El viernes 27 de febrero se realizó en el local partidario de Laferrere un acto-homenaje a Rossana Robledo compañera de muchos años de la regional Matanza del PTS. Lamentablemente, su muerte fue una tragedia: nuestra compañera se suicidó al no poder vencer tras años de lucha una gran depresión que la acompañó durante los últimos años de su vida, a pesar de los esfuerzos de sus compañeros, compañeras y amigos por contenerla.

En el homenaje participaron más de un centenar de compañeros de La Matanza y delegaciones de otras regionales partidarias, su madre, hermanas, hijas y amigos. Recordamos su vida, que fue fuente de inspiración, plena de abnegación y valentía revolucionarias.

“Me enseñó el sentido del sacrificio, de la disciplina y del amor”

Estas son parte de las palabras con las que Fernanda, hija de Rossana y militante del PTS, nos brindó una emocionante pintura de la vida de su madre. “Con mis dos hermanas vimos crecer a mi madre, los golpes profundos a los que estamos sometidas las mujeres desde que nacemos… se levantaba cada día a las 4 de la mañana para ir a la fábrica, a cumplir largas jornadas y luego la tarea de criar a tres hijas en las situaciones más terribles”. En esta reivindicación de toda una vida militante, Fernanda recuerda “cuando iban nuestros amigos, de la escuela, del barrio, quienes estaban sometidos a fuertes presiones de descomposición social cada día..., un momento donde no veíamos posibilidad alguna. Ella daba claridad. Me enseñó, como a muchos que hoy están acá, el sentido de la vida.... Ella nos hacía entender la vida diaria. Y lo hacía metiéndose en la vida de cada uno de los jóvenes en esos momentos difíciles, donde íbamos contra la corriente. Lo hacía con los obreros del barrio y con las amas de casa, y hoy algunos de ellos están acá”.

Franco, dirigente partidario de la Regional y miembro de la comisión interna de Jabón Federal, que se inició a la vida política junto a un puñado de obreros, entre los que estaba Rossana, continuó con esta conmemoración: “su casa en el barrio María Elena servía las veces de improvisado local partidario, o refugio de los pibes que huían de la Bonaerense que nos perseguía por nuestra ropa, corte de pelo, color de piel e ideas... En una década, los ‘90, dura para los revolucionarios, combatió con su experiencia y conciencia de clase a las ideas individualistas e idealistas que nos llevaban a los pibes de los barrios humildes de La Matanza a un camino donde cada vez seríamos más consumidos por una época sin esperanza... Cuando crecimos, los que aprendimos tanto de ella intentamos durante mucho tiempo remendar sus alas lastimadas, pero no logramos curarla ni regalándole todas nuestras fuerzas, porque su herida ya era demasiado profunda...”.

Finalizamos el homenaje con las palabras de Emilio Albamonte, por la Dirección Nacional del PTS. Sus palabras, junto a expresar sus condolencias a toda la familia de Rossana que se encontraba presente y a todos aquellos compañeros que por haber compartido parte de su vida sufrían especialmente esta tragedia, estuvo dirigida a los compañeros presentes para reflexionar en común acerca de las brutales paradojas a las que nos somete el declinante sistema capitalista. Las mismas injurias y ultrajes que muchas veces crean las mejores personalidades entre los compañeros revolucionarios, pueden en ciertos casos provocarnos la desazón, la depresión y terminar con derrotas como esta que nos quitan valiosos compañeros o compañeras de nuestras filas. Planteó que en la Edad Media se consideraba al suicidio un “pecado”, culpabilizando a la víctima. Que uno de los padres de la sociología burguesa, Durkheim, decía que esto sólo se podía contener con mejor integración social, es decir, con leyes y valores que impidieran este gesto, que podía ser interpretado como último recurso de rebeldía de los explotados. Que el joven Marx, analizando varios suicidios femeninos, los considera un subproducto de la explotación de clase y la opresión patriarcal, afirmando que incluso “los obreros muchas veces tratan a sus mujeres como cosas de la misma forma que el capitalista los trata a ellos”. Que en la actualidad, la burguesía lo considera un problema puramente “médico” separado de las condiciones de explotación y opresión cada vez más terribles. Que, sin reducir la depresión a sus fundamentos sociales, creemos que todo punto de vista marxista debe tomarlos en cuenta.

Señaló, en ese sentido, que la muerte de Rossana no es sólo una derrota personal sino que nos atañe políticamente a todos los militantes del PTS porque, a pesar de los esfuerzos hechos, no la hemos podido mantener entre nosotros. Rossana empezó a militar cuando la situación era mucho peor que la actual y cuando el PTS recién comenzaba a surgir.

Ya que no podemos inspirarnos en su muerte, reivindicamos el gran ejemplo que fue su vida, como Fernanda y Franco expresaron.
Recordó las palabras de Trotsky que, discutiendo con el poeta surrealista André Bretón que le planteaba que el marxismo no tenía respuesta frente a la muerte, le contestó que en una sociedad reconciliada, la muerte se transformará en un fenómeno natural. A pesar de esta y otras derrotas que podemos tener en el camino revolucionario, nuestra aspiración es esta que Trotsky expresara tan bellamente. Aunque diariamente luchemos por el pan y por liquidar la esclavitud asalariada, a largo plazo el marxismo es el “partido de la vida”, el que aspira a superar todas las causas sociales que compelen a tomar determinaciones trágicas.

Con este espíritu, y en medio de una profunda emoción, finalizamos el homenaje.