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La “maldita policía”, el Estado y el kirchnerismo

El asesinato de Fabián Gorosito a manos de una patota de “La Bonaerense” disparó un nuevo debate en la blogósfera: la relación entre la “maldita policía”, el Estado y el kirchnerismo.

Diego Lotito

18 de noviembre 2010

La “maldita policía”, el Estado y el kirchnerismo

por Diego Lotito de El Diablo

El asesinato de Fabián Gorosito a manos de una patota de “La Bonaerense” disparó un nuevo debate en la blogósfera: la relación entre la “maldita policía”, el Estado y el kirchnerismo.

Varios blogueros K vienen abordando el problema, enfocándolo desde la “seguridad” y la necesidad de “controlar a la policía”. Desde la troskósfera le entramos al debate con varios posts en El Diablo se llama Trotsky, La troska Rosario y Santiago y la trinchera. Aquí resumimos un poco la discusión.

Kirchnerismo, fuerzas represivas y decadencia del Estado

Discutir el problema de la policía es discutir el problema del Estado capitalista. En una de sus respuestas, el bloguero Mauri K de Derek nos plantea que él no busca “destruir el Estado”, sino “reconstruirlo para utilizarlo a favor del Pueblo, no de una clase social en particular contra otra.” Pero esto no es posible, o como les gusta a los peronistas decirnos a los trotskistas, es una utopía. Porque el pilar del poder del Estado son las fuerzas armadas, las policías, los gendarmes, las cárceles, pero no por encima de las clases, sino como instrumento de coersión y represión de las clases dominantes sobre las clases explotadas.

Ahora, el problema es que en Argentina los principales destacamentos armados del Estado, principalmente las Fuerzas Armadas genocidas, están profundamente desprestigiados ante la sociedad, a pesar de todos los intentos de “reconciliación nacional”.

Por ello desde 1983 los distintos gobiernos capitalistas han dado mayor protagonismo en la represión estatal a otras fuerzas, como la Gendarmería, la Prefectura, y las policías… o sea, a bandas descompuestas como la Federal y la Bonaerense, que son las principales “asociaciones ilícitas” y criminales del país.

Esta crisis de los destacamentos armados del Estado muestra entonces la decadencia del Estado mismo. Por ello, la política de “no represión de la protesta social” que presentan como fruto de la virtud de Néstor Kirchner, fue en realidad fruto de la necesidad. Por nuestra parte, descreemos de la falta de vocación represiva del kirchnerismo, como ya mostró en Las Heras, en el Casino de Buenos Aires o en Kraft.

Delito y sociedad capitalista

Pero la decadencia del estado capitalista es sólo una cara de la moneda. La otra, es la descomposición social del capitalismo. “¿Qué solución le damos al laburante que se bajó del 544 y vinieron un par de pelotudos y le sacaron la quincena?” nos dice Mauri K. El blog Criminal Mambo le acerca una: “planes efectivos para el combate del delito, la distribución geográfica de los agentes, los salarios, escalafones, equipamiento, etc.” Más allá de lo reaccionario de querer “equipar” a la policía que desapareció a Luciano Arruga, antes que las soluciones, primero hay que indagar en las causas.

Como demostró Miguel Raider en LVO N° 316, “… la predominante mayoría de los delitos de nuestro país son delitos contra la propiedad” y “responden a motivos generados por la pobreza y la marginalidad que afectan a las capas más vulnerables de las clases subalternas urbanas, producto de la brutal concentración de la riqueza en manos de un puñado de capitalistas.”

Por esto es completamente hipócrita la condena de la burguesía al “pequeño delito”que está enraizado en lo más profundo de un régimen social basado en el robo “legal” del trabajo ajeno. Como develó Marx: El crimen descarga al mercado de trabajo de una parte de la superpoblación sobrante (...) y, al mismo tiempo, la lucha contra la delincuencia absorbe a otra parte de la misma población”. Delito y policía son instituciones complementarias. El delito generado en el propio capitalismo alimenta la industria de armamentos y seguridad, al mismo tiempo que la policía es la principal protagonista del “gran delito” (drogas, prostitución, trata de mujeres, robos y desarmaderos de autos, secuestros extorsivos, y hasta accidentes de tránsito).

El debate sobre el programa

Mientras unos nos piden “soluciones, no manifiestos”, desde el blog Omixmoron llaman a la izquierda a “incorporar el debate de la seguridad” a nuestra agenda. Los blogueros peronistas van así desde la crítica fácil de no dar “respuestas concretas”, a la exigencia de pronunciarnos por alguna variante de garantismo y “control de la policía” contra la línea de “mano dura”, o sea, persistir en el fracasado intento de reforma de Arslanián.
Pero el tema de la “seguridad” ya está en la agenda de la izquierda. Por ejemplo, desde Luis Zamora hasta Vilma Ripoll del MST y el PCR proponen hace tiempo la “elección directa de los comisarios” (incluso el PO ha coqueteado con líneas de “control civil” sobre la policía). Pero nosotros no. Para los trotskistas del PTS el problema es de clase. Si la causa principal del delito es la descomposición inevitable del capitalismo, hay que levantar una política independiente del Estado, que enfrente a las fuerzas represivas a la vez que combata la pobreza y la desocupación, para garantizar a las mayorías populares el derecho a la existencia.

Lejos de pretender una reforma de verdaderas asociaciones ilícita como la policía, la única salida es su disolución y la de todas las fuerzas represivas, para ser reemplazados por milicias basadas en las organizaciones de trabajadores, con participación en su dirección de integrantes de organismos de derechos humanos y víctimas de la represión policial e institucional. Este es el único modo realista de plantear la cuestión.


Seguir este debate en http://eldiablosellama.wordpress.com, http://latroskarosario.wordpress.com, http://latroskotrinchera.blogspot.com

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