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Comunicados de prensa

Con exitosa concurrencia se desarrolló la 2° conferencia del ciclo en el IPS

La Semana Trágica analizada por Osvaldo Bayer

Prensa PTS

22 de noviembre 2005

Comenzó su exposición relatando el espíritu de época marcado profundamente por el fin de la Primera Guerra Mundial y el estallido de las revoluciones rusa y alemana, que influyeron sobre la clase trabajadora pero también, como no dejó de señalar Bayer, sobre la burguesía y su temor a que toda huelga tomara la inspiración de la revolución bolchevique (“maximalismo” en el lenguaje de la época). En este marco, también abordó las tendencias que prevalecían en el incipiente movimiento obrero de la Argentina: anarquistas, socialistas y sindicalistas. Estos dos últimos concebían que las luchas de la clase obrera debían limitarse al terreno reivindicativo gremial y la política era sólo concebida en términos de acción parlamentaria a través del Partido Socialista. Por otro lado, el movimiento obrero argentino se caracterizaba por un alto grado de organización y combatividad con periódicos obreros y una amplísima actividad educativa y cultural.

En 1916, había asumido el gobierno de Hipólito Irigoyen a través de elecciones “libres” (las mujeres no tenían derecho al sufragio), que eran las primeras que se realizaban en el país. Bayer definió este gobierno radical con base fundamentalmente en la clase media, como una especie de populismo que decía no querer reprimir la protesta social, que se inclinaba por los llamados sindicalistas libres y que “prometía pero no resolvía”.

También subrayó las condiciones de vida (hacinamiento y falta de higiene) de los obreros y sus familias en los conventillos, mayoritariamente inmigrantes, concentrados principalmente en los barrios de La Boca y San Telmo, así como también las condiciones laborales y la extensión de la jornada. Precisamente, el conflicto en los talleres Vassena surgió no sólo por el gran deterioro salarial sino también por el reclamo de 8 horas de trabajo que otros gremios ya habían conquistado. Bayer no dejó de señalar que la metalúrgica Vassena estaba compuesta por capitales predominantemente británicos, cuestión que la mayoría de los historiadores soslaya. Desatado el conflicto, la patronal envía rompehuelgas que intentan poner a funcionar la fábrica y los trabajadores resisten atacando los camiones que transportaban a los carneros. Es así que el gobierno no sólo ordena la represión por parte de la policía, sino que también moviliza tropas del ejército y distribuye armas entre grupos fascistas, lo que después se conocerá como Liga Patriótica Argentina, encabezada por Manuel Carles, miembro del partido Radical, otro elemento que como Bayer subrayó que los historiadores no mencionan. Esta organización, no sólo reprimió en las barriadas obreras sino que además llevó adelante atentados antisemitas.

En el primer momento de la represión, murieron cinco obreros y esto generó un movimiento de extensa solidaridad de parte del conjunto del movimiento obrero. La FORA del V Congreso (Federación Obrera Regional Argentina, de orientación anarquista), convocó al paro general luego que el cortejo fúnebre fue ferozmente atacado por las fuerzas represivas. El repudio se generaliza y deviene en una vasta confrontación en las calles. El número de muertos se contó por centenares y según documentos que se están trabajando en estos momentos, la cifra sería superior a mil. La FORA del IX Congreso (tendencia sindicalista) que se ve obligada a apoyar el conflicto, logró levantar la huelga y negociar con el gobierno, que concede finalmente la jornada de 8 horas para los metalúrgicos, luego de la magnitud del combate de la clase obrera y de la masacre de la que fue objeto.

El autor de “La Patagonia Rebelde” señaló que la Semana Trágica no constituye de ninguna manera un hecho aislado, encontrando dos antecedentes fundamentales en las manifestaciones masivas del 1° de Mayo de 1904 y 1909, que habían sido salvajemente reprimidas. Actitud del estado burgués frente a la combatividad obrera que se reiteraría en años inmediatamente posteriores.

Bayer polemizó con historiadores como Fermín Chavez, Manuel Galvez, Felix Luna e Irbarburren que atribuyen un carácter provocador a las acciones de lucha de los trabajadores y minimizan el carácter represivo de la intervención del Estado. Por el contrario, denunció el carácter falaz del discurso populista: “queda al desnudo como se comportan los gobiernos populistas cuando se pone en peligro la estabilidad”. Y asimismo, la represión a las jornadas de enero del ’19 inaugura una historia de sangrientas ataques a la clase obrera cuyo cenit fue la dictadura de Videla, en la cual el 61 % de los desaparecidos pertenecían a la clase obrera.

A manera de síntesis, Bayer introdujo el debate entre espontaneidad, organización y conciencia revolucionaria. A su parecer, las jornadas de enero del ’19, tuvieron un carácter reivindicativo más que revolucionario, señalando críticamente los límites políticos del movimiento anarquista que no se plantó una acción conciente en relación al poder, inaugurando tal vez su propia decadencia.

El lunes próximo, Osvaldo Bayer desarrollará otras de las gestas de la clase obrera en la Argentina: los acontecimientos de La Patagonia Rebelde y proyectará un documental inédito en nuestro país cuyo guión es de su autoría.


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