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LA CARCEL DE KRAFT: Un centro de detención en la fábrica

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1ro de octubre 2009

por Jorge R. Sobrado1 - Ex detenido desaparecido, CeProDH.

El presente se empecina en parecerse al pasado, cuando la imagen de caballería avanzando por la avenida Henry Ford rememora la famosa foto del Cordobazo.

El gobierno “nacional y popular” daba la orden. Y, de ese modo, su bandera de los derechos humanos pasaba a ser pisoteada por el tranco de la caballería arremetiendo contra los manifestantes.

Después de la brutal represión, siguieron las analogías. Los detenidos quedamos prisioneros dentro de la planta, y por esas horas la Kraft alambrada y militarizada se convertía en un centro de detención. Y aunque fuera un destello de los años de plomo, era imposible no remontarse a esos centros clandestinos que en la década del ´70 funcionaron en el quincho de Ford, en Acindar o en el Ingenio Ledesma. Por lo menos para mí, que conocí el campo de la Rivera y la cárcel de barrio San Martín en Córdoba cuando fui secuestrado y desaparecido bajo la dictadura.

A la planta, ahora cárcel improvisada, se trasladaron los funcionarios del Estado para dar cobertura legal a la represión. Hasta la Secretaría de DD.HH. de la provincia, Sara Dorotier de Cobacho, madre de desaparecidos, se prestó a ese juego siniestro.

Quiero resaltar un hecho que presagiaba que la lucha de Terrabusi no habia terminado después del desalojo violento. Ante la lectura del acta policial, los 27 despedidos de Kraft, los 7 no despedidos (hoy parte de los suspendidos) y el resto de los delegados y estudiantes presos cerramos el acto con un fuerte aplauso en las barbas de la policía, de los funcionarios y del gerente de Kraft, verdadero jefe de todo el operativo. Ese gesto a la madrugada frente al aparato represivo capitalista de un puñado de obreros todavía presos preanunciaba que Terrabusi y su lucha estaba más viva que nunca y que solamente entraba en otra etapa. Dos días después nuevamente se cortaba Panamericana y seguían otras acciones. Siento un orgullo muy grande por haber sido testigo privilegiado (como creo que lo sentimos todos) de estos obreras/os de Terrabusi que empiezan dar los primeros pasos y muestran a una clase obrera distinta que se esta poniendo de pie.

Cuando salí por el portón de la fábrica a las 4 de la mañana la historia era distinta, no me esperaban mujeres desesperadas por saber si sus hijos estaban presos como cuando crucé el portón de la cárcel de Córdoba, sino centenares de compañeros de comisiones internas, obreros de Kraft y sus familiares, organizaciones solidarias que nos habían hecho el aguante y que se organizaban para seguir la lucha, y así fue que muchos de los presos nos reencontramos a las 5 de la mañana del lunes en la puerta de Terrabusi, pero eso es otra historia.

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