Los trabajadores de la salud llevan adelante un plan de lucha, con asambleas, paros y cortes de ruta, por un aumento salarial de emergencia de $500 y mejoras en las condiciones del sistema de salud. El reclamo responde a las privaciones cada vez más agudas que la crisis, la inflación y los grandes aumentos tarifarios decretados por el gobierno, provocan en los salarios de 1200 pesos de las enfermeras y empleados sanitarios.

Jaque, lanzó en marzo una cruzada contra los estatales. Sacó del medio a docentes que habían votado el no inicio de las clases entregando el reparto de casas del IPV a la burocracia maurista de la CTA, a cambio de aceptar un aumento de $90 para los maestros. Paso seguido retiró cualquier propuesta de aumento para el resto de los estatales, declarando desiertas las paritarias con el propósito de aplastar la voluntad de lucha de los trabajadores. Pero los hospitales le respondieron con paros, asambleas y piquetes en rutas nacionales. Los medios, que no esconden su desaprobación al paro de la salud, no pueden ocultar la alta adhesión que este concita incluso entre la población.

Esta semana la tensión crece, Jaque declara en la televisión: “No vamos a permitir bajo ningún punto de vista que se tome a los mendocinos de rehenes y en este sentido he dado claras instrucciones”. Los trabajadores echaron al Ministro de Gobierno de la asamblea frente al Hospital Central, y este se retiró amenazando con “mandar a desalojarlos” y haciendo intervenir a una fiscal que ya abrió una causa contra los trabajadores.

El grado de polarización política en la provincia obligó a Ate Nacional a viajar a la provincia, para “comunicarle” a los empleados que convocarán a un paro nacional el 22 de abril “para que la crisis no se pague con el ajuste”. Una medida simbólica para dentro de 15 días, en uno de los momentos más tensos para los estatales mendocinos, y en medio de una crisis sanitaria nacional con la anunciada epidemia del dengue.

El propio Moyano sorprendió en su viaje a Mendoza, donde se reunió con Jaque, al declarar "Los estatales de Mendoza tienen que salir a pelear por sus salarios". Dirigentes de la CTA y la CGT reclaman: “Colaboremos entre todos, el salario es mercado interno”, explicando a los empresarios y el gobierno que aún puede haber redistribución hacia los trabajadores. Pero el valor de esa frase no está en las medidas efectivas que ellos vayan a tomar para que el reclamo de los hospitales avance (ninguna), sino en su futuro político cercano. Al identificar el mercado interno capitalista con el salario, adelantan la colaboración que ellos ofrecen a los empresarios para proteger el mercado interno: aceptar una devaluación (de los salarios) frente a la crisis. Los “sindicalistas” ponen por delante la política ante el reclamo de los estatales. Lamentablemente una política de colaboración con los políticos de los empresarios, que sólo hará pagar la crisis a los trabajadores.

Los trabajadores de la salud ya han protagonizado grandes huelgas en el 2005 y el 2006, llevadas a un callejón sin salida por la dirección de Ate. Al negarse a señalar de dónde tiene que salir el dinero para conquistar salarios acordes a la canasta familiar (con impuestos a las ganancias empresarias), terminan negociando sumas simbólicas que burlan la voluntad demostrada en la lucha por los trabajadores.
Para responder hoy a este nivel de ataque gubernamental, es necesario organizarse desde las bases de los hospitales para un conflicto que deberá combatir con la decisión política del gobierno de demostrarles a los empresarios su capacidad de doblarle el brazo a los “sindicatos rebeldes”. Para unir a las filas estatales y ganar el apoyo de la población trabajadora, será necesario poner en pie una dirección política propia de la huelga. Un comité de huelga que responda al ataque que los políticos patronales hacen contra el nivel de vida de los trabajadores frente a la crisis, desafiando las ganancias de los Repsol, Vila y Perscarmona.