Entre el gobierno y la oposición debaten por el control de los grupos empresarios sobre los medios de información y hablan de “libertad de expresión”. Lo cierto es que las obreras y obreros de Terrabusi tienen que cortar la Panamericana para que su lucha contra 160 despidos de la patronal yanqui de Kraft aparezca apenas unos minutos en televisión. Hay que rodear de apoyo y difundir las huelgas contra los despidos, el ataque a las libertades sindicales y los reclamos por el salario.

Pero también hay que dar una respuesta en el plano político. Porque mientras las direcciones de las centrales sindicales siguen sin convocar a un plan de acción nacional por las demandas de los trabajadores, nos llaman a “hacer política” para apoyar a uno u otro bando patronal. Los de la CGT se dividen en la interna del PJ, Moyano con los Kirchner y los Gordos con Duhalde; y en la dirección de la CTA, se reparten el apoyo al gobierno y la centroizquierda. Nuestra propuesta es que las organizaciones obreras combativas y los delegados antiburocráticos impulsemos una corriente nacional con las banderas de Zanon, para luchar para que la crisis la paguen los capitalistas y por la independencia política de la clase trabajadora.