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Debates

Se inicia un importante debate

La construcción de una herramienta política de los trabajadores

31 de julio 2003





La propuesta ceramista
Los abajo firmantes, dirigentes, delegados, coordinadores, activistas y trabajadores de cerámica Zanon, a título personal, proponemos la formación de un frente de trabajadores para las próximas elecciones provinciales.
Entendemos que con la lucha sindical no alcanza, que es el momento de dar un paso adelante y los trabajadores tenemos que hacer política. Lo que nos importa es sembrar, que quede una semilla para toda la clase obrera.
En estos casi dos años de ocupación de la fábrica, nos dimos cuenta que teníamos que confiar en nuestras propias fuerzas, ese es el mensaje profundo que queremos dejarle a todos los trabajadores. Queremos decirles que hay otra forma de hacer política, que no podemos confiar en los políticos tradicionales que trabajan para los empresarios que nos explotan todos los días. Por eso nuestra propuesta es por la independencia política de los trabajadores.
Llamamos a conformar un frente de los trabajadores, en primer lugar a los organizaciones y compañeros que venimos luchando juntos en la Coordinadora Regional del Alto Valle. Pero también nos proponemos llegar con esta propuesta a todos los sectores combativos que enfrentan a la patronal, el gobierno y la tregua de la burocracia sindical. A los compañeros de la lista Rosa, que dirige ATEN Capital y han propuesto conformar listas para consejeros escolares, les proponemos dar la pelea por todo.
Proponemos a los partidos de izquierda MST, PTS y PO que tienen personería electoral, apoyar esta propuesta, constituyendo un frente de trabajadores, que sea encabezado por quienes son los principales protagonistas de las luchas de los últimos años. Consideramos que no puede haber ningún obstáculo, para que los partidos de izquierda permitan a los obreros combativos –mucho de los cuales no pertenecemos a ningún partido -, encabezar la lista de candidatos en estas elecciones. Sería un primer paso para comenzar a construir una herramienta política de los trabajadores.
Esta propuesta la informaremos en asamblea de los compañeros de Cerámica Zanon.
Raúl Godoy- Alejandro López - Juan Orellana - Juan Morillas - Julio Araneda - Natalio Navarrete - Juan Billiet - Luis Zapettini - Pedro Alveal - José Rinaldi - Mariano Pedrero

