"Estaban condenados a una trampa mortal", con gran precisión y a su vez el mayor de los cinismos, ya que es uno de los mas altos funcionarios del país y por ende corresponsable del hecho, definió Aníbal Fernández la tragedia de Once. En el boliche República Cromagnon (ex- El Reventón) de Once encontraron la muerte casi 200 jóvenes y niños. "Fue un gil que prendió una bengala" acusaron varios. Pero la tragedia con sus horrorosas consecuencias se desató porque el techo es de goma espuma y con una mediasombra, ambos altamente inflamables y tóxicos; porque la puerta de emergencia estaba cerrada con candado (en una actitud criminal del dueño y de las autoridades responsables), porque había más gente que la habilitada, porque no hay sistema antiincendio, porque funcionaban en unos baños unas "guarderías" más que precarias, donde las madres dejaban a sus hijos pequeños. Porque igual que en Kheyvis hace 10 años los verdaderos responsables son los empresarios inescrupulosos y las funciones de control que debe garantizar el Estado no existieron. El empresario Omar Chabán, Aníbal Ibarra y el gobierno de la Ciudad y también los legisladores de Buenos Aires son los responsables directos de semejante tragedia. Se podía evitar. Y aún se pueden evitar futuras desgracias como la que asoló esta vez a jóvenes trabajadores y de los sectores populares.

Es necesario conformar una Comisión Investigadora Independiente formada por los familiares y víctimas de incendio, junto a organismos de derechos humanos, para lograr el juicio y castigos de todos los responsables (empresarios y políticos).

PARTIDO DE TRABAJADORES POR EL SOCIALISMO