Ante la ausencia de una alternativa de los trabajadores, el desgaste político del gobierno es capitalizado por la derecha, como en la Capital, o por otras variantes patronales, como la centroizquierda del ARI en Tierra del Fuego. Sin embargo, es una verdadera estafa política que en las últimas elecciones en las que tanto se habló de “gestión”, el latiguillo de la derecha, y contra el “modelo de los ’90”, del lado del gobierno, no haya estado presente el debate sobre la crisis energética que está golpeando, más que a nadie, a los trabajadores y el pueblo pobre. Se debe a que tanto Macri o el MPN neuquino como el ARI y el oficialismo son parte del problema: todos sostienen la herencia de las privatizaciones de Menem.

Lo que está en crisis es la gestión de la clase capitalista sobre los recursos energéticos; su explotación de los yacimientos de gas y petróleo en base al lucro; el sistema de negociados con las obras de infraestructura y su manejo de la distribución del combustible contra las necesidades de la mayoría del país.

El PTS propone a las organizaciones sindicales combativas y a la izquierda clasista a luchar juntos por la expropiación de los privatizadores, por la renacionalización sin pago y bajo administración obrera del gas, el petróleo, la electricidad, y por un Frente de Trabajadores contra los candidatos de los capitalistas en las próximas elecciones presidenciales.