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Internacional

NUEVA ARREMETIDA DEL ESTADO SIONISTA CONTRA LOS PALESTINOS

La Franja de Gaza declarada “zona hostil”

La declaración de la Franja de Gaza como “zona hostil” y las limitaciones de electricidad y combustible es un castigo colectivo del Estado sionista de Israel. Esta acción ha sido apoyada inmediatamente por EE.UU.

Juan Chingo

27 de septiembre 2007

La declaración de la Franja de Gaza como “zona hostil” y las limitaciones de electricidad y combustible es un castigo colectivo del Estado sionista de Israel. Esta acción ha sido apoyada inmediatamente por EE.UU. En su reciente viaje a la región, Condoleezza Rice sostuvo que: “Hamas es ciertamente una entidad hostil. Es una entidad hostil a EE.UU. también”.

La nueva escalada sionista busca lograr que un sector de la población, por las condiciones de penuria y sufrimiento que deben soportar, se vuelva en contra del gobierno de Hamas. Ese es el objetivo que tiene la reducción del suministro de electricidad (al principio el gobierno israelí consideró cortarlo totalmente) y el permiso de uso de combustible sólo para ambulancias, recolectores de basura y bombas de aguas cloacales esencialmente. Esta nueva arremetida israelí ha sido justificada con la excusa de responder a los “ataques” con pequeños misiles en el sur de Israel, a pesar de que el gobierno de Hamas se ha reunido con la Jihad Islámica para impedirlos.

Al mismo tiempo que sigue apretando las tuercas sobre el gobierno de Hamas, el gobierno israelí trata de levantar al gobierno colaboracionista, pro norteamericano y pro sionista, de Mahmud Abbas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), cuya presidencia solo se limita actualmente a Cisjordania. Así, el gobierno israelí plantea levantar 24 pasos fronterizos que estaban cortados en Cisjordania, la zona más desarrollada de los territorios ocupados.
Sin embargo, a pesar de su política de amistad con Abbas, sus reales intenciones son que esas zonas se vean obligadas a tener relación no tanto entre ellas sino cada vez más con el Estado de Israel como pone de manifiesto la forma y la geografía de los pasos que se liberan, aumentando la dependencia de estas porciones de los territorios ocupados con el Estado sionista y creando de hecho realidades locales cada vez más autónomas del gobierno central palestino. En otras palabras, lo hace de forma tal que vaya dividiendo cada vez más la misma Cisjordania e ir liquidando geográfica y hasta políticamente, alguna forma de Estado Palestino, o de seudo Estado Palestino. Tan es así que a pesar de su apoyo a Abbas no le garantiza a éste alguna forma de Estado palestino, ni siquiera la ficción de Estado que era el objetivo último de los reaccionarios acuerdos de Oslo en los años ’90. Es que el verdadero objetivo del actual gobierno de Israel es ir dejando cada vez más en un plano secundario el problema nacional palestino y dividir lo más que pueda el territorio y las entidades políticas palestinas para evitar toda resistencia seria a su política colonialista y racista.

Por eso, cada vez más la única solución progresiva del problema histórico de las masas y la opresión Palestina es la disolución, la liquidación de esta entidad sionista, esta creación artificial del imperialismo en Medio Oriente que es el Estado de Israel y la creación, en el conjunto del territorio de la Palestina histórica, de una Palestina obrera y socialista donde convivan en paz árabes y judíos.

El sufrimiento inaudito de las masas palestinas, el desangre del pueblo iraquí o las amenazas crecientes sobre Irán, hacen imperiosa la necesidad de despertar la energía revolucionaria de las masas de la región, las únicas que con su acción pueden derrotar al imperialismo norteamericano y su sirviente regional, el Estado sionista. En el marco de las actuales direcciones de las masas de la región, este impulso podría venir de poner en pie nuevamente un poderoso movimiento contra la guerra, por la liberación de Palestina, por echar las tropas imperialistas de Irak y por el cese de las amenazas a Irán en todo el mundo, en particular en los países imperialistas que son los que pueden detener la maquinaria de guerra tanto de EE.UU. como del resto de las potencias imperialistas europeas que participan en el Líbano o en Afganistán, en las distintas misiones de coloniaje o vasallaje que se han multiplicado en los últimos años por el mundo, en especial en el “mundo” musulmán.

Así como en 2003 hubo fabulosas y gigantescas movilizaciones antiimperialistas contra la guerra de Irak que no lograron sus objetivos por el carácter pacifista de sus direcciones, ahora es más necesario que nunca aprovechar la debilidad norteamericana, para que de ella no sólo saquen provecho otras potencias mayores o menores, sino fundamentalmente el movimiento de masas tanto a nivel regional como mundial.

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