Cuando estallo la pandemia de Gripe A, en la fábrica de Gral. Pacheco había mas de 200 criaturas en la guardería. Había contagios de hijos y a partir de ahí el reclamo fue que habia que tomar una serie de medidas para evitar el contagio, que no se propague la enfermedad y garantizar la salud de los trabajadores y sus hijos. Pero la empresa se negó a cualquier cambio. Los trabajadores indignados pararon la producción y fueron a increpar a los gerentes que se negaban a tomar medidas mínimas. Ante el cariz que tomaban los acontecimientos el Ministerio de Trabajo decretó un asueto de 2 días, pero la producción se paró durante una semana ya que los trabajadores seguían reclamando mas seguridad e higiene.

Este conflicto triunfante, ya que la empresa debió pagar los días caídos, desinfectar todo y dar asueto a los de riesgo fue encabezado por la CI y los delegados de sector que todavía Kraft no reconoce. El Sindicato fue a la rastra.

La patronal se quiere vengar de esa magnífica acción directa, que resolvieron democráticamente los trabajadores en asambleas y que significó un triunfo para ellos. Y a su vez castigar a los que se pusieron a la cabeza de ese reclamo, los miembros de la Interna y los delegados de sector. La alimentación es una de las pocas ramas industriales, junto a la farmacéutica que se benefició por la Gripe A, que han crecido en medio de la crisis capitalista. Terrabusi tiene mas de 2.500 trabajadores y facturará este año cerca de 1.000 millones de pesos. Los despidos son claramente un ataque político

Parar los despidos

El martes a las 14 hs le fue prohibida la entrada a varias decenas de compañeros, entre ellos delegados y activistas, que ingresaron igualmente a su trabajo. Ahí comenzó la lucha. Se resolvió parar la producción. No sólo Daer sino la misma CGT de Moyano debió salir al cruce de semejante ataque calificándolo de “verdadera provocación” y denunciando que esta empresa extranjera no respetaba la “soberanía nacional”. A las 22 hs de ese día sucedió lo mismo cuando entraba el turno noche, los despidos eran unos 80, que también lograron ingresar. Pasada la medianoche salió la conciliación obligatoria que la patronal acató momentáneamente. Les dio las tareas habituales a los despedidos como dice el Acta ministerial pero sólo por unas horas. A las 4.30 de la mañana anuncia que desacata la conciliación. Pero los trabajadores toman prevenciones y los despedidos del turno tarde y del turno noche permanecen dentro de la planta y los de la mañana ingresan también. La guardia policial había disminuido notoriamente. El día miércoles en el turno mañana tampoco se trabaja y la empresa se niega a darle trabajo a los despedidos. La idea general era cortar la Panamericana, pero un sector mayoritario decide esperar a la reunión de conciliación que se realizaría a las 17 hs en el Ministerio de Trabajo. Esta reunión mostró la intransigencia patronal: ninguna reincorporación y dijo que no acataría la conciliación. Las expectativas que algunos pusieron en la negociación se vieron frustradas lo que obligaba a retomar con más fuerza las medidas de lucha.

Enterados de la actitud patronal el turno noche estalló de bronca y decidió en asamblea parar la producción hasta que entren todos, hacer durante el día un corte de Panamericana y reclamar a Daer que lance un paro de todo el gremio. La burocracia verde decía que había que “seguir trabajando porque había conciliación obligatoria” pero la gente le respondió bien: ya estamos cansados, la conciliación la violaron ellos, por eso quedamos en libertad de pelear por los compañeros despedidos.

La represalia de esta patronal imperialista fueron los más de 150 despidos discriminatorios y con causa, que van del coordinador general de la CI Ramón Bogado hasta congresales de la lista Verde oficialista y un miembro de la Comisión Directiva pasando por la mayoría de los delegados de base aún no reconocidos ni por el gremio ni por la empresa. El Dr. Julián De Diego es el asesor de esta empresa. El ya había dicho un día después de las elecciones legislativas y a propósito de las “dificultades” que enfrentaban los industriales: “El tema más grave es un cierto estado de rebelión en el mundo laboral, (...): los delegados que pasaron a tener un protagonismo clave(...) y el estado asambleario creado en muchas empresas líderes” (El Cronista, 29/06). El ataque ahora en Terrabusi se ajusta a ese diagnóstico y tiene como objetivo terminar con esa representación democrática de delegados de base y de una CI opositora al Sindicato. Hay declarada una pulseada entre la fuerza obrera y la poderosa mutinacional, que quiere doblegar a los trabajadores. Hay que evitarlo y para eso es preciso redoblar la lucha para quebrar la voluntad del enemigo. El reclamo del turno noche a la dirección del STIA -Sindicato de Alimentación- que conduce Rodolfo Daer de que convoque un paro de todo el gremio debe ser la bandera de todos los trabajadores de Terrabusi. A su vez la CGT de Moyano debe pasar de los dichos a los hechos con un apoyo concreto con medidas de acción y la presencia en la puerta de fábrica.

Hay que unir todas las fuerzas para frenar el brutal ataque que pretende descabezar al sector combativo de la fábrica y dar un golpe disciplinador a la base de Terrabusi, a todos los compañeros combativos del gremio y al conjunto de los luchadores que enfrentan los atropellos patronales.
Por eso la lucha de Terrabusi es una causa de todos, tanto de trabajadores, estudiantes o sectores populares. Los sectores combativos y antiburocráticos debemos rodear de solidaridad y apoyo efectivo a l@s trabajador@s de Terrabusi.