abogada de la CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional)

PTS

18 de diciembre 2008

¿Qué balance hacen desde la CORREPI a 25 años del retorno de la democracia?

En estos 25 años, nuestro archivo registra hasta este 30 de noviembre 2557 casos de asesinatos por el aparato represivo estatal, utilizando las distintas modalidades represivas, gatillo fácil, tortura, muertes en cárceles y comisarías, desapariciones, fusilamientos en manifestaciones populares, etc. Desde que cerramos el archivo para hacer la estadística hasta el día de la presentación en Plaza de Mayo, el 12 de diciembre, se produjeron 5 casos nuevos. En los pasados 5 años y medio de gobierno son 1062 los hechos registrados. Queda demostrado que lo que decía Alfonsín, que íbamos a vivir en libertad, era imposible en un sistema que necesita la represión para garantizar la opresión. La política represiva de los sucesivos gobiernos constitucionales, una vez terminada la tarea de limpieza encomendada a los militares para cometer el aniquilamiento físico de la resistencia organizada, sobrevino en una etapa donde tenía mayor importancia la represión de baja intensidad, una represión de alto contenido de control y disciplinamiento social, que justamente porque tiene un carácter preventivo respecto de la organización popular no se descarga sobre las organizaciones de la clase trabajadora ni sus dirigentes, sino de manera aparentemente indiscriminada sobre el conjunto de la población. No puede haber explotación sin represión.

Nadie se deja explotar por gusto, salvo que haya una presión muy fuerte, tanto coercitiva como la opresión que surge del consenso, que es la gran herramienta de la democracia para legitimar estas metodologías represivas. La represión es una política de Estado, no es una simple traslación mecánica de los resabios de la dictadura porque eso no explica que la enorme mayoría de los responsables de gatillo fácil y tortura sean cuadros jóvenes, reclutados y formados en las fuerzas después de 1983.
Las sucesivas purgas en las fuerzas de seguridad demuestran que no hay purga que pare el gatillo fácil, porque es una política de Estado funcional al resto de las políticas de estos gobiernos “democráticos”.

Donde se advierte el carácter de política de Estado es en la interrelación de los tres poderes. Si bien el Ejecutivo es el que dirige la fuerza, el Legislativo le da las herramientas, y el Judicial garantiza la impunidad.

Hay fallos como el de la Cámara de Casación, convalidando el “olfato policial” para detener una persona, o el fallo del año pasado de la Corte Suprema, donde se declaró prescripta una causa por torturas sin ninguna sanción, quitándole así el carácter de crimen de lesa humanidad, de un comisario que aparte está imputado en la causa 20 de diciembre por varias muertes. La democracia prefiere reprimir de forma silenciosa con un alto grado de invisibilidad.

¿Qué cambios introdujo el gobierno de los Kirchner?

El gobierno de los Kirchner comprendió que la obtención de consenso y legitimación del aparato represivo era una herramienta fundamental para llevar adelante su política. Salió a buscar el consenso que no había obtenido en la primera elección donde obtuvo el 22% de los votos.

Resolvió llevar adelante una política muy activa para relegitimar el aparato represivo que estaba muy cuestionado. Nosotros sostenemos que la política de derechos humanos del kirchnerismo fue la más brillante herramienta represiva que pudieron pergeñar, autoproclamándose el gobierno de los derechos humanos. ¡Cómo llamar represor a un gobierno que impulsa juicios contra la dictadura! Esto es parte de su política represiva, porque con un costo inexistente se desprende de dinosaurios inútiles para mantenerlos en la impunidad, que no les genera ningún beneficio porque son otros los cuadros que dirigen el aparato represivo como Weber hijo, porque Weber padre sí puede estar preso. Weber hijo fue ascendido pese a ser el fusilador de 3 de los 5 muertos del 20 de diciembre, y el represor de la legislatura el 16 de julio de 2004.

El gobierno logró desarticular el movimiento de DD.HH., que si bien siempre fue heterogéneo, tuvo organismos proclives a colaborar con los sucesivos gobiernos. Hoy, salvo un puñado muy digno de organizaciones, los organismos históricos forman parte del partido del gobierno, reciben subsidios y tienen funcionarios.

¿De qué forma opinan que se puede luchar contra el gatillo fácil y la represión estatal?

La represión es una herramienta imprescindible de todo gobierno que administra una sociedad dividida en clases. No hay salidas alternativas o soluciones reformistas dentro del marco del sistema. Es imposible plantearnos disolver el aparato represivo sin tocar el Estado, que lo ha investido de ser su brazo armado. Convocamos a la clase trabajadora, al pueblo y a todas sus organizaciones para luchar contra la represión estatal con independencia del Estado, el gobierno y sus organismos.

Queremos generar conciencia sobre el alcance y la extensión de la política represiva estatal y sobre su naturaleza como política de Estado, porque ese aporte a la conciencia ayuda a la deslegitimación de las instituciones del Estado, a la comprensión de cuál es el rol del Estado, de su función como órgano de la clase dominante. En ese sentido nos parece que jugamos un rol imprescindible, hasta estratégico para la clase trabajadora.

El 21 de diciembre a las 17 hs. hacemos un festival para recaudar fondos, donde van a tocar Caramelo Santo y otras bandas en el teatro Verdi de la Boca, Almirante Brown 736, están todos invitados.

Entrevistó Miguel Raider

Prensa

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