“La construcción de una herramienta política”
(Alejandro López, obrero de Zanon y comisión directiva del SOECN)
¿Cómo surgió la propuesta discutida dentro de la comisión directiva del SOECN?
Después de haber recuperado una comisión interna, un sindicato y con la toma de una fábrica bajo el control de los trabajadores, ha ido cambiando la mentalidad entre nosotros, e incluso la formación y la expectativa. Así como fuimos sabiendo cuánto producíamos, cuánto vendíamos, cuanto gastábamos en la fábrica, nos hizo plantarnos de otra forma. Ahora nos hemos dando cuenta que con reclamar y movilizarnos solamente no alcanza y hay que buscar una solución de fondo. Bueno, en este camino nos hemos dando cuenta que también tenemos que discutir la política. Porque justamente los que andan en política son los que definen nuestros tiempos, entonces nos parece que lo más justo es que nos demos también ese ámbito para generar esa herramienta para que miles de trabajadores empecemos a discutir el destino de los trabajadores. Me parece que el avance que dimos fue más que importante. Más allá de los resultados que se puedan dar ya, estamos más que satisfechos.
¿Cuál es tu opinión del debate que se dio entre ‘unidad de los trabajadores’ y ‘unidad de la izquierda’?
Mirá, yo no digo que la izquierda no tenga que unirse, la verdad es que sería un paso enorme si la izquierda se unificara, pero creo que es mucho más importante, más de fondo si se unen los trabajadores. Porque los trabajadores podemos tener diferencias, pero cuando nos unimos estamos uniendo a nuestra clase. Yo creo que la unidad de los trabajadores, de arrastre, va a traer consigo la unidad de la izquierda, yo creo que esta es la forma, porque hay una diferencia enorme entre unir a los trabajadores y unir solo la izquierda, por eso me inclino más por unidad de los trabajadores.
Qué te deja como reflexión, porque la discusión fue profunda y de varios días, en la coordinadora, en la fábrica...
No sólo como reflexión, sino que creo que hay que trabajar por construir esta herramienta política para poderle dar a miles de trabajadores que están necesitando una alternativa concreta de salida. No es sencillo, no depende de un sector o un sindicato, depende de muchísimos sectores de trabajadores, el tema es que hay que salir a construir ya, aunque demore tiempo, y para empezarlo debe ser sobre bases concretas y principios elementales.
¿Qué opinás de cómo se fueron posicionando las distintas organizaciones de la Coordinadora?
La Coordinadora es muy importante para defender una fábrica como ya se ha demostrado, para unificarnos en la calle y pegar de forma conjunta. La Coordinadora tenía estos objetivos, además de posicionarnos ante cada cosa que pasaba, como fue con la guerra de Irak o las relaciones carnales en que está la CTA con el gobierno. Pero ahora se planteó esta discusión: no alcanza con coordinar las luchas, hay que buscar la solución de fondo. Y ya que está este ámbito compuesto por los ceramistas, estatales, compañeros docentes de distintas agrupaciones, del sindicato de televisión, organizaciones de desocupados y de izquierda, es un lugar para ir a fondo, para que la podamos utilizar para construir una herramienta política de los trabajadores compuesta por estas organizaciones y más. Para que cada trabajador ocupado y desocupado se vea referenciado en esta construcción de la herramienta política. Nos parece que el rol de la coordinadora puede ser mucho más amplio.
¿Cómo fue la discusión con Patria Libre sobre el frente?
Esta es una de las cuestiones que hasta el último compañero de base tiene que conocer verdaderamente cuales son las diferencias en la izquierda. Acá nadie tiene porque ofenderse ni sentirse mal o aislado. Cuando se discute el programa para el frente, no es que a los compañeros de Patria Libre se les dijo que no. Pero el programa que ellos traían, nos parece que por querer conseguir ‘más unidad’ abarcan a otros sectores y nosotros no podemos hacer eso, porque queremos construir una herramienta sin patrones. Ahí hay una diferencia enorme, porque nosotros no le podríamos explicar a los compañeros, por dar un ejemplo, de Cerámica del Valle, de que queremos hacer un ‘frente amplio’ con Winter, que es el dueño de una fábrica pequeña pero es un explotador. Esas cosas son elementales y tienen que estar bien marcadas. Entonces ese es el error que se comete o que cometíamos. Yo hace tiempo decía: ¿la izquierda por qué no se une? No es así, si no se une es porque tienen diferentes programas, diferentes estrategias. Es distinto cuando pedimos que la unidad sea de los trabajadores, entre los trabajadores resolveremos que estrategia nos damos, con los matices que tengamos, pero es mucho más sencillo.
¿Y en el caso de Izquierda Unida? Es importante porque el MST está con nosotros en la Coordinadora...
Con los compañeros del MST no habría problema, pero el tema es que están con los compañeros del PC y nosotros lo hemos vivido en la calle y ahí te marca un límite, porque cuando nosotros íbamos con los compañeros desocupados ellos marchaban con la CTA. Y no solamente marchaban con la CTA, sino que pasan por alto muchísimas cosas, se juntan con sectores que para nada benefician a la clase trabajadora. Entonces hay límites muy marcados, para nosotros los compañeros del Partido Comunista, tienen un programa totalmente diferente al que pensamos o al que pretendemos construir. Así que no tiene nada de malo que nosotros le digamos que ellos van por un lado y nosotros por el otro.
¿Cómo sigue esto?
No es sólo electoral. Estamos totalmente convencidos de que el objetivo si se lograba el frente era sembrar una semilla. Más allá de que la forma práctica del frente no se haya dado, los conocimientos están y hay que aplicarlos. Por eso trataremos de dar la discusión en la fábrica, la coordinadora y con los que no están en la coordinadora porque en definitiva es una necesidad de todos los trabajadores. Hay que ser optimistas, todo proceso lleva su tiempo, hay que expandir esto, hacerlo más amplio, abrir la discusión para que se termine de entender y construir de una vez por todas esta herramienta que necesitamos para no seguir dependiendo de los mismos políticos tradicionales de siempre que no han dado ni van a dar solución al hambre, al desempleo, la salud, la educación que son problemas elementales.
¿Querés agregar algo más?
Que en este camino vamos a trabajar, porque sino el día de mañana este conflicto se puede resolver y ¿qué va a quedar de esta gran lucha de Zanon? Que fue una gran experiencia... sí, pero no alcanza. A Zanon lo tienen que mirar millones de ojos para que tengan en cuenta que hay una salida ante el desempleo de los patrones que cierran la fábrica, pero incluso no alcanza. Esto puede dejar una herramienta que le sirva a todos. No depende sólo de los ceramistas sino de muchos trabajadores más tanto ocupados como desocupados. Es muy importante abrir la discusión y recalcar: se puede avanzar muchísimo cuando se recupera una fábrica, cuando se recupera un sindicato, pero por más que un sindicato cambie sus estatutos y se ponga al servicio de los trabajadores, no alcanza. Los trabajadores tenemos que discutir política, porque la política es la que dirige a millones, así que los trabajadores tenemos la necesidad y la responsabilidad de hacer política para dirigirnos entre nosotros.
 
