Ya hay un primer balance: el Frente de Izquierda es un gran paso en la unidad de la izquierda. Porque dimos respuesta a un reclamo que nos venían formulando los luchadores, que la izquierda se tenía que unir. Lo logramos a pesar de las diferencias. Un hecho inédito que está dando sus frutos.

El Frente ha servido para levantar una alternativa de independencia de clase ante las distintas variantes patronales. Para pelear el voto al kirchnerismo de un sector de trabajadores, a las distintas variantes de la oposición patronal y a la centroizquierda, que demostró su rotundo fracaso.

En plena campaña electoral seguimos apoyando las luchas. Recordemos que levantamos la única tribuna en el Día Internacional de los Trabajadores con el gran acto que hicimos el 1° de Mayo en Plaza de Mayo. Participamos de las marchas en apoyo a los docentes de Santa Cruz y repudiamos los asesinatos en Jujuy. Recorrimos conjuntamente lugares de trabajo e impulsamos en común las listas unitarias opositoras, Bermellón en ATE y Gris-Bordó en el Roca. Logramos que más de 500 intelectuales nos apoyen.
Un gran compromiso a futuro de seguir adelante con políticas unitarias que nos permitan enfrentar la crisis mundial que el gobierno descargará sobre las espaldas de los trabajadores; unidad en el terreno sindical para barrer a la burocracia sindical y también en el terreno político.

El logro de las bancas en Neuquén; la excelente elección en Córdoba -siendo el Frente la cuarta fuerza superando a las listas kirchneristas y a Carrió- obteniendo más del 5% en la Capital, lo que nos permitió renovar la banca de Liliana Olivero; la concejalía obtenida en Capitán Bermudez y la gran campaña militante en Capital, nos han permitido ir ganando fuerza para el desafío mayor de sortear el intento proscriptivo de los 400 mil votos que nos imponen las internas abiertas con la Reforma Política votada por Cristina y la UCR.

La pelea por superar el 1,5% está en curso. La campaña política contra el intento de silenciamiento de la izquierda ha impactado en franjas importantes del movimiento de masas. Miles y miles saben que quieren cercenarnos el derecho de tener nuestros candidatos en las presidenciales de octubre. Como dicen nuestros spots: “¿quién va a decir entonces que los salarios son de pobreza, que hay que terminar con el trabajo en negro, se paga deuda externa con plata de los jubilados y se sigue adelante con el robo de las privatizaciones y el saqueo a manos de las multinacionales?” Nosotros, la izquierda. Nadie más. Miles quieren que ese mensaje esté el 23 de octubre. Por eso han dicho que nos van a acompañar.

El Frente, a su vez, nos ha permitido apoyar las luchas del mundo, como la heroica revolución árabe, a los indignados europeos, ahora a los jóvenes explotados sin futuro en Inglaterra y a los aguerridos estudiantes chilenos. Decimos claramente: ¡Todo nuestro apoyo a las rebeliones mundiales contra el ajuste capitalista! ¡Que la crisis no la paguen los trabajadores, que la paguen el imperialismo, los banqueros y multinacionales!

Crisis que está entrando en nuestro país. Ya hay un ajuste con la inflación, los bajos salarios y la no solución a los problemas de fondo. Siguen las tercerizaciones y la cruda realidad de la falta de vivienda. El gobierno responde con medidas electoralistas y represión. El doble discurso ya no goza de buena salud. El Frente de Izquierda deberá ir combinando la campaña electoral con levantar propuestas de fondo. Pidiendo el voto para estar más fuertes después de las elecciones. Para seguir apoyando las luchas obreras y populares; al nuevo sindicalismo combativo y antiburocrático y enfrentando a los políticos patronales.