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KRAFT

CONTRA LA DICTADURA DE LOS SERVICIOS MEDICOS

Kraft: sigue la lucha por la salud de los trabajadores

Luego del paro de 48 hs, y de la conciliación trucha que impuso Tomada, la empresa viene dilatando las reformas que prometió que iba a realizar al servicio médico, luego de la muerte de Marcela Ortega.

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30 de septiembre 2010

Kraft: sigue la lucha por la salud de los trabajadores

Luego del paro de 48 hs, y de la conciliación trucha que impuso Tomada, la empresa viene dilatando las reformas que prometió que iba a realizar al servicio médico, luego de la muerte de Marcela Ortega.

El viernes pasado un incendio en el 4° Piso hizo que los trabajadores del turno tarde tuvieran que evacuar el edificio. La nota la volvió a dar la empresa cuando todos pudieron comprobar cómo los bomberos tenían dificultades para ingresar por el sencillo hecho de que la patronal dispuso de un “sistema de seguridad” con alambres de púa, rejas y jaulas en la puerta principal. Lo único que buscan es mostrarse como “patrones duros”, “gente con autoridad capaz de imponer el orden y respeto” frente a los trabajadores. Al fin de tanto ridículo aparataje, lo único que consiguieron es que los trabajadores tengan más inconvenientes para ingresar diariamente y que los bomberos tardaran más en llegar al foco del incendio. Decir que fue un incendio menor, sino Lopez Matheu, Pizzi, Predoné Pita y cia hubieran pasado a las historia al haber dejado (al menos) una fábrica en ruinas por sus medidas “de seguridad”.

Lo que vale una vida para Kraft

Al mismo tiempo en las audiencias del Ministerio la empresa reconoce que va a realizar cambios en el servicio médico pero se niega a decir cuales van a ser. Pero se pudieron conocer las formas con que la empresa piensa en la seguridad y la salud de los trabajadores. En primer lugar nos enteramos que el propio reglamento del servicio médico habilita a las enfermeras a atender a los trabajadores y enviarlos nuevamente a las líneas sin necesidad de que un médico los vea. Esto pasó con Marcela Ortega, a la que se le suministró un antiácido cuando al poco tiempo estaba sufriendo un paro cardíaco.

Pero lo peor de la impunidad patronal apareció cuando mostraron el contrato que hicieron con una empresa para atender a los trabajadores en casos de emergencia. A la empresa contratada para atender casos como paros cardiorespiratorios, ACV, fracturas, quemaduras e intoxicaciones, etc. Kraft le paga en total $552,50 por mes por todos los trabajadores. Cualquiera puede imaginar el servicio que una empresa va a prestar por ese dinero. No hace falta imaginarlo, los trabajadores lo vieron con sus propios ojos. Si se tiene en cuenta que hay 2.800 trabajadores, cualquiera puede concluir en que la empresa gasta menos de 1 (un) centavo por día por trabajador en su “servicio de emergencias”. Sí leyó bien, UN CENTAVO. Una ofensa a los obreros de una empresa que sólo puede hacer esto gracias a la impunidad que le garantiza el Ministerio K y el Sindicato de Daer. Para colmo, la empresa contratada tiene sendos pedidos de quiebra y cheques rechazados por cientos de miles de pesos. Es evidente que Kraft merece ser controlada por los trabajadores, los únicos capaces de garantizar su propia seguridad.

Apoyemos esta nueva pelea

Con esta convicción la Comisión Interna convocó a asambleas en todos los turnos donde se propuso la conformación de una Comisión de Seguridad e Higiene de los trabajadores para controlar desde las líneas los problemas que hacen a la salud y la seguridad de todos y que la empresa desatiende por el sencillo hecho de que sus ganancias valen más que las vidas de los trabajadores.

Al mismo tiempo los obreros de Kraft están discutiendo nuevas acciones para exigir una reforma profunda al servicio médico. Que se reconozcan los certificados particulares de los trabajadores, que se prohíba enviar a la línea a todo trabajador que se sienta enfermo y que los médicos sean elegidos y controlados por los propios trabajadores que son los interesados en cuidar sus cuerpos y sus vidas.

Los trabajadores de Kraft levantan esta bandera. La solución para acabar con esta situación pasa por disminuir la jornada laboral. No hay otra manera de evitar los accidentes y las enfermedades laborales que sea perdurable más que ir reduciendo la duración de la jornada de trabajo. Con sólo el 2,5% de la facturación de Kraft se podrían pagar los salarios de 1000 trabajadores más, para contar con un cuarto turno y reducir la jornada de trabajo a 6 horas diarias. Pero Kraft tiene otra idea, sacar de cada trabajador todo lo que pueda en las más de 45 hs semanales que pasa dentro de la fábrica, seis días por semana.

Apoyamos a los trabajadores en esta nueva pelea, por su salud , contra las patronales que para maximizar sus ganancias provocan enfermedades y “accidentes” que se llevan tres vidas obreras por día en nuestro país y gozan de la impunidad que les dá el gobierno y las leyes de la dictadura que hoy siguen vigentes. Impulsamos la unidad de los trabajadores, la movilización y la organización democrática para ganar esta pelea.

Prensa

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Elizabeth Lallana 113674-7357

Marcela Soler115470-9292

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