Los portuarios del SUPA (Sindicato Unidos Portuarios Argentinos) paralizaron por una semana el puerto de Buenos Aires. La medida fue en reclamo de aumento salarial, la garantía de 18 jornales para los terciarizados, el encuadramiento de los guincheros de TRP en el SUPA y el reconocimiento del convenio colectivo para trabajadores fuera de convenio.

En estos 7 días de lucha los portuarios realizaron asambleas, marchas y bloqueos de las Terminales. Con sus acciones lograron paralizar parte del comercio exterior. Más de 20 buques y 3000 contenedores cargados se vieron afectados. Por la medida, la industria automotriz estuvo a punto de frenar la fabricación de autos 0km. debido a la falta de insumos.

La huelga llevó a que las multinacionales portuarias, exportadores e importadores, perdieran alrededor de 150$ millones de dólares, según infobaeprofesional.com.

Los portuarios demostraban toda su fuerza, y por eso la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval, actuó como fuerza de choque para intentar dividirlos y quebrar sus reclamos. Para ello mandó barra bravas a intimidar los bloqueos y actuó en común con el Ministerio de Trabajo y con la Cámara Empresaria. Los medios de prensa ocultaron la provocación y la mostraron como una interna sindical.

La Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval es un sindicato ligado al menemismo que se fortaleció con las privatizaciones y que montó, junto a Moyano, la empresa IVECTRA, cuyo abogado fue, durante los ’90, el actual ministro Carlos Tomada.

La bronca portuaria crecía. A tal punto que llegaron a parar, en la Terminal 5, los encuadrados en la Fempinra, y junto a los estibadores se echó a patadas a los burócratas de la federación que negociaban un aumento testimonial a espalda de los trabajadores.

El jueves se realizó una asamblea general en el comedor de los jubilados portuarios, solidarios activos con la lucha. En ella, el secretario general Juan Corvalan puso a votación levantar la medida acordando un 23% de aumento (casi un 26% para los efectivos), 18 jornales garantizados y una paz social por 45 días en el tema del encuadramiento de los guincheros.

Finalmente se levantó la medida, pero ya se había realizado una huelga histórica.

Queda un sabor amargo para los que no están en el convenio, para los que están en los depósitos fiscales y no son considerados portuarios por las cámaras empresarias. Queda seguir la pelea por su reconocimiento y obtener los beneficios, por los cuales también ellos pararon estos 7 días.

Nada semejante había ocurrido desde las privatizaciones. La fuerza impresionante de los portuarios, paralizando el puerto de Buenos Aires, quedó demostrada y puso nervioso a más de un empresario y burócrata.

Corresponsal