Negocio y disputas capitalistas

La lucha de los telefónicos se da bajo una nueva configuración del mercado de telecomunicaciones. La extensión de Internet, que alcanza a casi 4 millones de usuarios sobre un mercado potencial de 10 millones de hogares, junto a los casi 20 millones de celulares, han modificado los ejes del negocio. Junto a esta dinámica han crecido las empresas históricas del sector como Telefónica, Telecom, y, en una medida importante, CTI. En estas instancias entró el Grupo Clarín, que a través de Multicanal y Cablevisión, ofrece cable modem y TV, convirtiéndose en el nuevo y serio competidor de Telefónica.

La nave insignia española

La empresa española, es una de las naves insignias del imperialismo español y lleva más de 15 años obteniendo ganancias fabulosas en Argentina y varios países latinoamericanos. Ganó el año pasado más de 6.000 millones de euros, 40% más que en 2005. Y en el país registró ganancias por más de 300 millones de euros (aunque un 7% menos que el año anterior). De cara al mercado local, por poner sólo algunos ejemplos, Telefónica controla Telefé, la telefonía celular (Movistar) y el 70% de internet-ADSL (Speedy y Anet). Esto último junto a Telecom, de la cual pasó a compartir su dirección, al haber adquirido más del 20% de las acciones italianas de peso de Telecom Italia.

Un gran negocio en danza

La magnitud del negocio capitalista en danza, enfrenta a Telefónica con el Grupo Clarín, por un negocio que une telefonía, Internet y TV digital (“Triple Play”) en un mismo servicio. El año pasado unos 7.000 millones le correspondieron a telefonía local e internacional, e Internet. Y casi 3.000 millones al servicio por cable. Ahora bien, para que funcione y unir el negocio de “Triple Play”, el gobierno debe optar -principalmente- entre dos sistemas; sobre dos soportes tecnológicos: uno europeo, que es el que patrocina Telefónica; y el otro norteamericano, que impulsa Clarín.

Usuarios aliados

Con todo, Telefónica continua extendiendo su impunidad y saqueo; cosechando bronca entre el pueblo trabajador y desarrollando un gran aliado para la lucha de los telefónicos. Más del 30% de los hogares, principalmente de los barrios populares y conurbano bonaerense, no tienen servicio telefónico con línea fija; y otros tantos usuarios populares sufren mensualmente problemas de sobrefacturación, cortes y mal servicio. Cientos de miles de chicos en las escuelas de las barriadas obreras no tienen acceso a Internet por vivir -según la empresa- “en zona o barrio de emergencia, potencialmente peligrosos”. Millones de usuarios se ven obligados a usar telefonía celular, con tarifas y fracciones que cuestan casi 13 veces más que la telefonía fija. A la vez, Kirchner le regaló la propiedad de estas líneas fijas de cobre y fibra óptica, mientras llenan de antenas de celulares las terrazas y edificios, contaminando el aire por causa de los niveles de transmisión electromagnética mediante microondas. Así ocurre en Barracas, donde -según denuncian los vecinos- “ya se registraron la escalofriante cifra de más de 100 muertes por cáncer, tumor cerebral, paro cardíaco y otras patologías graves en los últimos nueve años, a causa de las ondas electromagnéticas que irradia la torre”.

Telefónica y Clarín

La disputa (disipada por el momento) con el Grupo Clarín, sobre la cual el gobierno de Kirchner debería haber tomado alguna decisión sobre qué sistema adoptará la Argentina, para unir telefonía, TV digital e Internet, continúa en desarrollo y abierta. Esto se combina con la lucha de los trabajadores telefónicos por recuperar lo perdido y robado en la década infame de los ’90, que empuja a Telefónica a una situación que la obliga a endurecer sus posiciones y acotar márgenes. En eso está el imperialismo español. Respondiendo en consecuencia.

No hay que dejar acotada entonces la lucha sólo al terreno sindical, sino no elevarla al terreno político, en unidad con los terecerizados y usuarios, avanzando en desarrollar la fuerza de los telefónicos a los niveles que la lucha por las telecomunicaciones impone. Esta es la tarea política a desarrollar por los telefónicos para aspirar al triunfo de los trabajadores y el pueblo.