El pasado sábado 17/04 Carlos Morelli anunció en la asamblea de Zona Norte que se integraba al “CeProDH junto a los compañeros del PTS”. El compañero Morelli fue delegado del Astillero Astarsa de los años ’73 al ’76, y “Obreros de Astarsa” se llama el local de la regional. Fue parte de la toma del astillero y luchó contra el Rodrigazo, formando parte de la Coordinadora, que jaqueó al gobierno peronista de entonces. Hoy sigue peleando, y trabaja en una cuadrilla de mantenimiento.

La Santísima Trinidad: Patronal, Sindicato y Policía

En Zona Norte militaban y vivían muchos de los compañeros desaparecidos. La Coordinadora de la zona era una de las más fuertes. “Acá sufríamos -recuerda Morelli-, el andar de la Santísima Trinidad: el Patrón, el Sindicato y la Policía. Yo venía peleando por los derechos humanos en la Comisión de la memoria por la verdad y la justicia. Pero me voy porque nunca aceptaron cuestionar el sistema social y político. Lamentablemente la Comisión no suele adherir a esto, ya que son compañeros que vienen de grupos de Montoneros, vinculados de alguna manera al kirchnerismo, que están muy cerca de los intendentes de San Fernando y Tigre. Nunca se cuestionó el sistema. Y en los setenta era la patronal junto a los burócratas del sindicato quien marcaba a los compañeros. Nada dicen que lo que pasó fue un genocidio; una dictadura de clase. Pelee en ese espacio lo que pude; mucho tiempo”.

Buenas costumbres: la autodefensa obrera

Destacado valor para un partido joven empalmar con luchadores capaces de ayudar a recomponer lazos clasistas. ¿Qué recordás de esos días?: “Nosotros teníamos los problemas de cualquier laburante: trabajábamos 12 o más horas por día; en un trabajo muy pesado, con muchísimos accidentes y compañeros que perdían la vida. Con Cámpora recién asumido, tomamos la fábrica con rehenes. Esto lo cuento para que no se piense que la clase obrera actúa siempre en concordancia con las buenas costumbres. Y logramos el control de las condiciones de trabajo, que después se transformó en un Cuerpo de Delegados de Seguridad e Higiene”.

Las noticias de toma de rehenes en Francia dispara la pregunta sobre la utilización de esos métodos de lucha, históricos en la clase obrera argentina: “Recuerdo cuando venían los sirvientes y le traían comida a los dueños de Astarsa que teníamos guardados, y como los compañeros separaban la mitad de los sanguchitos de miga y los repartían, mientras se lo compensaban con el guiso de la olla popular que teníamos en la puerta (risas)… Me parece -cierra Morelli-, que la violencia obrera se debe ejercer con toda justicia. ¿Qué hacer si no ante los despidos, suspensiones; qué hacer si uno va a perder el trabajo, va quedar en la calle, sin alimento para sus hijos, sin obra social…? Son métodos de autodefensa, respuestas naturales para que la crisis no la paguemos los trabajadores”.