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La lucha por la Cuarta Internacional y la vanguardia obrera

PTS

20 de agosto 2009

En este punto partimos de considerar que el nuevo período de crisis histórica del capitalismo pone en primer plano el problema de cómo avanzar hacia un partido mundial de la revolución socialista. Es decir, cómo encarar la necesidad de unir por sobre las fronteras a la vanguardia obrera con un programa y una estrategia para triunfar contra el ataque de los capitalistas, de las transnacionales y el imperialismo, en la perspectiva de construir una dirección revolucionaria internacional que pueda ponerse al frente de los grandes combates de la lucha de clases y dirigir a los trabajadores hacia el triunfo hasta derrotar al capitalismo imperialista y construir el socialismo internacional.

Hemos considerado siempre que la reconstrucción de la Internacional será producto de la unificación con sectores de la vanguardia obrera que se radicalicen y con alas izquierda de corrientes políticas que se reclaman trotskistas, y hemos puesto el acento en la importancia de extraer lecciones comunes de los grandes acontecimientos de la lucha de clases para converger con sectores que avancen a posiciones revolucionarias. El nuevo escenario mundial y sus perspectivas colocan como eje a discutir los problemas del programa y la política con que nos preparamos a intervenir los trotskistas.

En la Conferencia, reflexionando sobre la importancia del programa y el álgebra de las tareas de construcción internacionalista en la actual situación preparatoria, hemos podido avanzar en cómo tener una política más activa hacia la reconstrucción de la IV Internacional.

Esta tarea debe ser concebida como un proceso de fusión no sólo con aquellas corrientes o grupos que coincidan en el programa sino que además tiene una dimensión clave en la práctica política, es decir, en la forma en que nos proponemos incidir en el reagrupamiento de la vanguardia obrera, combatiendo el rutinarismo centrista de adaptaciones al sindicalismo y la democracia burguesa que han permeado mucho la práctica de corrientes que se reclaman trotskistas.

En efecto, siendo clave el programa no basta la letra, sino que es fundamental la práctica política que de él se desprenda. La mayoría de las corrientes que dicen reivindicar el Programa de Transición, en los hechos lo abandonan en su actividad en el movimiento obrero, para limitarse a un sindicalismo de izquierda que sólo levanta en forma aislada algunas consignas y se adapta a las direcciones burocráticas (aunque critique sus métodos más antidemocráticos y presione por una línea más combativa). Esta es la práctica que vemos, por ejemplo, en corrientes como Lutte Ouvriere o el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) en Francia, incapaces de luchar por una perspectiva superior ante grandes luchas en las cuales contaban con responsabilidad dirigente, como la de los obreros de Continental o frente al levantamiento en la colonia francesa de Guadalupe. Es también la práctica del PSTU en Brasil que, aunque dirige sindicatos como el de los metalúrgicos de San José dos Campos, se mostró completamente impotente para enfrentar el despido de más de 4.000 trabajadores en EMBRAER, con lo que se llegó a “una derrota producto de una lucha no dada”, como dicen nuestros compañeros de la LER-QI.

Por nuestra parte, creemos que ante la crisis y las penurias con que amenaza a los trabajadores, es fundamental agitar (y no sólo hacer propaganda) un programa transicional para que la crisis la paguen los capitalistas, que incluya el control obrero de la producción, el reparto de las horas de trabajo y la expropiación bajo gestión obrera de toda empresa que cierre o despida.

Esta agitación debe preparar las condiciones para tratar de pasar a la acción allí donde los socialistas revolucionarios ganemos influencia. Desde el apoyo a las acciones obreras y la generalización de sus experiencias más avanzadas a la exigencia de frente único a las direcciones sindicales para la lucha unificada y en fin, todo el arsenal de tácticas que sea necesario articular para intervenir de forma revolucionaria y avanzar en la fusión con lo más perspicaz de la vanguardia obrera en torno al programa de los trotskistas.

Esta preparación, aunque todavía sea a nivel de las pequeñas ligas de propaganda en el terreno nacional, es esencial para educar y moldear en una disposición a la acción revolucionaria en función del Programa de Transición diametralmente distinta a la práctica de los centristas y de esa manera, ubicarse de una manera mucho más concreta ante lo que significa combatir por reconstruir la Cuarta Internacional como un partido mundial de la revolución socialista, tarea histórica que la vanguardia obrera internacional debe tomar en sus manos para prepararse de cara a los futuros combates de la lucha de clases a nivel mundial.

