Daniel, joven obrero textil

Cuando llegué de La Paz hace 8 años arrastrado por la falta de trabajo en Bolivia, lejos de encontrar una salida a mi situación, me topé con 15 horas de trabajo en un taller clandestino bajo condiciones terribles. La discriminación y el desprecio me llevaban a encerrarme en mi “comunidad”, pero pronto entendí que en la misma convivían hermanos como yo, con patrones paisanos, que nada tienen que ver con los trabajadores. Todo lo que viví, y sigo viviendo lo sufren millones de inmigrantes. ¿Y como podemos terminar con esto? Yo creo que organizarse con trabajadores y estudiantes de este país es un primer paso. El plenario que hicimos desde la Juventud del PTS, donde yo milito desde hace unos meses, tuvo ese objetivo, juntar a distinos jovenes para pensar entre todos como resolver nuestros problemas. No podemos esperar que la crisis llegue para tomar la iniciativa. Es hoy, ahora, el momento para cumplir lo que votamos en el plenario: Impulsar un movimiento contra el trabajo precarizado, y por los derechos de las mujeres e inmigrantes, que son quienes más lo sufren. Creo que es así, discutiendo todos juntos, obreros y estudiantes, que podemos tomar más fuerza y conocer miles de jovenes. No existe otra manera de enfrentar a los patrones y la crisis. No podemos quedarnos de brazos cruzados.