“En la semana estuvimos junto a Yuri por la fábrica Indugraf. Los compañeros nos recibieron muy bien, y participamos junto a ellos en charlas y nos contaron los problemas que están teniendo; los miedos al desalojo, las noches largas y las nuevas amistades que la solidaridad da nacimiento. Nos contaron su idea de que el Estado se haga cargo, y la lucha que están dando. Justamente, nosotros veníamos con ese viejo reclamo que el Estado nos considere proveedores. Nuestra exigencia al Gobierno siempre fue que el Estado nos compre la producción. En parte lo logramos y nos acaban de comprar trajes para los chóferes y ascensoristas. Y ahora contamos con la posibilidad de hacer guardapolvos para los chicos y mamelucos para 100 cooperativas. Esto es una salida. No es todo. No hay que dejar de luchar.

A la vez, sentíamos que junto a la crisis, el ejemplo de las fábricas que se fueron tomando en el 2001 / 2002 está un poco más vivo. La gente sabe que los trabajadores podemos poner a producir. Es difícil. Cuesta esfuerzo. Pero es un desafío que suele darle sentido a la vida. Descubrimos que la necesidad obrera puede más que la ‘coherencia’ capitalista. Todas y todos los trabajadores de las fábricas recuperadas hemos resistido y resistimos. Esto, nuestros hermanos de clase lo ven y lo viven, y queda grabado en la cabeza y corazones. La gestión obrera es posible. Los trabajadores de Indugraf lo saben, y pueden contar con nosotras.”