logo PTS

IPS

V. I. Lenin, El Socialismo y La Guerra (extractos)

La actitud de los socialistas ante la guerra

15 de febrero 2007

Los socialistas han condenado siempre las guerras entre los pueblos como algo bárbaro y feroz. Pero nuestra actitud ante la guerra es distinta, por principio, de la que asumen los pacifistas burgueses (partidarios y propagandistas de la paz) y los anarquistas. Nos distinguimos de los primeros en que comprendemos el lazo inevitable que une las guerras con la lucha de clases en el interior del país, y en que comprendemos que no se pueden suprimir las guerras sin suprimir antes las clases y sin instaurar el socialismo; también en que reconocemos plenamente la legitimidad, el carácter progresista y la necesidad de las guerras civiles, es decir, de las guerras de la clase oprimida contra la clase opresora, de los esclavos contra los esclavistas, de los campesinos siervos contra los terratenientes, y de los obreros asalariados contra la burguesía. Nosotros, los marxistas, diferimos tanto de los pacifistas como de los anarquistas en que reconocemos la necesidad de estudiar históricamente (desde el punto de vista del materialismo dialéctico de Marx) cada guerra en particular. La historia ha conocido muchas guerras que, pese a los horrores, las ferocidades, las calamidades y los sufrimientos que toda guerra acarrea inevitablemente, fueron progresistas, es decir, útiles para el progreso de la humanidad, contribuyendo a destruir instituciones particularmente nocivas y reaccionarias (como, por ejemplo, la autocracia o la servidumbre), y las formas más bárbaras del despotismo en Europa (la turca y la rusa). Por esta razón, hay que examinar las peculiaridades históricas de la guerra actual. […]

“La guerra es la prolongación de la política por otros medios” (a saber: por la violencia)
Esta famosa sentencia pertenece a Clausewitz, uno de los más profundos escritores sobre temas militares. Los marxistas siempre han considerado esta tesis, con toda razón, como la base teórica de las ideas sobre la significación de cada guerra en particular. Justamente desde este punto de vista examinaron siempre Marx y Engels las diferentes guerras.
Aplíquese esta tesis a la guerra actual. Se verá que durante decenios, casi desde hace medio siglo, los gobiernos y las clases dominantes de Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Austria y Rusia, practicaron una política de saqueo de las colonias, de opresión a otras naciones y de aplastamiento del movimiento obrero. Y esta política precisamente, y sólo ésta, es la que se prolonga en la guerra actual. En especial, tanto en Austria como en Rusia, la política de tiempos de paz, al igual que la de tiempos de guerra, ha consistido en esclavizar a las naciones y no en liberarlas. Por el contrario, en China, en Persia, en la India y otros países dependientes, vemos en los últimos decenios la política del despertar de decenas y centenas de millones de hombres a la vida nacional, una política que tiende a liberarlos del yugo de las “grandes” potencias reaccionarias. Sobre este terreno histórico concreto, una guerra puede tener también hoy un carácter progresista burgués, puede ser una guerra de liberación nacional. Basta considerar la guerra actual como una prolongación de la política de las “grandes” potencias y de las clases fundamentales de las mismas para ver de inmediato el carácter antihistórico, la falsedad y la hipocresía de la opinión según la cual puede justificarse, en la guerra actual, la idea de la “defensa de la patria”.

Prensa

Virginia Rom 113103-4422

Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

Temas relacionados: