El sábado pasado se llevó adelante la jornada de exigencia de cárcel común y efectiva para el médico torturador Bergés y todos los genocidas. Las actividades se desarrollaron en el centro de Quilmes, ciudad donde este asesino disfruta de una cómoda prisión domiciliaria desde hace algunos meses, y fueron convocadas por familiares de víctimas del gatillo fácil de la Coordinadora Antirrepresiva Sur, el CeProDH, la Comisión Permanente de Homenaje a las Madres de Plaza de Mayo de Quilmes, el SUTEBA, la Corriente 9 de Abril, el No Pasarán, Pan y Rosas Sur, la Comisión de Mujeres QBV, el MST, la JCR, el PCR y el PTS, entre otras organizaciones.

Vale recordar que Bergés se dedicaba a controlar la potencia de la picana y “asistía” partos de compañeras desaparecidas en el circuito de centros clandestinos de detención dirigido por el ex general Camps y el ex comisario Miguel Etchecolatz. Por estos motivos fue condenado por primera vez en 1986, pero salió libre por la ley de obediencia debida de Alfonsín. Gracias a la lucha de los organismos de derechos humanos se lo volvió a condenar en el 2004. Sin embargo, en agosto de este año la Sala 2 de la Cámara Federal de La Plata le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria en su casa de Quilmes.

A las 11,30 empezó en la peatonal la radio abierta en la que hicieron uso de la palabra varios vecinos y se leyeron numerosas adhesiones como la de la CTA de Quilmes, que se hizo presente con una delegación. Al mismo tiempo se repartieron miles de cartas denunciando la situación de impunidad de los genocidas que se vive aún en el autoproclamado “gobierno de los derechos humanos” y se juntaron quinientas firmas pidiendo cárcel común para Bergés.

A las 13, y cuando se habían sumado también compañeros de la Bordó del Roca, cortamos la esquina de Rivadavia e Yrigoyen y realizamos un emotivo acto con más de ciento cincuenta personas en el que hablaron Cristina Cabib, de la Comisión de Madres de Plaza de Mayo de Quilmes, y Victoria Moyano del CeProDH, cuyo nacimiento fue asistido por Bergés. Victoria se refirió a la situación que se vivía en los centros clandestinos de detención en el marco de la dictadura genocida. Posteriormente reivindicó la lucha de los organismos de derechos humanos y denunció el doble discurso del gobierno que “habla de derechos humanos, pero encubre a los responsables del crimen de Mariano Ferreyra y de los tobas”.

Finalmente se leyó el documento consensuado por las organizaciones convocantes y se invitó al acto que organizan los ceramistas y los ferroviarios por justicia para Mariano Ferreyra el sábado 11 a las 14 en la estación Constitución al que asistirá un grupo de familiares de víctimas del gatillo fácil.

Carla Lacorte, víctima del gatillo fácil e integrante del CeProDH