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Intercambio con el PO por el brindis de Altamira con Gelblung

El lunes pasado Altamira fue al programa radial de Chiche Gelblung quien lo invitó para “celebrar” con un brindis. La repercusión no se hizo esperar ya que se trata de uno de los programas con mayor rating de la mañana: cientos de "tweets", decenas mails que recibimos de compañeros, amigos y votantes del Frente de Izquierda criticando ese acto público de nuestro principal candidato.

Guillo Pistonesi

18 de agosto 2011

El lunes pasado Altamira fue al programa radial de Chiche Gelblung quien lo invitó para “celebrar” con un brindis. La repercusión no se hizo esperar ya que se trata de uno de los programas con mayor rating de la mañana: cientos de "tweets", decenas mails que recibimos de compañeros, amigos y votantes del Frente de Izquierda criticando ese acto público de nuestro principal candidato. A eso se sumó la justa y comprensible indignación de nuestra compañera Alejandrina Barry, querellante contra Gelblung, directivos y staff de la editorial Atlántida por haber orquestado una campaña a favor del genocidio utilizando su figura de niña -año 1977- luego de que las FFAA asesinaran a sus padres.

La dirección del PTS entonces le entregó a la del PO una carta que publicamos acá, donde afirmamos que "defendemos el derecho de los socialistas revolucionarios de aprovechar hasta la última brecha para difundir nuestras denuncias, ideas y propuestas, incluso frente a ‘periodistas’ como el citado, hoy a sueldo del Grupo Clarín. Consecuentemente con ello, los candidatos del PTS en el FIT han participado (y participarán) de programas o entrevistas realizadas por personajes que distan mucho de ser demócratas consecuentes. Pero consideramos un importante error político la participación de Jorge Altamira no en un reportaje, sino en una celebración con un personaje siniestro como Gelblung. No tenemos nada que celebrar con un reconocido colaborador de la dictadura genocida".

Al día siguiente el PO nos respondió con otra que también publicamos acá. Esta última amerita algunos comentarios:

1) Resulta más que sorprendente que la dirección del PO se enterara recién ahora que Gelblung no apoyó la dictadura en forma "común a numerosísimos periodistas de su generación que actúan en medios privados u oficiales" (como ponen en su carta) sino que lidera el rating de colaboradores del genocidio a través de la dirección ni más ni menos que de publicaciones como la emblemática revista Gente. ¿Qué pensaría cualquier persona medianamente informada si dirigentes de un partido de izquierda les dijeran que el apoyo a Videla de Mariano Grondona o de Bernardo Neustadt es "común a numerosísimos periodistas..."?

También sorprende que los compañeros abogados de APEL se enteren recién ahora que Gelbung estaba implicado en la causa que sigue nuestra compañera. Basta buscar en Google las numerosas notas periodísticas que se le hicieron entonces a Alejandrina Barry donde se lo sindica a Gelblung como uno de principales responsables de la canallada que le hizo la dictadura.

2) No acordamos con la apología que hacen los compañeros del PO a una suerte de "diplomacia secreta" que debería haber entre organizaciones revolucionarias. ¿A quién se le puede ocurrir que el PTS hubiera hecho una carta "privada" para hacer una crítica a un error político que creemos daña a nuestro Frente de Izquierda? Todas nuestras críticas políticas, no por dejar de ser a veces duras, son tan públicas como fraternales. Consecuentemente defendemos el derecho de la compañera Andrea D’Atri y de todo militante de nuestras organizaciones a hacer las críticas políticas que considere, siempre y cuando no existan calumnias ni injurias infundadas (lo que no es el caso).

3) Por el contrario al método que parecen defender los compañeros del PO, consideramos bueno, muy bueno, para un frente de partidos de izquierda, obreros, que se reclaman trotskistas, que haya críticas sobre actitudes y posiciones políticas que creemos erróneas para el fortalecimiento del nuestro Frente. Más allá que hemos divergido totalmente en su contenido, el mismo PO las ha hecho sobre el PTS en numerosas ocasiones (como por ejemplo sobre nuestra política hacia el FIT en Neuquén), y lo consideramos totalmente normales (nunca creeríamos que se trata de un "ataque", "una campaña pérfida", "una maniobra combinada", "liquidacionista", realizada con "pasión faccional" que termina siendo una "provocación" contra nuestro partido... frases y palabras que, a decir verdad, se tornan poco serias). Nuestro Frente de Izquierda y de los Trabajadores no se puso ni se va a poner en cuestión o en vilo por críticas políticas.

4) Pese a que dejamos en claro que no sólo es lícito, sino casi una obligación aprovechar las tribunas que nos permitan divulgar nuestras denuncias anticapitalistas y el programa revolucionario, los compañeros del PO vuelven a amalgamar aquello con brindar, celebrar, con un personero del régimen militar, hoy a sueldo del alicaído grupo Clarín. Por consiguiente, así como no lo hicimos entonces, hoy no vamos a criticar que Altamira o cualquier candidato del FIT haya tenido una, cien o mil entrevistas con Gelblung, Grondona o gente de su misma calaña.

5) Somos compañeros, nos reclamamos revolucionarios. ¿Desde cuándo no se puede criticar la actitud de alguno de nosotros? ¿Hay en nuestras filas infalibles porque hoy son candidatos a tal o cual cargo? No lo creímos, no lo creemos y no lo creeremos.

6) Nuestra crítica está fundada y es política. No hay calumnia, ni ocultamiento, ni agresión alguna. Simple y sencillamente criticamos a Altamira por lo que consideramos "un importante error político".

7) Constatamos que efectivamente Myriam Bregman y Christian Castillo escucharon decir a Altamira que Gelblung lo había invitado a brindar si pasábamos los 400 mil. Esto sucedió el 8 de agosto en la vereda de Tribunales, en forma ocasional y absolutamente informal, como un comentario -y no una consulta-. Está por demás claro que a seis días de las elecciones, ninguno de nosotros tenía la certeza de poder pasar el piso proscriptivo, por lo que a nadie se le podía ocurrir entonces estar pensando o planificando festejo o brindis alguno. Por otra parte, el PTS ni nadie puede ser censor de lo que hagan o digan los cientos de compañeros que son candidatos del FIT. Finalmente, la carta del PO da a entender que por más que los compañeros le hubiesen dicho algo, Altamira hubiera ido igual, pues en ningún momento dejan siquiera entrever que no lo hubiera hecho.

8) Nuestro Frente tiene un programa que defendemos. Pero también aspiramos a que tenga un método crítico, revolucionario, que podamos compartir entre todas las organizaciones que lo integramos. Esconder nuestras diferencias, dejar que las críticas sean patrimonio de un puñado de dirigentes, no es un buen método. Aspiramos a compartirlo con el resto de las fuerzas que integramos el Frente y postulamos a Altamira-Castillo como nuestra fórmula presidencial para las elecciones de octubre.

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