por Luciano, integrante de No Pasarán-Pompeya

El sábado 14 se vivió una vez más la violencia y la represión brutal contra los jóvenes. Se repitió una vez más la historia, que allá por 1991 se llevó la vida de Walter Bulacio, de 17 años, asesinado a golpes por la policía a la salida de un recital de Los Redondos en Obras. El sábado pasado, la policía reprimió ferozmente a cientos de pibes y pibas que iban a divertirse a un recital, dejando como saldo 40 heridos, 30 detenidos y una imagen que se vuelve a repetir: Rubén Carballo, 17 años, molido a golpes y lleno de marcas de balas de goma.

Miles de jóvenes habían ido a ver al grupo Viejas Locas al estadio de Vélez, que después de 9 años de estar separados volvían a tocar en vivo. Por televisión se veía como la policía comenzaba a avanzar sobre las puertas del estadio; carros hidrantes, gases lacrimógenos y balas de goma se descargaban con furia contra los pibes. La cana estaba sacada, e hizo honor a su fama de represora y asesina. Rubén, había ido al recital y fue parte de las víctimas de la federal. Misteriosamente, al otro día, aparece a 5 cuadras del estadio completamente inconciente, con marcas de balas de goma, bastonazos y pintura de los carros hidrantes.

Rubén Carballo hoy está peleando entre la vida y la muerte en un hospital; producto del salvaje ataque hoy está en coma. El se ha convertido en una víctima más de la muerte que viaja en patrullero. Recordemos a Luciano Arruga y los cientos de pibes que mueren por año a manos de esta fuerza asesina. Este es un caso más de los tantos que hubo este año por parte de la Federal, la Bonaerense y la Gendarmería, con sus históricos métodos: gatillo fácil, represión, secuestros, golpizas, asesinatos. Víctimas predilectas: la juventud.

La policía está sacada, y no es casualidad ni exceso de droga. Los políticos y medios que piden mano dura, la baja de la edad de imputabilidad y diversas medidas contra las libertades de los jóvenes (como los horarios de los boliches), son la causa de esta escalada represiva de la policía sobre la juventud. Esta política, va de la mano con reprimir a los trabajadores que salen a pelear por sus derechos, como los laburantes de Kraft Terrabusi, y demonizar y pedir castigo contra cualquiera que proteste, como fue la enorme campaña que hicieron contra la toma del Nacional Buenos Aires.

Amparados por los jueves y políticos de turno, el gatillo fácil asola las barriadas del Gran Buenos Aires. Los medios presionan y empujan con sus discursos favorables a la represión, de la mano de distintas políticas de la oposición y el gobierno. Hay que frenar esta campaña, y pararle la mano a la policía asesina. En los barrios, los colegios y los lugares donde laburamos, tenemos que iniciar una gran campaña contra la represión e impunidad. El caso de Rubén no puede quedar impune. Queremos justicia, y solo con la organización y movilización podremos conseguirla. Esta semana, desde el NP estaremos participando en varias acciones que se empiezan a organizar, por ser miles en las calles y conseguir que se encuentre y castigue a todos los culpables de la golpiza a Rubén y de la represión. ¡Castigo a todos los policías que reprimieron el sábado! ¡Justicia por Rubén! 

Entrevistamos a Yanina, del No Pasarán de Matanza, fue al recital y estuvo en la represión

¿Qué fue lo que pasó el sábado en el recital?

– Estábamos en las puertas de Vélez, miles de personas esperando entrar. El recital arrancaba 21.30, eran las 21 y todavía estaban las puertas cerradas. Como no abrían, la gente se empezó a agolpar y ahí fue cuando la policía nos empezó a reprimir con gases y balas de goma. Todos corrían para todos lados, y encima nos tiraban con los carros hidrantes que nos pintaban de azul. Nos tiraban balas de goma directo a la cara. Más que dispersarnos parecía que nos querían matar.

¿También reprimieron a la gente que iba entrando?

– Si, adentro fue hasta te diría peor. Mi primo pudo entrar y contó cómo, a medida que la gente iba entrando, la policía les tiraba balas de goma por la espalda. Aparte, los iban metiendo presos a medida que iban entrando, como si fuera una trampa. Cuando entraban los agarraban y los llevaban a los camiones de la policía. Lo único que queríamos era pasarla bien en el recital, y la yuta que era la que supuestamente organizaba la seguridad, manejó toda la entrada de la gente mal, como siempre, dejándonos que nos amontonemos para luego reprimirnos.

¿Qué opinás de lo de Rubén Carballo?

Lo de Rubén es terrible. No lo conocía pero estuve en la represión y viví la rabia con la que nos atacó la policía. Salió en todos lados cómo lo encontraron, lleno de marcas de balas de gomas y de la tremenda golpiza que le habían dado durante la represión. Y ahora lo de siempre: la policía no se quiere hacer cargo de nada. Ellos nos pegaron, se tienen que hacer cargo. Pero ni la policía, ni la banda, ni la empresa que organizaba, se quieren hacer cargo, todos se lavan las manos. No se aguanta más esto, los jóvenes nos tenemos que organizar para salir a denunciar todo esto. Después quieren poner más policía, la misma policía la que nos reprime, nos persigue y asesina.