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Gran lucha estudiantil en Brasil

20 días de toma en la Universidad de San Pablo

Gran lucha estudiantil en Brasil

Ni las amenazas de represión, ni la campaña reaccionaria de la burguesía en los medios, ni la presión de la rectora lograron desarmar la toma del rectorado impulsada por los estudiantes en huelga de la Universidad de San Pablo (USP).

24 de mayo 2007

Ni las amenazas de represión, ni la campaña reaccionaria de la burguesía en los medios, ni la presión de la rectora lograron desarmar la toma del rectorado impulsada por los estudiantes en huelga de la Universidad de San Pablo (USP). Desde el día 3 de mayo el predio del rectorado se transformó en el centro de lo que parece ser la movilización estudiantil más importante en mucho tiempo. Los estudiantes de la USP son hoy la vanguardia de una lucha política en contra del gobierno del Estado de José Serra (Partido de la Social Democracia Brasileña - PSDB) que empezó con la resistencia a los decretos que acaban con la autonomía política y financiera de la universidad (ver recuadro), luego por demandas como viviendas estudiantiles, contra la persecución política y otras reivindicaciones. Se vienen realizando asambleas con la participación de más de 2.000 estudiantes que se han ganado la simpatía y el apoyo efectivo de los trabajadores no docentes que están en huelga. Cerca de 400 docentes que en general son los sectores más conservadores y contrarios a la huelga, acaban de votar en una asamblea su apoyo a la huelga , la toma de los estudiantes y en una resolución histórica que en la noche anterior ya había sido aprobada en la asamblea estudiantil: la convocatoria a una estatuyente para discutir la estructura de poder en la universidad.

El conflicto de la USP es el más importante de una situación nacional marcada por una combinación de huelgas en sectores de empleados públicos federales y estaduales (provinciales) de San Pablo. Si bien esta lucha es en primer lugar contra el gobierno de Serra, no podemos olvidarnos que se da también en el marco del desgaste que significa el segundo mandato del gobierno Lula –que comparte los planes de ataque a la universidad de Serra– y de las presiones burguesas para que avance el ataque al movimiento obrero.

Esto se combina con un intento de demostración de fuerzas de las burocracias de las centrales sindicales (CUT y For˜ça Sindical) que convocaron a un paro nacional este 23 de mayo. Aunque el mismo tenga un contenido de apoyo al veto del gobierno a la antiobrera “enmienda 3”1, dicho paro fue utilizado por los estudiantes en lucha para sumar sus demandas a la huelga de los trabajadores.

En este contexto, la huelga estudiantil se transformó en un hecho de la política nacional, con los medios burgueses reflejándola día a día y obligando al gobernador Serra a discutir directamente con y contra la toma, y abrió una crisis en la burocracia académica, con sectores más abiertamente reaccionarios que defienden terminar el conflicto con la represión policial y otro que busca desviarla con el diálogo y tibias concesiones, aunque ninguna de las dos alas consiguió hasta ahora detener la escalada del conflicto. Por el contrario, hoy la mayoría de las carreras de la USP, así como otras dos universidades estaduales (Unicamp y UNESP) están en huelga. Frente a cada amenaza de represión de Serra y la rectora, se confirma la disposición de lucha de los estudiantes, que recién empiezan a discutir cómo transformar más profundamente la universidad, cuyo régimen es totalmente elitista y racista, pensado para defender los intereses del capital.

Cabe preguntarse si esta lucha dura y política puede estar anticipando procesos más avanzados e incluso la entrada del movimiento obrero. Como dicen los estudiantes de la USP: “Seamos realistas, hagamos lo imposible”.

La intervención de la izquierda

El PSOL (Partido Socialismo y Libertad) y como furgón de cola sus aliados del PSTU (Partido Socialista de Trabajadores Unificado), que tenían un rol dirigente en el inicio de la toma, hicieron de todo para levantarla, ya que su política se limitaba a un mero acto. No contaban con que el descontento de los estudiantes fuera a estallar como lo hizo. Estos intentos se profundizaron sobre todo después que empezaron las amenazas de represión. En el plenario de la toma del lunes 21/5, el PSTU propuso levantarla justo en el momento en que los estudiantes ganaron más apoyo y sin que la rectora haya atendido ninguna reivindicación de fondo. Su moción perdió en varias oportunidades y para reubicarse hicieron un balance público diciendo que fue un error. A pesar de que nosotros reivindicamos el método de los balances de cara a la vanguardia, decimos que no se trató de un “error” sino de un intento de terminar con los rasgos más radicales y progresivos de la vanguardia, quedando a la derecha de los sectores combativos. Increíblemente, mientras trataban de levantar la toma estudiantil, llamaban a apoyar incondicionalmente la huelga de la policía en el Estado de Santa Catarina, diciendo que se “trata de una lucha de los empleados públicos de la seguridad contra la precarización laboral”.

Desde el Movimiento A Plenos Pulmones, que reúne militantes de LER-QI e independientes, constituimos un bloque junto al sector combativo del movimiento que fue ganando cada vez más un rol de dirección. Discutimos la necesidad y legitimidad de resistir frente a una posible represión, de acuerdo con lo votado por los trabajadores de la universidad. Planteamos la necesidad de masificar el movimiento poniendo en pie un cuerpo de delegados combativo a partir de la elección de representantes revocables en asambleas de carrera y curso, que constituyan un comando de huelga, como fue el CGH para la heroica lucha de los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cada vez fue quedando más claro que para imponer nuestras demandas tenemos que luchar por la caída de la rectora y del secretario de enseñanza superior, Pinotti, y elegir una estatuyente que saque el poder en la universidad de manos de la burocracia académica y lo ponga en las de los estudiantes, profesores y no docentes, con mayoría estudiantil, para poner la universidad al servicio de los intereses de los trabajadores y del pueblo.

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