La situación y las tareas de la FT-CI

Nos consideramos un destacamento avanzado de este combate. Aunque todavía somos una corriente esencialmente latinoamericana, el desarrollo de varios de los grupos con avances en la ligazón al movimiento obrero y en la elaboración de programas nacionales, junto al desarrollo teórico-político, permiten constatar que la FT se ha comenzado a convertir en un polo trotskista en lucha por la reconstrucción de la Cuarta Internacional ya no sólo de propaganda sino también de acción. Esto lo muestran ya no sólo el PTS, con su acumulación militante y su inserción en la vanguardia obrera y juvenil en Argentina –rica experiencia de la que dieron cuenta los camaradas obreros que expusieron sobre la expropiación de Zanon y los procesos que se viven en distintos sectores industriales y de los servicios-, sino también, aunque en menor escala en otras secciones.

Pudimos escuchar a los compañeros de Brasil explicando la participación dirigente de la LER-QI en la huelga de más de 50 días en la Universidad de San Pablo, con piquetes y una fuerte represión policial que la transformó en el más importante conflicto del país del primer semestre, siendo uno de sus referentes nuestro camarada Claudionor Brandao, dirigente del SINTUSP (Sindicato de los Trabajadores No Docentes). Los jóvenes dirigentes de Chile expusieron el dinamismo y los desafíos que se plantea Clase contra Clase. Compartimos las posibilidades políticas que se abren en México para la LTS y los desafíos que para los revolucionarios implica la situación centroamericana, asumiendo, junto a la joven LRS de Costa Rica, el desafío de extender la FT en esta región del continente. Los camaradas de Venezuela informaron de la pelea por una política obrera independiente junto a trabajadores de SIDOR. Los compañeros de Bolivia expusieron sobre la intervención en varios procesos de organización y lucha obrera en El Alto que nos ha puesto bajo los ataques de las empresas, de la burocracia sindical y del gobierno.
Con la activa intervención de los camaradas militantes y simpatizantes de Francia se desarrolló una importante discusión sobre la forma y los criterios para avanzar hacia la reconstrucción de la Cuarta Internacional ante el curso cada vez más oportunista de las corrientes tradicionales del movimiento trotskista y habiendo procesos como el NPA que, más allá de su carácter centrista y su programa semi-reformista, atraen a sectores de trabajadores y la juventud. También están dando pasos en esa dirección nuestros compañeros militantes y simpatizantes en el Estado Español y Alemania, cuya labor, a pesar de su carácter inicial, es de la mayor importancia para avanzar en una construcción no sólo latinoamericana sino verdaderamente internacional.

Así, reflexionando sobre las experiencias realizadas en el último período y las oportunidades políticas que se abren, la Conferencia dedicó varias sesiones a la discusión sobre la situación y las perspectivas de los grupos de la FT en los distintos países.

Una resolución importante es la de elaborar y publicar un Manifiesto Internacional, que planteando la necesidad de la Cuarta Internacional y llamando a la vanguardia obrera a tomar parte en esa lucha, reivindique la gran tradición proletaria y revolucionaria que se sintetiza en sus banderas, explique el papel e importancia del Programa de Transición para las luchas actuales, plantee los métodos que hay que recuperar, desde la acción directa y la autoorganización al frente único obrero, señalando además cuales son las vías para avanzar en la reconstrucción de la Internacional, fusionando en torno al programa y las lecciones de la lucha de clases a la vanguardia obrera y a los sectores que evolucionen a izquierda del movimiento que se reclama trotskista.

Se decidió constituir un Comité Ejecutivo Internacional para coordinar la elaboración política y actividades de nuestra corriente internacional.
Las compañeras de los distintos grupos que están desarrollando Pan y Rosas realizaron también reuniones para discutir aspectos políticos y programáticos de la cuestión de la mujer y coordinar planes y actividades.

Finalmente, entre otras resoluciones, la Conferencia adoptó la de redoblar la fuerte campaña internacional por la derrota de los golpistas en Honduras que ya hemos iniciado, llamando a las organizaciones obreras, estudiantiles y populares y a la izquierda a impulsarla sumando nuevas fuerzas. En este nuevo impulso de la campaña incluye viajes para hacer presente nuestra solidaridad en Honduras y profundizar las relaciones ya iniciadas con sectores de la resistencia hondureña.

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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