“Se avanzó en que hay que formar un movimiento político”
(Sergio Aguirre, del MTD-Neuquén)
¿Cuál es tu opinión sobre la propuesta de los obreros ceramistas?
La propuesta es una grata sorpresa, porque refleja que los compañeros de Zanon o por lo menos un sector de la dirección empezaron a ver el problema que es la falta de política propia de los trabajadores. Y trajeron a la Coordinadora una propuesta de formar un frente de los trabajadores y abrieron una discusión que hasta ese momento ni en la coordinadora ni en las organizaciones en Neuquén habíamos tenido. Y se desprendieron dos posiciones: una era la que traía Zanon que era armar un frente de trabajadores encabezada por los ceramistas y que los acompañáramos el MTD y la Rama Salud y la otra desde Izquierda Unida que es armar un frente de izquierda donde se sumaran los ceramistas. Ese fue el eje de la discusión en dos o tres reuniones. Los ceramistas plantearon con total claridad que un frente de trabajadores tiene que estar encabezado por trabajadores y que la izquierda tenía que prestar su legalidad.
¿Qué discusión se dio en el MTD?
Fue una discusión interesante porque nunca la habíamos tenido. Coincidimos que el camino es impulsar un frente acá en la región y para eso tenemos que llegar al conjunto de los trabajadores. Las limitaciones que nosotros veíamos de la propuesta es que era muy a destiempo, que estábamos sobre la fecha de las elecciones y no íbamos a tener los tiempos para formar un frente donde se pudieran integrar aparte de los compañeros que hoy estamos en la coordinadora, algunos de los sectores importantes que están peleando de los docentes, estatales, haber llegado a los municipales, que empiezan a ver a la coordinadora como un referente. Pero eso no significa que no estemos de acuerdo en impulsar la propuesta, porque las elecciones van a pasar y necesitamos darnos un fuerte debate de cómo hacemos para formar un movimiento que plantee la independencia de los patrones. Un movimiento de independencia de clase, donde los trabajadores nos sentemos a discutir cuáles son las tareas y las perspectivas de fondo que le tenemos que plantear al conjunto de los trabajadores de la provincia y del país.
¿Cuál es tu balance?
No se pudo realizar en estas elecciones, pero se avanzó enormemente en que es necesario para los trabajadores formar un movimiento o un partido. Y esa es un poco la discusión que se dio con el MST, que participó de la reunión. Ustedes fueron la única organización que apoyó claramente la propuesta de los ceramistas por la independencia de clase, sin ponerle condiciones.
Desde el MTD tomamos esta propuesta para empezar a implementarla. En la última reunión que hicimos empezamos a avanzar y vamos a llevar a las reuniones en muchos barrios que nos están invitando, no sólo la unidad entre trabajadores ocupados y desocupados y la pelea por trabajo genuino, sino que vamos a plantearle a los compañeros la necesidad de impulsar un movimiento de trabajadores, el surgimiento de un nuevo movimiento político que nos represente a los que no nos sentimos representados. Porque este movimiento político de los trabajadores no es solamente para las elecciones.
Nuestra apreciación
(Manolo Romano, PTS)
Queremos llamar la atención de los lectores de La Verdad Obrera sobre el debate que reflejamos, sintéticamente, en estas páginas.
El hecho es que un sector de dirigentes de los obreros industriales de Zanon y el sindicato de los ceramistas de Neuquén abrió la discusión sobre la formación de una “herramienta política de los trabajadores”, empezando por “sembrar la idea”, como ellos dicen, a partir de un frente de trabajadores encabezado por candidatos obreros en las próximas elecciones provinciales. Llevaron esta propuesta al seno de la Coordinadora del Alto Valle que agrupa al MTD, y a las expresiones de la vanguardia de lucha de los trabajadores docentes y estatales. El frente electoral no se concretó, pero se abrió un debate decisivo entre los propios trabajadores: la construcción de su propia dirección política, el problema de los problemas.
