Durante el conflicto con el campo el kirchnerismo intentó presentarse como “nacional y popular” y defensor de los intereses de los más humildes. Así quiso legitimar su política de apropiarse de una porción mayor de las ganancias de los capitalistas agrarios. Esta impostura queda en evidencia si se analiza la rentabilidad de otros sectores capitalistas que también lucran con la explotación de los recursos naturales. En esta ocasión analizaremos la renta petrolera, en base a datos del libro Saqueo Petrolero del Nuevo Proyecto Energético Latinoamericano, editado conjuntamente con el Instituto del Pensamiento Socialista.

Pasado, presente

Hay que destacar que, en los hechos, el kirchnerismo, tiene una política consecuente, apoyó con entusiasmo la privatización de YPF, en la década menemista, impulsó la provincialización de los recursos hidrocarburíferos, en la reforma constitucional de 1994, y terminó impulsando la ley que consagra esta política privatizadora, algo que liberales como el finado Alzogaray, o Lopez Murphi aprobarían con un 10.
A esto hay que sumarle la ausencia total de control estatal, ya sea en la producción, inversión o ganancias. No hacen falta muchos ejemplos, el Estado calcula los impuestos y las retenciones en base a declaraciones juradas de las empresas petroleras de lo que producen, lo que exportan y lo que ganan.

Las ganancias

Hay que destacar que las petroleras “obtienen inmensas ganancias por los altos costos del crudo internacional, la casi inexistente inversión en exploración, pero también porque la devaluación produjo una fuerte baja en los costos laborales, la sobreexplotación y la precarización de los obreros del sector”. Esto provocó que “el aumento de la renta petrolera haya sido en el 2006 del 645% promedio a nivel nacional respecto del año ’99”.

Para ver el origen de estas enormes ganancias “se debe tener muy en cuenta el costo de extracción de un barril de petróleo en la Argentina. Según la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) ese valor fue de 7,9 dólares por barril en los años 1999 y 2000, mientras que en los restantes años del período estudiado fue de 6,1 dólares por barril (…) en muchos estamentos oficiales del gobierno argentino y de las propias compañías del sector se menciona que ese costo de extracción en la actualidad no superaría los 4 dólares por barril, y hasta existirían yacimientos donde los valores de producción son aún menores”.

El libro que estamos citando demuestra las ganancias por minuto (ver cuadro 1).

Para analizar la explotación lo podemos comparar con la evolución del salario de los trabajadores (ver cuadro 2)

El saqueo

Para finalizar hay que agregar que desde la privatización de YPF hasta hoy, la exploración de nuevas cuencas fue prácticamente inexistente. Y las fabulosas ganancias fueron a parar a los países imperialistas de donde provienen la petroleras.

Esta es la política “nacional y popular” de los Kirchner.