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Comunicados de prensa

EMPIEZA LA DISCUSION POR LOS AUMENTOS A TRABAJADORES PRIVADOS Y ESTATALES

Industriales y gremialistas ya se preparan para la pelea salarial

Prensa PTS

18 de agosto 2004

La Unión Industrial Argentina (UIA) y la nueva conducción de la CGT ya se preparan para la pulseada por los sueldos que comenzará el jueves que viene en el Consejo del Salario Mínimo, convocado ayer oficialmente por el Gobierno.
Al llamar al Consejo, Néstor Kirchner descartó la idea de aumentar el salario mínimo por decreto y eligió buscar el consenso entre empresarios y sindicalistas. La intención del Gobierno es subir el salario mínimo de 350 a 400 pesos mensuales a partir del 1° de setiembre.
La convocatoria fue formalizada ayer por los ministros de Economía, Roberto Lavagna, y de Trabajo, Carlos Tomada, después de reunirse con el Presidente en la Casa Rosada. Los ministros precisaron cómo será integrado el Consejo por representantes de distintas entidades empresarias y sindicalistas de la CGT y también de la CTA, un tema que deja abierta la puerta a nuevas polémicas.
Ya trascendió que la CGT llegará con una propuesta similar a la del Gobierno para elevar el mínimo de 350 a 400 pesos, pero también impulsará otras medidas que representarían un aumento en todas las categorías salariales.
La UIA propondrá que los aumentos sean discutidos por empresas y por región, a raíz de las diferencias que observan en el desarrollo de las distintas actividades y zonas del país.
Así, tanto los sindicalistas como los industriales irán al Consejo con planteos que trascienden la discusión por el salario mínimo y anticipan un debate más amplio.
De la mano de la conducción tripartita integrada por Hugo Moyano, Susana Rueda y José Luis Lingeri, la propuesta de la CGT también contempla un salario mínimo de 400 pesos.
Pero la cúpula de la central sindical ya le anticipó al ministro de Trabajo —quien presidiría el Consejo del Salario— otros dos puntos que buscará colocar en la discusión: la incorporación al sueldo básico de cada convenio de los 50 pesos no remunerativos dispuestos por el Gobierno en enero de este año y una nueva suma fija de entre 50 y 100 pesos.
Estas dos medidas —que deberían ser definidas por un decreto del Poder Ejecutivo— no modifican sólo el salario mínimo sino que, de concretarse, significarían una suba en el resto de la escala salarial. 
Los industriales se sentarán a la mesa con sus propios reclamos. Ayer, luego de recibir un llamado del Ministerio de Trabajo en el que le confirmaban la invitación al Consejo del Salario, el titular de la Unión Industrial, Alberto Alvarez Gaiani, afirmó: "Pedimos que los aumentos en los salarios privados sean por sectores y por regiones. Respecto de las subas en el sector público, los hombres de negocios no somos quiénes para opinar."
La posición de la UIA tiene un diagnóstico económico de fondo, ya que los dueños de las fábricas sostienen que la recuperación de la economía se está dando de manera despareja.
En un paper que circula en la UIA, al que accedió Clarín, se detalla que la industria mejoró sus niveles de producción, de generación de empleo y de utilización de la capacidad instalada con la salida del tipo de cambio fijo. Es decir, los sectores que se consideraban "perdedores" del modelo de apertura de los 90 mejoraron su rentabilidad con la devaluación por las exportaciones y la sustitución de importaciones.
El equipo de economistas de la central fabril (muy vinculado a Javier González Fraga, un experto cercano a este gobierno) cree que la buena racha no les llegó a todos al mismo tiempo. Por eso, estiman que hay empresas —como las siderúrgicas o metalúrgicas— que podrían otorgar aumentos en los salarios mínimos y otras —como los supermercados o las textiles— que todavía no estarían en condiciones.
Por otro lado, un equipo de técnicos de la UIA presidido por el patagónico Juan Moravek estaría intercambiando borradores con técnicos de Desarrollo Social y Trabajo para reconvertir parte de los planes sociales a otros programas de capacitación de desocupados. Esto apuntaría a reeditar viejos oficios técnicos que se perdieron por el cierre de las fábricas como torneros, tejedores o diseñadores de cueros.
En caso de que hubiera aumentos generalizados, los industriales reclamarían también que se canalizaran a través de la convocatoria a paritarias.

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