Respondemos en estas líneas las falsedades afirmadas en la nota firmada por Néstor Rivas en el último número de la Prensa Obrera. Sus expresiones desencajadas contra el PTS demuestran mucho nerviosismo y perturbación provocados, tal vez, por haberse entusiasmado por adelantado con la posibilidad de entrar a la Legislatura provincial porque “el electorado se subiría al carro de la rebelión popular”.

Este tono no sorprende porque se trata de una corriente ajena y marginal al proceso de Zanon, que ingresó a la fábrica a casi dos años de ocupación y gestión obrera cuando se resolvió crear nuevos puestos de trabajo por la política de incorporar militantes de los movimientos de desocupados impulsada por la directiva del soecn1. Una corriente que también suele ponerse nerviosa cuando se discuten las posiciones que levantan sus militantes que ingresaron a Zanon: como cuando para el 24 de marzo de este año la directiva y la vanguardia de la fábrica proponían una jornada de lucha y movilización y repudiar el feriado de K, y Marcos Mungía mocionó en contra proponiendo que se aceptase el feriado y se cobrase como tal. O como cuando votaron en contra de la representación de las minorías en la reforma de los estatutos del sindicato (en 2005).

Bienvenidos al tren

Desde hace un tiempo atrás el PO se dio cuenta de la importancia de la lucha que llevamos adelante los obreros de Zanon desde que en el año 1998 recuperamos nuestra comisión interna y forjamos las asambleas y la unidad de la fábrica. Lucha que seguimos contra las amenazas de suspensiones y despidos, con la huelga de los 9 días y la muerte de Daniel Ferrás en el 2000. Con la batalla contra la patronal, la burocracia sindical y el Estado que terminó en la recuperación del sindicato en diciembre de ese año, las huelgas con piquetes a lo largo del 2001, los plenarios y reuniones abiertas de la directiva del sindicato, la ocupación de la fábrica, la puesta en producción, la gestión obrera y la resistencia a las órdenes de desalojo. La construcción de la coordinadora regional del Alto Valle -en el 2002- que nucleaba en unidad efectiva a ocupados y desocupados, a trabajadores de la industria y de sectores estatales como la comisión interna del Hospital Castro Rendón o los trabajadores de la educación de ATEN, agrupaciones de trabajadores, de estudiantes y partidos de izquierda. El PO, por su típico sectarismo, se negó a ser parte (lo mismo que con los Encuentros de Fábricas Ocupadas o el periódico Nuestra Lucha).

Las fechas, los debates, los procesos

El PO no fue parte de esta historia y por eso se puede entender que no conozca muchos de sus capítulos. Pero hay algunos puntos que no puede desconocer porque fueron y son públicos: el debate en Zanon sobre la necesidad de construir una herramienta política propia de los trabajadores se remonta al 2002. No fue “después de la Constituyente en 2005 (que) surgió el planteo de tener un legislador de Zanon”, como afirma en su nota el compañero Rivas. Este desconocimiento tal vez se deba a que el compañero Rivas estaba durante esos años militando en el frente universitario del PO en Buenos Aires.

Ya promediando el 2003 surgió la propuesta desde la coordinadora de presentar un Frente de Trabajadores en las elecciones provinciales de septiembre. El PO, que no participó del debate y venía de un frente con los kirchneristas de Patria Libre en las elecciones municipales, llegó tarde a una reunión convocada en la fábrica en la que se encargó (junto al MST) de boicotear esta perspectiva (vale recordar que finalmente presentaron candidatos juntos con Izquierda Unida). Dos años más tarde, en el 2005 y frente a la convocatoria a la Convención Constituyente volvieron a organizarse reuniones para constituir un Frente de Trabajadores en los que el PO antepuso sus intereses de secta, como el de querer encabezar la lista.

En síntesis, sólo quien no conoce la historia o pretende tergiversarla puede afirmar que recién después de las elecciones de constituyentes del 2005 surgió en Zanon la idea de construir una herramienta política o presentarse a elecciones bajo la figura de un frente.

La película no comienza cuando uno prende la televisión

Pareciera que el PO considera que el reloj de la historia arranca cuando ellos reparten un volantito. Pues bien, debemos decirles que esto no es así. En el proceso de Zanon, y frente a la amenaza de cierre de la fábrica, se fueron fusionando la combatividad de los obreros, su creatividad y voluntad y algunos aportes programáticos que hicimos los trotskistas como, entre otros, el control obrero, la apertura de los libros de contabilidad o la expropiación y estatización sin pago2 (todos puntos planteados por Trotsky en el Programa de Transición de 1938).
En el mismo sentido se viene desarrollando desde hace años en sectores de la fábrica y del sindicato ceramista un debate sobre la necesidad de la construcción de una herramienta política con independencia de clase. Por eso frente a estas elecciones fueron muchos los debates con compañeros y dirigentes ceramistas para tratar de poner en pie un Frente de Trabajadores que señale esta alternativa y que finalmente no prosperó.

El PTS puso todo su empeño en este debate. No como el PO que fue uno de los obstáculos para que esta perspectiva se concrete. Fue el PO que en su XVII Congreso de principios de abril, y mucho antes que vencieran los plazos para hacer las presentaciones electorales, ya había resuelto que “el Partido Obrero se hará representar en la campaña electoral por hombres y mujeres que expresan la lucha política del Partido (...) el Congreso del PO apoyó la designación de los compañeros Patricia Jure, de Aten, y a Marcos Munguía, de Zanon” (PO 987) y, una semana después, la regional Neuquén del PO “proclamó sus candidaturas para las elecciones provinciales del próximo 3 de junio: Patricia Jure, gobernadora; Marcos Munguía, legislador” (PO 988). ¡Todavía faltaba más de un mes para cerrar alianzas y frentes electorales!3 Por el contrario, el PTS fue el último partido en lanzar la campaña electoral y sus candidatos por estar abocado con todas sus fuerzas a la huelga docente y la lucha provincial para echar a Sobisch y por explorar hasta último momento la posibilidad de construir un frente de trabajadores. ¿Quién saboteó la posibilidad de un frente?

Insistimos con nuestra propuesta

Desde el PTS somos consecuentes con nuestras propuestas políticas. Proponemos a las organizaciones de la izquierda clasista y a los sectores combativos del movimiento obrero luchar por construir un gran partido de la clase trabajadora. No se puede dudar más. Así como los trabajadores damos la pelea en la lucha de clases tenemos que dar el debate en el terreno político y en la arena electoral. Por eso proponemos que en las próximas elecciones nacionales (y municipales en la zona) se constituya un frente de trabajadores y la izquierda clasista. Si el PO deja de lado su autoproclamación debería sumarse a esta perspectiva.