La embajadora estadounidense Vilma Socorro Martínez llegó al país en medio del conflicto de Kraft. Mientras, el Ministerio de Trabajo avala que en casi la mitad de las empresas yanquis no haya delegados sindicales.
por Lucho Aguilar

“Reunimos a 781 empresas, empleamos a 320.000 argentinos, en 200 plantas, nuestras operaciones en el país representan el 19% del PBI de la Argentina”. Así presenta su poderío económico la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la República Argentina (AmCham), que agrupa a las grandes empresas de ese país. Entre sus directivos está Alberto Pizzi, presidente de Kraft, junto a representantes de General Motors, McDonalds, Citibank o Pepsico.

¡Socorro!

Quizás hubiera preferido llegar en otro momento, pero no le quedó otra. A Vilma Socorro Martínez los gerentes de las empresas yanquis ya la empezaban a llamar por su segundo nombre, asombrados por la resistencia de los obreros de Kraft.

Por eso, una de las primeras cosas que hizo al llegar hace pocas semanas fue reunirse con los representantes de AmCham. Allí, Socorro hizo pública “la consternación del gobierno de su país ante la situación que atraviesa la empresa Kraft”.

Antes de aterrizar, la embajadora se encargó de difundir su origen latino, y sus antecedentes como “defensora de los derechos civiles”. Lo que es menos conocido es que “los dos últimos años ejerció su actividad profesional en la firma de consumo masivo Wal-Mart”, dedicada a “equiparar las oportunidades laborales”. (La Nación).

Las oportunidades laborales’ según Wal-Mart

Para tener una idea de lo que hablamos, Wal-Mart es considerada en el mundo el paradigma de la empresa explotadora y de prácticas antisindicales. De hecho, ha sido denunciada porque la casi totalidad de su 1.300.000 empleados en el mundo no están sindicalizados.

La empresa cuenta con un manual que enseña a los gerentes “cómo permanecer libres de sindicatos, en el caso de que elijan su establecimiento como próximo blanco” (UITA).

A pesar de esto, los trabajadores de la sucursal Avellaneda de Wal Mart lograron, tras años de peleas, elegir delegados y empezar a frenar a la empresa. Como cuentan los compañeros, “frente a nuestro intento de organizarnos gremialmente Wal-Mart ha demostrado ser despiadamente antisindical y enemigo de cualquier manifestación o reivindicación de derechos laborales, lejos de corregirse y cesar en sus prácticas represivas, la empresa se dedicó a despedir, difamar e inventar causas”.

Con esos métodos Wal Mart ha logrado convertirse en la empresa con mayor facturación en el mundo. La nueva embajadora es una de sus hijas dilectas y, como ha mostrado su compromiso con la gerencia de Kraft, viene a garantizar el modelo Wal Mart a la Argentina.

¿Con esta señora recomienda Hugo Moyano que vayan a hablar los trabajadores de Kraft?

¿Libertad sindical?

En estos días, algunos periodistas cercanos al gobierno se refirieron en Página 12 y Miradas al Sur al modelo antisindical que sostienen Kraft y las empresas de Estados Unidos. Ese modelo se expresa en que - en Argentina - el 47 % de esas empresas no tiene ningún tipo de representación sindical, según datos del propio ministerio.

En Argentina son conocidos los casos. En la minera Barrick Gold los trabajadores han formado un nuevo sindicato ante las terribles condiciones de laburo, pero la empresa ha despedido a sus dirigentes e impide su reingreso. En Praxair los trabajadores pasaron varios años hasta imponer la comisión interna, por el reiterado despido de sus delegados. También se conocen los ataques a la organización obrera en Pepsico, Mc Donalds, Coca-Cola o Ford.

Por eso, lo que sorprende no es la política del imperialismo norteamericano, aunque Obama quiera disfrazarlo enviando como su principal lobbista a una embajadora, y de apellido Martínez. Lo que sorprende es la impunidad con que se mantiene esta situación, con el aval del Ministerio de Trabajo del gobierno ‘nacional y popular’.