Es inusual en este momento en que parece olvidada la irrupción de las masas en la escena de las jornadas revolucionarias del 2001 y la política vuelve a quedar en manos de los ministros, los burócratas, los parlamentarios, los periodistas, los candidatos de los partidos patronales. En aquellas jornadas se vio que cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas estas rompen las barreras que las separan de la política y derriban a sus representantes tradicionales. Pero si el rasgo característico de las revoluciones es la intervención directa de las masas en la resolución de sus asuntos, desde la asunción de Kirchner parece asentarse una situación “normal” en la cual la política ha vuelto ‘de las calles al palacio’, de las asambleas populares a los círculos cerrados de las instituciones de la burguesía. Por eso es verdaderamente revolucionaria la propuesta obrera ceramista.
Todos los partidos de la izquierda obrera deberían alentar esta moción de clase y ayudarlos a que la difundan en todo el país, provincia por provincia, en los sindicatos y movimientos de desocupados.
La idea tiene aún más fuerza porque es impulsada desde dirigentes de las fábricas ocupadas. Desde estas páginas, nos hemos referido en innumerables oportunidades a los movimientos más radicalizados que dio la clase trabajadora en los últimos años, constitutivos de la subjetividad de un nuevo movimiento obrero que puja por nacer. El primero fue el de los levantamientos de desocupados de Jujuy, Cutral Có y Salta entre los años "97 y 2000. Verdaderas semiinsurrecciones locales, los primeros estadíos de una guerra civil, todavía ‘en los bordes’, en los eslabones débiles de ciudades y provincias del interior, no centralizada, dispersa. El otro, indiscutiblemente, fue el de las decenas de empresas ocupadas que cuestionaron la propiedad privada dentro de las cuales las que, como Brukman y Zanon, ejercieron el control obrero fueron su sector más radical, objetivamente anticapitalista. Resumidamente, los levantamientos piqueteros con los cortes de rutas y ocupación territorial, y las fábricas tomadas y puestas bajo control obrero son las ‘soluciones’ genuinamente aportadas por la nueva clase obrera a la desocupación.
El estado tuvo su respuesta reaccionaria contra ambos fenómenos.
La reacción burguesa a las ocupaciones de empresas fue de institucionalizarlas como cooperativas para sacar a los obreros de la lucha de clases, separarlos de los desocupados y el resto de la clase trabajadora.
Los levantamientos de desocupados fueron respondidos con represión y asesinatos pero al mismo tiempo con la distribución de “planes sociales” para quitarles base social de masas y hacerlos dependientes de los gobernadores e intendentes, institucionalizándolos dentro del régimen burgués. Lamentablemente la mayoría de los “movimientos piqueteros” se adaptaron a ello abandonando la lucha por trabajo genuino, algunos incluso reproduciendo los mecanismos clientelares del Estado. Eso produjo una burocracia piquetera con personajes como Luis D’Elía, que ataca sistemáticamente a los sectores más combativos y hoy, lanzado como uno de los candidatos de Kirchner en la provincia de Buenos Aires, calumnia a los compañeros de la FTC.
Ciertamente la discusión política abierta entre los trabajadores de Zanon, Brukman y la vanguardia obrera está cargada de roces y polémicas, a veces muy duras. Pero también las huelgas y tomas de empresas, los piquetes contra los carneros, los enfrentamientos con la policía, han sido para estos trabajadores otras formas de ‘polémica social’ por la que han pasado. Los resultados de esas luchas están abiertos, pero ya significan un aporte a toda la clase trabajadora porque inauguraron nuevos métodos de lucha. También los duros debates actuales pueden ser los dolores del parto de algo nuevo.
Nuestro partido, a diferencia del resto de la izquierda, estuvo desde el inicio comprometido con desarrollar el proceso de las fábricas bajo control obrero. Siempre apostamos a que estas influyan sobre el movimiento militante de los desocupados y sobre los trabajadores concentrados en la gran industria, las empresas de servicios, el transporte. En el período que siguió a las jornadas de diciembre no se consiguió que las fábricas bajo control obrero se desarrollen como un movimiento de masas extendiéndose a nivel nacional. En el momento actual de retroceso la mayoría trabajadora y popular, aún con expectativas en el nuevo gobierno, ha comenzado una presión por recuperar el salario perdido lo que, muy posiblemente, la llevará a chocar con la burocracia sindical. Por ello, la propuesta lanzada por los ceramistas es una nueva arma de la vanguardia obrera para dialogar con millones de trabajadores sobre la idea tan simple y a la vez fundamental, ya planteada por Marx: “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”.

 

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