¿En qué estado se encuentra la discusión salarial?
Se elaboraron varias propuestas salariales que fueron discutidas en asambleas con la presencia del cuerpo de delegados. Hubo dos que se destacaron. Una pedía un aumento del 30% sobre la categoría del conductor. La otra, un 20% y una readecuación de los niveles salariales. Finalmente la aprobada por la mayoría fue esta última. El paso siguiente es discutir qué medidas implementaremos para sostener el reclamo, porque todo lo que obtuvimos fue siempre mediante la organización y la lucha.

¿Cuál fue tu posición con respecto a las propuestas?
Junto con otros delegados sostuvimos la propuesta del 30%, porque estaba centrada en el aspecto estrictamente salarial y elevaba todos los básicos por sobre la canasta familiar, superando los límites salariales impuestos por el gobierno y sostenidos por las burocracias sindicales. Otro punto fuerte de esta propuesta era la exigencia de eliminación del impuesto a las ganancias, que hay que seguir levantando. La reestructuración de niveles es un reclamo legítimo, pero creemos que debe resolverse en la discusión del convenio colectivo, ya vencido. Los trabajadores tenemos un anteproyecto que queremos que sea discutido.

Además de la cuestión salarial y el convenio. ¿Existen otros reclamos?
A través de la lucha, desde el 2005 venimos recomponiendo nuestros salarios. Así logramos que hoy estén por encima del salario medio, totalmente devaluado.
De la misma forma, conseguimos el ingreso de la mayoría de los compañeros tercerizados a la planta permanente. Tenemos que tomar el reclamo de convocatoria a elecciones complementarias para elegir la cantidad de delegados acorde al nuevo número de trabajadores, permitiendo que estén representados también estos sectores. Por los compañeros que aún siguen en empresas tercerizadas debemos redoblar el esfuerzo para que ingresen. Mientras tanto, los referentes de estos trabajadores deben ser parte del cuerpo de delegados.
Junto con el convenio existen otras cuestiones de fondo. La situación calamitosa de las instalaciones (vías, trenes, etc.) y la precariedad del servicio es un problema que atañe tanto a trabajadores como a usuarios, porque pone en riesgo nuestras vidas.
Desde el 2002 no se hace el mantenimiento general de las formaciones; las vías se encuentran deterioradas en extremo y no se reparan; la mayoría de las estaciones y los túneles no cuentan con salidas de emergencia; las herramientas de trabajo no existen o son obsoletas. Sin olvidarnos de que la frecuencia del servicio es insuficiente y la temperatura en la red es insoportable.
Para atacar estos problemas nos propusimos crear comisiones de seguridad e higiene, como la que ya funciona en el taller Rancagua.
Recordemos que Metrovías S.A. recibe en concepto de subsidios por parte del Estado más de 100 millones de pesos anuales, y que sólo una ínfima parte de éstos se destina a inversiones.
Queda claro que no es Metrovías la interesada en resolver estos problemas. Por eso debemos apuntar a crear un organismo de trabajadores y usuarios que tenga plenos poderes para controlar el funcionamiento de Metrovías. Y el primero paso es el control obrero de los libros de contabilidad de la empresa, de las condiciones de seguridad e higiene, del mantenimiento de las instalaciones, vías y el material rodante.
En mi opinión, la salida de fondo para resolver estos problemas definitivamente y garantizar un servicio eficiente, barato y seguro, es la re-estatización del subterráneo bajo control de los trabajadores y los usuarios.

Sabemos que hay un ofrecimiento por parte de la UTA de una subsecretaría para Subte ¿Cuál es tu postura?
Es cierto, el ofrecimiento existe y habrá que discutirlo en asamblea. A mi juicio es un ofrecimiento tramposo. De esta forma la UTA trata de recuperar terreno perdido, buscando desarticular la organización independiente y antiburocrática que construimos en base a la democracia obrera. Y lo hace para impulsar su política verticalista y pro-patronal.
Creo que debemos retomar el reclamo histórico de obtener una seccional propia del Subte y luchar por esta perspectiva. Una seccional clasista, que además de pelear por las reivindicaciones propias, no sea corporativa. Que levante una política de clase, independiente de todos los partidos patronales y que tienda lazos de coordinación con otros sectores antiburocráticos y combativos del movimiento obrero.
Esta coordinación ya podemos empezar a construirla hoy. Sin ir más lejos, en el transporte ya existen, junto a nosotros, sectores de oposición antiburocrática en ferroviarios, aeronáuticos y líneas de colectivos. Nada nos impide agruparnos. Si lo hiciéramos nos empezaríamos a convertir en referencia para todos los compañeros del transporte. En lo inmediato, nos permitiría responder conjuntamente a los reclamos y defendernos de los ataques. Ya lo mostramos en abril del 2005, cuando los trabajadores del subte paramos por la represión a los compañeros de Lafsa (hoy LAN Argentina). Ese fue un ejemplo que siempre digo que hay que transformar en algo permanente y organizado.
Como parte de las tareas de coordinación reivindico que desde el cuerpo de delegados hayamos impulsado una declaración y realizado un acto por la aparición con vida del compañero Julio López, que nos permitió confluir junto a otros trabajadores, organismos de derechos humanos y la izquierda. Fue un primer paso.