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Internacional

Grecia: huelga general contra el ajuste

El 24 de febrero se llevó a cabo la huelga general en Grecia contra el plan de ajuste del gobierno “socialista” de Giorgios Papandreu. El llamado “Plan de Estabilidad y Crecimiento” es, en verdad, un plan de austeridad que incluye recortes presupuestarios, congelamiento salarial para los empleados públicos, aumento de la edad jubilatoria e impuestazos.

Celeste Murillo

25 de febrero 2010

El 24 de febrero se llevó a cabo la huelga general en Grecia contra el plan de ajuste del gobierno “socialista” de Giorgios Papandreu. El llamado “Plan de Estabilidad y Crecimiento” es, en verdad, un plan de austeridad que incluye recortes presupuestarios, congelamiento salarial para los empleados públicos, aumento de la edad jubilatoria e impuestazos.

La huelga general del 24/2, convocada por los principales sindicatos como la GSEE (sector privado) y ADEDY (sector público), significó una paralización completa de todos los medios de transporte, y de la mayoría de servicios y la industria. Una de las principales consignas fue “Que la crisis la paguen los mercados”. Según los sindicatos, el 80% de los trabajadores (entre ambas centrales organizan cerca de 3 millones) acató la medida y se movilizaron 30.000 personas en la manifestación central en Atenas.

Se cancelaron todos los vuelos por el paro total de controladores aéreos y trabajadores de todas las aerolíneas. Los colectivos realizaron recorridos de emergencia para que los trabajadores y jóvenes lleguen a las protestas en las principales ciudades. Las universidades y escuelas permanecieron cerradas, así como los hospitales y oficinas públicas. También se sumaron a la protesta periodistas y técnicos de canales de televisión.

La receta neoliberal del gobierno del PASOK, que llegó al poder con gran apoyo popular y de los sindicatos, enfrenta hoy la bronca de trabajadores y jóvenes, que sufren los peores índices de desocupación (que entre los jóvenes llega al 25%) y pobreza dentro de la Unión Europa. Por esta razón, la segunda jornada de huelga general contó con la simpatía de más del 75% de la población.

Grecia es uno de los países más golpeados por la crisis, y en este marco la UE le exige que reduzca su déficit fiscal, del actual 12,7% al 2,8%. Para esto, los principales socios de la Unión, con Alemania a la cabeza, habían propuesto un plan de ayuda, que incluía un ajuste todavía mayor al aplicado por el gobierno y un monitoreo directo sobre la economía del país.

Al plan de ajuste del gobierno los trabajadores respondieron con una primera huelga de los empleados públicos el 10/02. Esa acción paralizó todas las oficinas, escuelas y hospitales públicos, además de las aduanas y aeropuertos.

Las centrales sindicales, que habían apoyado en 2009 a Papandreu, se ponen hoy a la cabeza de la protesta con una clara política de evitar que todo se salga de control. Así lo alerta Yiannis Panagopoulus (dirigente de GSEE): “Las reducciones de gastos van a causar más recesión y auténticas conmociones sociales”. A esto le temen el gobierno y las burguesías europeas, que vienen siguiendo muy de cerca la situación en Grecia, a la respuesta de los trabajadores y el efecto dominó que pueden provocar las protestas.

Los trabajadores griegos vienen demostrando en la acción la fuerza social de la clase que tiene en sus manos el funcionamiento de los principales sectores de la economía: la huelga de los trabajadores aduaneros que provocó la escasez del combustible, y los trabajadores del transporte terrestre, aéreo y marítimo que paralizaron todo el país, incluyendo el sector turístico (una de las principales entradas de divisas).

Desde hace varios años, Grecia viene estando cruzada por huelgas y movilizaciones contra los planes neoliberales, y más recientemente contra los primeros efectos de la crisis. En 2008, a los paros generales se sumó la rebelión juvenil y popular provocada por un caso de “gatillo fácil” donde la policía asesinó a Alexis Grigoropulos de 15 años.

Los planes de ajuste y los efectos de la crisis empiezan a ser enfrentados no sólo en Grecia sino en otros países como Francia y el Estado español. Sólo en este camino de lucha obrera y movilización, con una política independiente de los trabajadores que supere los límites impuestos por las burocracias sindicales, podremos imponer que la crisis la paguen los capitalistas.

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