logo PTS

IPS

La comuna de Asturias

29 de octubre 2004

Después de 2 años de gobierno republicano “de izquierda”, que no resuelve los problemas cruciales de las masas, gana las elecciones la derecha, abriendo lo que se conoció como bienio negro de la revolución española. Las persecuciones, cárcel a miles de luchadores, prohibición de los periódicos obreros son su sello. Por otro lado las huelgas se multiplican. La situación se tensa. A mediados del 34 estalla una gran huelga de los trabajadores agrícolas, que fue derrotada porque quedó aislada de las ciudades. La ultra derecha impone 3 ministros suyos. Es la señal que faltaba. Estalla una huelga general en casi toda España que la dirección socialista, con apoyo de anarquistas y stalinistas, logra imponerle un carácter pacífico pese a la predisposición al combate que expresaban los trabajadores.
Sin embargo en Asturias, el 4 de octubre las masas ganan las calles sin esperar órdenes de sus jefes reformistas. En pocas horas el proletariado fundamentalmente el minero (que era clave en la región), provisto de pocas armas y mucha dinamita ocupa 98 cuarteles de la Guardia Civil en la provincia, y se apoderó de armas y municiones, y de la fábrica de cañones de Trubia. Comienza la insurrección.
Se formaron los comités locales (Alianza Obrera) que se hicieron cargo de todas las cuestiones de gobierno, abastecimiento, salud, trabajo, comunicaciones, etc. Se formó una Guardia Roja para el orden público.
La reacción no se hizo esperar, el general Francisco Franco comanda las acciones desde Madrid, la aviación bombardea sin cesar. Los revolucionarios no tienen elementos para contrarrestarla. Se les acaban las municiones para los cañones, pero surge la inventiva y desarrollan un lanza dinamita (de la que tenían en abundancia por su trabajo) que mantiene alejada a las tropas de la reacción. El día 11 los dirigentes reformistas aterrados porque en el resto de España la huelga se había levantado, y viendo que el enfrentamiento se hacía más encarnizado huyen en desbandada traicionando. Los obreros se sobreponen y logran seguir en el combate. Aplican medidas severísimas con la contrarrevolución interna, y es así que son fusilados 9 religiosos en la localidad de Turón que conspiraban contra los obreros en armas. La burguesía española y la Iglesia los torna sus mártires, entre ellos hay un joven argentino. En 1999 el papa Juan Pablo II lo canonizó. Ni Ceferino, ni la Difunta Correa, el primer santo argentino es San Benito de Jesús, un ajusticiado por la revolución proletaria de Asturias del 34.
Pero pese al heroísmo de los mineros y demás trabajadores la Comuna es aplastada a sangre y fuego por el ejército republicano. Quedó aislada por la traición de los jefes socialistas, anarquistas y stalinistas. Son más de 3.000 los muertos, miles de presos y perseguidos. Dos semanas de dictadura del proletariado aterrorizaron a la burguesía que se tomó venganza. Pero como dice Grandizio Munis, dirigente trotskista de aquellos años : “Aquellas iniciales horrendas a los ojos de la burguesía, U.H.P (Unión de Hermanos Proletarios) que los insurrectos grabaron en sus tanques toscamente fabricados, a cuyo grito cayeron acribillados millares de héroes, anónima grandeza extraída del fondo de las minas, son un guión de estrategia revolucionaria para el proletariado español y mundial”.Así como la burguesía honra a sus mártires, a 70 años de la Asturias Roja honremos nosotros a los mártires del proletariado revolucionario que intentaron “tomar el cielo por asalto”.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292